Por El Diario de Hoy
El Ministerio de Hacienda le ha pedido a los diputados en la Asamblea Legislativa que le aprueben la emisión de US$900 millones en Títulos Valores para pagar un saldo de $967.7 millones que acumula en su "tarjeta de crédito" o lo que técnicamente se conoce como Letras del Tesoro (Letes).
En la jerga popular, esta operación financiera se considera un refinanciamiento para pasar una deuda de corto plazo (que paga intereses de entre el 6 y 7 %) a uno deuda a plazos de hasta 30 años, con tasas más bajas de entre 4 y 6 %.
Con ello el Gobierno lograría dejar "a cero" la tarjeta de crédito.
A través de una carta enviada el 13 de noviembre al órgano Legislativo, el viceministro de Hacienda, óscar Anaya, argumenta que con esta emisión se lograría reducir la presión de la Caja Fiscal.
Además le plantea que una vez pagada la deuda, el saldo de las Letes no podrá ser mayor al 20 % de los ingresos corrientes para que esté en armonía con la Ley de Responsabilidad Fiscal.
Sin embargo para los economistas Carolina Alas de Franco y Luis Membreño, esta solicitud solo demuestra que las Letes no han cumplido su misión de financiar deficiencias temporales, sino que se han utilizado para cubrir hoyos fiscales que tendrían que haber tenido una fuente de financiamiento segura y permanente.
Las cifras de los últimos diez años evidencian que el saldo de esta tarjeta de crédito ha sido creciente y aunque se han hecho refinanciamientos en años anteriores, el monto vuelve a subir después de algunos meses.
El último refinanciamiento se hizo en septiembre de 2017 cuando se logró reducir el monto a unos US$649 millones. En esa oportunidad, el Gobierno y los diputados acordaron emitir bonos para pagar Letes a cambio de aprobar una Ley de Responsabilidad Fiscal que ordenara las finanzas. Sin embargo, meses después el saldo de las Letes volvió a subir a US$800 y US$900 millones, como había estado meses atrás.
Además no se ha logrado reducir el límite máximo de deuda emitida en Letes.
Actualmente el techo para emitir deuda flotante a través de las Letes es del 30 %. Esto significa que el Estado puede endeudarse con más de US$1.547,25 millones si se toma en cuenta el la proyección de ingresos corrientes establecido en el plan de presupuesto 2020 que presentó Hacienda el 30 de septiembre.
Al reducirlo al 20% de los ingresos, el Gobierno solo podría emitir deuda en Letes hasta por US$1.031 millones.
Para Alas de Franco y Membreño este 20 % aún sigue siendo un porcentaje alto pues el Gobierno podría endeudarse al mismo nivel de saldo que tiene ahora, por lo que sugiere que este porcentaje se reduzca al 15% o incluso, al 10 % para la cantidad máxima de endeudamiento no sobrepase los US$500 millones.
Además coinciden en que la Asamblea solo debería aprobarles un refinanciamiento parcial de unos $500 millones para que la tarjeta no quede a cero y haya una nueva tentación de usarla cuando se necesiten fondos.
"No debe aprobarse así por así. Es mejor que se comprometan a bajar, primero, el techo de la deuda y que luego se aprueben los títulos", señaló Alas de Franco, analista del Departamento de Estudios Económicos de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades).
Membreño dijo, por su parte, que aprobar los US$900 millones solo dejaría al Gobierno el camino libre para volver a usar las Letes y el saldo subiría nuevamente.
La emisión de Letras del Tesoro ha sido, por muchos años, una de las alternativas más sencillas que tiene el Gobierno para financiar los huecos fiscales pues no requiere la aprobación de la Asamblea Legislativa.
Aunque la ley establece que este dinero debe usarse solo para remediar deficiencias temporales de ingresos, los gobiernos la han usado para financiar proyectos que no han tenido fondos en el presupuesto general de la nación.
A Carolina le preocupa que estos refinanciamientos sean ahora más continuos que antes.
"Estos refinanciamientos se han hecho cada vez más continuos"
El Gobierno comenzó a emitir Letes en la década de los 90, como un financiamiento extra que le permitió atender necesidades fiscales que surgieron tras los terremotos de 1986.
