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Guatemala debe definir entre vender más o mantener calidad de café

Mantener la calidad a pesar de menores ventas o apostar a una mayor producción, pero con menor calidad, son las alternativas a las que el sector caficultor se enfrenta ante la baja internacional de los precios del grano.

    2017-08-10

    Por Prensa Libre

    Para Mariano Ventura, miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Exportadores de Café (Adec), Guatemala debe revisar su política de producción respecto de qué le conviene.

    La problemática del sector se abordará entre hoy y mañana durante el 28 Congreso Nacional del Café organizado por la Asociación Nacional del Café.

    ¿Cuál es la situación del grano nacional?

    La producción de Guatemala ha venido en descenso, lo cual impacta de manera directa el volumen de exportación. En el 2016, el país exportó alrededor de 3.9 millones de quintales. Para la cosecha 2000-2001, se exportaron 6.7 millones.

    ¿Qué se debe hacer?

    Dependerá de la política que el país quiera seguir, si quiere producir calidad o volumen. Brasil, por ejemplo, decidió producir grandes volúmenes aunque esto implique una menor calidad.

    Datos de Anacafé refieren que solo el 15% de las plantas cafetaleras se ha cambiado por otras resistentes a la roya, pero en el mercado se menciona que comercializadores y exportadores se resisten al cambio porque Guatemala produce arábigos que generan una taza de café de muy alta calidad. ¿Podría cambiar la calidad?

    Es cuestión de criterios y experiencia. No hay una fórmula, pero se dice que los cafés arábigos, sobre todo guatemaltecos, por la calidad del suelo, la ubicación, la influencia por los dos océanos y los suelos volcánicos, son dulces y achocolatados, con acideces muy balanceadas, que lo hacen calificar como un café de alta calidad.

    Dentro de esas características la dulzura es muy importante, pero las variedades que dicen ser resistentes a la roya no son arábigos, sino que robusta, lo que lo hacen más amargo y el precio deja de ser tan atractivo.

    ¿Es momento para que el país revise su política cafetalera?

    Es cuestión de que las autoridades definan, sugieran e indiquen y los productores tomarán sus decisiones. Se debe ver si se quiere producir calidad o volumen. Brasil decidió por la política de producir grandes volúmenes, aunque sea de menor calidad y Guatemala adoptó desde la década de 1980 la política de producir café de alta calidad, pero en esos años los efectos de la roya y del clima no eran como los actuales.

    Hay que hacer un trabajo técnico de cómo lograr mejor productividad.

    ¿Se debe definir una nueva?

    No favorezco ninguna de las dos, sino creo que se debe analizar, pensando también que la cadena de producción ha cambiado. Hace 20 años el 80% del café era producido por el 20% de productores. Ahora, el 80% es producido por 60% de pequeños productores.

    ¿A quién le impacta más la baja de precios?

    A los productores, porque si los precios son más bajos que los costos de producción es devastador. Mientras que el exportador puede marginar un monto que cubre sus costos.

    La tasa de cambio es un elemento adicional que incide en el ingreso. En la actualidad tiene un impacto grande, hace un año estaba en Q7.70 por un dólar y ahora en menos de Q7.30.

    Denuncias les impactan
    Mariano Ventura, miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Exportadores de Café, dijo que al sector exportador le impactan los precios bajos porque es más difícil competir y colocar el café, pero también hay otras medidas, como las fiscales que también les golpean.

    El directivo recordó que de 1983 a la fecha ha habido al menos 10 cambios a la ley del IVA, lo que provoca que no se mantengan las reglas. Esto generó que recientemente la SAT presentara denuncias penales contra exportadores por inconsistencias de los proveedores, con el supuesto objetivo de defraudación tributaria.

    Esas denuncias, algunas que incluyen embargos, provocan pérdidas de contratos y citó como ejemplo que la empresa alemana Neumann Kaffee Gruppe decidió retirarse de Guatemala hasta no resolver esta situación.

    Otros efectos de estas denuncias son aumentos de costos de operaciones, porque ya no se hace la devolución de crédito fiscal y financieros, porque los bancos, ante el riesgo, dan créditos más caros.

    Esto, dijo, daña la reputación del país, lo que provoca que a pesar de mantener la calidad, bajen los premios por calidad, que se manejan en las bolsas de valores, hasta en 20%.

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