Centroamérica & Mundo

Honduras: Reactivarán el transporte de pasajeros en junio

En los próximos días, el Gobierno le dará luz verde al sistema de transporte público para que reactive las operaciones de manera escalonada y controlada.

2020-05-13

Por La Prensa de Honduras

Los capitalinos y los habitantes de los departamentos con menos enfermos de COVID-19 comenzarán, posiblemente, a principios de junio a utilizar el transporte urbano, mientras los sampedranos tendrán que esperar más tiempo por tener el mayor número de contagiados.

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En los próximos días, el Gobierno le dará luz verde al sistema de transporte público para que reactive las operaciones de manera escalonada y controlada siempre y cuando la curva de casos de personas contagiadas no presente un repunte que pudiera obligar a las autoridades a dilatar la cuarentena.

Los buses con capacidad de más de 30 pasajeros serán los primeros que comenzarán a circular en Tegucigalpa y ciudades intermedias, pero los microbuses, conocidos como "rapiditos", y las mototaxis deberán seguir en los garajes o terminales hasta que el país reduzca la incidencia del coronavirus.

La reactivación en San Pedro Sula y ciudades aledañas seguirá en la incertidumbre hasta no ver una reducción drástica de casos en el departamento de Cortés, según Rafael Ruiz, comisionado del Instituto Hondureño de Transporte Terrestre (IHTT).

"San Pedro Sula tendrá que esperar porque es la ciudad más afectada por el coronavirus. Como autoridad, no podemos señalar una fecha de reactivación del transporte y no podemos generar falsas esperanzas. Para reactivar el transporte, los ciudadanos deben ser más disciplinados unas semanas más", dijo.

La reanudación de las actividades del sistema de transporte público en esta urbe es una decisión que tomará de manera conjunta la Municipalidad, el IHTT, la Secretaría de Salud y el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager) que contabiliza el 70% (más de 1,470) de casos de COVID-19 en el departamento de Cortés.

Antes de que ingresara a Honduras el síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2), causante del COVID-19, por las calles de esta ciudad se transportaban confiadamente más de 300,000 personas (escolares, universitarios, empleados de oficinas y obreros) en 1,500 buses, cuyos choferes jamás han puesto en práctica medidas de bioseguridad y frecuentemente han violado las leyes de tránsito.

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En las circunstancias actuales, en un escenario de pandemia, el sistema de transporte en San Pedro Sula, más que en otras ciudades de Centroamérica, es de alto riesgo si los empresarios no adoptan medidas que frenen la proliferación del coronavirus. Aquí es un denominador común que los pasajeros viajen apiñados en buses que se desplazan a alta velocidad.

En el afán de captar más dinero, obligados porque deben pagar el combustible, la extorsión a las maras, una tarifa diaria al propietario y obtener una ganancia compartida con el ayudante, los conductores llegan al extremo de duplicar la capacidad de pasajeros hasta convertir los buses en contenedores rodantes con decenas de personas hacinadas.

Ahora, cuando el coronavirus obliga a las personas a mantener una distancia mínima de dos metros, los transportistas de esta ciudad tendrán que replantear de manera indefinida sus operaciones y buscar una estrategia que les permita alcanzar un punto de equilibrio y también obtener ganancias.

"Nosotros estamos listos para comenzar a trabajar mañana si el Gobierno nos autoriza y estamos dispuestos a tomar todas las medidas de bioseguridad que sean necesarias. Pero el Gobierno debe ser consciente que sin su apoyo no vamos a poder operar. Si tenemos un bus que tiene capacidad para transportar a 15 personas y nos piden que sólo llevemos la mitad para mantener el distanciamiento social, eso sería un problema porque no lograríamos pagar ni la gasolina", dijo Nelson Fernández, presidente de la Federación de Transporte de Servicios Especiales de Honduras (Fetraseh).

Con los bemoles que supone la crisis desatada por la pandemia, para Fernández "ya es urgente" reactivar el transporte en San Pedro Sula "por la presión económica que no soportan todos los trabajadores, que son unos 3,000, y los dueños de las unidades que tienen dos meses de no operar por respetar el toque de queda".

"Los transportistas de esta ciudad hemos sido respetuosos y disciplinados. Desde que el Gobierno decretó el toque de queda dejamos de trabajar. A pesar de que nosotros hemos respetado, el Gobierno nos ha ignorado, no nos ha incluido en la mesa de transporte. No nos está dando la importancia siendo nosotros los que conocemos el problema en esta ciudad", criticó Fernández.

"Nosotros logramos ayudar a los trabajadores las primeras tres quincenas. A esta altura, no tenemos dinero ni para nuestras familias. Estamos quebrados".

Para comenzar a operar, los transportistas están dispuestos a comprar mascarillas, lentes de protección, cloro y cualquier otro equipo que indiquen los manuales oficiales de bioseguridad, pero el Gobierno les tendrá que abrir un canal de financiamiento con bajas tasas de interés dado que, por la cuarentena, todos están descapitalizados.

Con el ánimo de paliar el golpe causado por la pandemia, por ahora, el Gobierno ha previsto desembolsarles a las empresas de transporte el ajuste por galón de combustible (L5.00) que han acumulado en el último año, sin embargo, los transportistas creen que esa suma "es insignificante", arguyen que sólo son L6.000 que reciben cada seis meses por cada unidad.

Los empresarios de este sector coinciden en que una ayuda económica directa, es decir, un subsidio gubernamental, salvaría las operaciones diarias que se verán inevitablemente afectadas por transportar menos pasajeros de los requeridos para alcanzar el punto de equilibrio.

Sergio Velásquez, un empresario con más de 40 años de experiencia, advierte que si el Gobierno "se pone a esperar que baje el número de casos de COVID-19 en San Pedro Sula, el transporte jamás será reactivado y la economía entrará en una situación más crítica que tardará más tiempo en recuperarse".

"El Gobierno debe autorizarnos para que operemos y reactivemos la economía de la ciudad. Es necesario para todos. Nosotros seguiremos el manual de bioseguridad que nos indiquen las autoridades para evitar el contagio. Hemos estado esperando el llamado del Gobierno para sentarnos a platicar y hasta ahora no hemos recibido nada", dijo Velásquez.

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