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Opinión desde Guatemala: Estimado Presidente electo:

Salvador Paiz insiste en que es fundamental atender el déficit de infraestructura. El gobierno saliente logró construir un promedio de 163 km por año pero la estimación de Fundesa es que debemos llegar a construir 1 mil 500 km por año para cerrar la brecha.

    2019-12-19

    Por Salvador Paiz

    Estamos en la recta final de este 2019, a pocos días de que ud., Dr. Alejandro Giammattei, asuma como el próximo presidente de nuestra nación. Ud. conoce el sinfín de retos que ud. ofreció solucionar, retos que nos impiden convertirnos en un país próspero para todos, ¿Qué tenemos que hacer para sobrepasarlos? ¿Cuáles son esas acciones clave a implementar? Con todo el respeto que merece, aprovecho este espacio para compartirle mis reflexiones:

    1. ¿Qué hacer?

    Como país, nuestros retos son muchos y nuestros recursos limitados. Necesariamente debemos enfocarnos en 3 ó 4 prioridades. Recordemos el dicho "el que mucho abarca, poco aprieta". A mi criterio, pienso que el enfoque debe estar en una de sus promesas de campaña: la generación de empleo.

    Para lograr generar la cantidad de empleo que necesitamos a la velocidad en que lo necesitamos, es fundamental atender el déficit de infraestructura. Este es el principal cuello de botella en la generación de empleo. El gobierno saliente logró construir un promedio de 163 km por año pero la estimación de Fundesa es que debemos llegar a construir 1 mil 500 km por año para cerrar la brecha. La única forma de dar este salto cuántico es aprobando esquemas que no dependan del Congreso o generando una nueva forma de adquirir infraestructura.

    Una segunda prioridad para generar empleo es la atracción de inversión extranjera. Para convertirnos en un polo de atracción, debemos buscar proactivamente esa inversión extranjera, convencerlos que vale la pena invertir en Guatemala y demostrarles que somos un país lleno de virtudes. Eso no se hace con "brochures" de mercadeo, sino demostrando condiciones propicias y atractivas.

    Aunque una apuesta de más largo plazo, será indispensable mejorar nuestra calidad educativa. Si no preparamos a nuestros jóvenes para el mundo laboral del siglo XXI, difícilmente lograremos tener profesionales que califiquen para empleos dignos. Por tanto, necesitamos tecnificar y conectar a nuestras escuelas públicas. Debemos transformarlas en centros educativos de primera, que formen a jóvenes con excelentes habilidades duras y blandas.

    2. ¿Cómo lo hacemos?

    Dado que habrán 19 partidos con representación en el Congreso y que su propio partido solo representa 10 por ciento de los escaños, lograr consensos presenta dificultades estructurales. Ojalá se pueda sensibilizar a ese 70 por ciento de diputados de nuevo ingreso sobre la agenda urgente de generación de empleo. No sigamos cayendo en la trampa de los malos hábitos históricos. Con tantos nuevos diputados y una administración que se estrena, tenemos la gran oportunidad de dejar atrás esos malos hábitos.

    Ciertamente tenemos que "arreglar la maquinaria que llamamos gobierno". Vamos en retroceso en nuestra capacidad de hacer compras sencillas y operar lo existente, mucho menos hablar de nuestra capacidad de ejecutar proyectos complejos. En otros países existen oficinas específicas de manejo de proyectos, algunos países lo llaman Ministerio de la Presidencia. Realmente no importa el nombre. Pero usted se tiene que preocupar por arreglar la inoperante maquinaria si quiere lograr cualquier otra cosa en su administración.

    Futuros gobiernos deben preocuparse por captar y retener al mejor talento posible como servidores públicos. La gente es la que hace la diferencia. En ese sentido, necesitamos cambios urgentes en nuestra Ley de Servicio Civil, para que esta privilegie la meritocracia.

    3. ¿Con qué lo hacemos?

    Los recursos con los que contamos son sumamente limitados. Como bien decía uno de sus contrincantes, "el pisto no alcanza". Ya no quedan recursos para 'hacer' proyectos de generación de empleo porque nuestro presupuesto está cada vez más orientado a nómina y es cada vez más rígido. La proporción de remuneraciones a inversión real directa pasó de 1.78:1 a 9.18:1 a lo largo de las últimas 6 administraciones.

    Una de las primeras cosas que tocará hacer es atajar esas 'fugas' de recursos. Me refiero a la corrupción, plazas otorgadas por compadrazgos históricos, robos, evasión fiscal, etcétera. Habrá que ir a raspar todas las ollas que se puedan raspar.

    Datos Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) indican que Guatemala es el país en la región que menos paga impuestos, ocupando el último puesto de 19 países (12.6 por ciento del PIB). La mayor parte de esos tributos provienen del IRS empresarial o del IVA de importaciones. Como ciudadanos es inadmisible que nuestra tasa marginal más alta sea del 7 por ciento. Tocará hacer una reflexión nacional sobre la necesidad de una reforma fiscal. Claro que no podemos subir impuestos sin atender las legítimas preocupaciones ciudadanas de como se van a invertir esos recursos (por corrupción, porque se va todo a nómina, etc.)

    No soy dueño de la verdad. Estas reflexiones y aportes se basan en mi inquietud por mejorar la realidad nacional. Por mi parte, tenga por seguro que seguiré aportando, en la medida de mis capacidades y desde los distintos esfuerzos que apoyo, para tener una mejor Guatemala. En su nuevo rol que está por asumir, le deseo sabiduría, fortaleza, paciencia y, especialmente, todo el éxito posible. Sus logros serán nuestros logros. Cuente conmigo.

    www.salvadorpaiz.com

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