El flujo neto de Inversión Extranjera Directa (IED) sumó en Honduras un total de US$700.2 millones de en 2021, indicador que para 2022 se proyecta con más crecimiento, aunque el Banco Central aún no adelanta cifras al respecto.
El crecimiento de la inversión en 2021, refleja un aumento del 67.3 % en comparación con el resultado de 2020 (US$418.6 millones), producto de la recuperación de la actividad económica, derivados de la pandemia desde su etapa más crítica.
Sin embargo, cabe destacar que la llegada de Inversión Extranjera Directa (IED) ha disminuido en al menos 42 % en Honduras en los últimos seis años, de US$1,203.5 millones captados en el 2015, se desplomó a US$700 millones en el 2021.
En sectores comercial e industrial coinciden que mientras no se den las condiciones apropiadas para atraer recursos foráneos, no habrá un terreno fértil para la creación de puestos de trabajo.
Tendencia en 2021
Solo en los últimos tres meses de 2021, el flujo neto de IED en Honduras fue de US$235.0 millones, superior al resultado de 2020 (US$95.1 millones), hecho asociado a una mayor reinversión de utilidades de las empresas de IED.
Por fuente de financiamiento, en el último trimestre de 2021 las empresas de IED en Honduras generaron Utilidades Reinvertidas por US243.8 millones como producto de un contexto de mejoría en el nivel de ingresos de las empresas dedicadas a la Industria Manufacturera y los Servicios Financieros, entre otros.
En el mismo período, las empresas de IED registraron una entrada neta de US$13.4 millones en Acciones y Participaciones de Capital, conformado por aportes patrimoniales recibidos por parte de bancos residentes.
Por otra parte, las inversiones provenientes de Norteamérica fueron las predominaron. Estas sumaron US$145.0 millones en el 2021.
En tanto, del resto de América se contabilizaron US$78.8 millones por la reinversión de utilidades de subsidiarias bancarias, resaltando la participación de Colombia y Panamá.
De Centroamérica, los flujos de IED totalizaron US$48.6 millones predominando subsidiarias con casa matriz en Guatemala, por flujos correspondientes en su mayoría a instituciones del sistema financiero, comercio de materias primas agrícolas y energía renovable, entre otros.
