La obligatoriedad de vacunarse para empleados de empresas de más de 100 personas, trabajadores de la salud y empleados de contratistas de agencias federales es una de las medidas más radicales tomadas por el gobierno de Estados Unidos en un intento por frenar una pandemia que está minando la recuperación económica.
"Existe la misma fecha límite del 4 de enero de 2022 para estas tres categorías". Ese día, los empleados deben haber recibido su última dosis de vacuna o comenzar a someterse al menos a una prueba por semana, indicó el jueves un alto funcionario estadounidense.
Biden dio a conocer la medida, que se supone afectará a más de dos tercios de la fuerza laboral del país, en septiembre durante un discurso en la Casa Blanca. Según él, es la oportunidad de "pasar la página" del coronavirus y presionar a millones de estadounidenses que aún se niegan a recibir la vacuna.
Varias empresas, entre ellas el gigante cárnico Tyson Foods o la aerolínea United Airlines, ya habían preparado el terreno al imponer estas obligaciones a sus empleados desde finales de septiembre. El más reciente, el fabricante de automóviles Ford, exigió que sus 32 mil empleados estuvieran vacunados antes del 8 de diciembre, salvo en el caso de exención religiosa o médica, según varios medios estadounidenses.