Tres investigadores estadounidenses obtuvieron el Premio Nobel en medicina el lunes por descifrar cómo funciona nuestro 'reloj interno', o en otras palabras, nuestro ritmo circadiano.
Los ritmos circadianos enlazan nuestros altibajos biológicos - tanto en plantas como en animales - con la rotación diaria de la Tierra. Para los humanos, estos ritmos nos hacen despertarnos y activarnos a medida que sale el sol, para alcanzar el máximo de nuestra coordinación física en la tarde y obtener un sueño profundo después de la medianoche.
De izquierda a derecha, Jeffrey Hall, Michael Rosbash y Michael Young, tres científicos estadounidenses que obtuvieron el Premio Nobel de medicina en 2017.
Cuando estos ritmos van por mal camino, o cuando tratamos de ignorarlos, las consecuencias en nuestra salud son graves: desde la privación del sueño, hasta la depresión y el cáncer.
Jeffrey Hall, de la Universidad de Maine en Orono, Maine; Michael Rosbash, de la Universidad de Brandeis en Waltham, Massachusetts; y Michael Young, de la Universidad de Rockefeller en Nueva York, trabajaron desde las décadas de los 80 y 90 para descubrir cómo las células y los genes operan para regular este ritmo circadiano.
'Desde los trascendentales descubrimientos realizados por estos tres laureados, la biología circadiana se ha desarrollado para convertirse en un campo de investigación de gran dinamismo, con implicaciones en nuestra salud y bienestar', según el jurado del Instituto Karolinska de Estocolmo.
Los genes en cada una de nuestras células forman un reloj que controla nuestros altibajos durante el día.
Nobel Media
El mecanismo del ritmo circadiano es complicado y llevó años determinar cómo funciona. Involucra tres genes, bautizados como período, eterno y doble tiempo, que generan proteínas llamadas PER, TIM y DBT. La interacción entre sí de estas proteínas llevan a un ciclo regular con los que se sincronizan otros procesos biológicos.