Según cuenta Carolina Alas de Franco, economista de Fusades, el monto de estas Letes rondaba entre los US$300 y US$400 millones como máximo.
Según la economista, la revisión para un refinanciamiento se hacía en un ciclo de aproximadamente siete años.
No fue sino hasta después de 2009, durante la presidencia de Mauricio Funes, que el saldo comenzó a elevarse hasta superar los US$700 millones. Desde ahí el monto ha crecido hasta llegar a saldos de más de US$1.000 millones. Fue ahí que los refinanciamientos se hicieron más frecuentes, al punto de haber hecho ahora tres revisiones de deuda, que lejos de propiciar una disminución del uso de las Letes lo han aumentado.
Para Alas de Franco, esto evidencia de un refinanciamiento no hace sino acelerar la deuda.
"Lo que vamos a tener es un endeudamiento más rápido de una emisión de préstamos que se vuelven permanentes y donde solo se pagan intereses", señaló la experta en el área fiscal.
Para la economista es mejor que la Asamblea solo les apruebe una parte de lo que Hacienda requiere y que se apruebe una reducción en el techo, para que no haya un riesgo de aumentarlo.
A la economista le preocupa, además, que se siga usando las Letes como fuente de financiamiento cuando el ministro de Hacienda ha solicitado otros $755 millones de deuda para financiar el presupuesto general de 2020 y tiene otros $110 millones aprobados para pagar $800 millones más de deuda que vencen en diciembre de este año.
El proyecto de presupuesto aún no está aprobado por la Asamblea Legislativa y de acuerdo a los análisis de muchos economistas, este presenta inconsistencias en muchos aspectos por lo que han pedido a los legisladores revisarlos bien antes de que se vuelva una ley.
El plan de gastos se presentó en septiembre y según el ministro de Hacienda, Nelson Fuentes, se necesitan más recursos para asumir los gastos de 2020.
El Ministerio de Hacienda le ha pedido a los diputados en la Asamblea Legislativa que le aprueben la emisión de US$900 millones en Títulos Valores para pagar un saldo de $967.7 millones que acumula en su "tarjeta de crédito" o lo que técnicamente se conoce como Letras del Tesoro (Letes).
En la jerga popular, esta operación financiera se considera un refinanciamiento para pasar una deuda de corto plazo (que paga intereses de entre el 6 y 7 %) a uno deuda a plazos de hasta 30 años, con tasas más bajas de entre 4 y 6 %.
Con ello el Gobierno lograría dejar "a cero" la tarjeta de crédito.
A través de una carta enviada el 13 de noviembre al órgano Legislativo, el viceministro de Hacienda, óscar Anaya, argumenta que con esta emisión se lograría reducir la presión de la Caja Fiscal.
Además le plantea que una vez pagada la deuda, el saldo de las Letes no podrá ser mayor al 20 % de los ingresos corrientes para que esté en armonía con la Ley de Responsabilidad Fiscal.
Sin embargo para los economistas Carolina Alas de Franco y Luis Membreño, esta solicitud solo demuestra que las Letes no han cumplido su misión de financiar deficiencias temporales, sino que se han utilizado para cubrir hoyos fiscales que tendrían que haber tenido una fuente de financiamiento segura y permanente.
Las cifras de los últimos diez años evidencian que el saldo de esta tarjeta de crédito ha sido creciente y aunque se han hecho refinanciamientos en años anteriores, el monto vuelve a subir después de algunos meses.
El último refinanciamiento se hizo en septiembre de 2017 cuando se logró reducir el monto a unos US$649 millones. En esa oportunidad, el Gobierno y los diputados acordaron emitir bonos para pagar Letes a cambio de aprobar una Ley de Responsabilidad Fiscal que ordenara las finanzas. Sin embargo, meses después el saldo de las Letes volvió a subir a US$800 y US$900 millones, como había estado meses atrás.
Además no se ha logrado reducir el límite máximo de deuda emitida en Letes.
Actualmente el techo para emitir deuda flotante a través de las Letes es del 30 %. Esto significa que el Estado puede endeudarse con más de US$1.547,25 millones si se toma en cuenta el la proyección de ingresos corrientes establecido en el plan de presupuesto 2020 que presentó Hacienda el 30 de septiembre.
Al reducirlo al 20% de los ingresos, el Gobierno solo podría emitir deuda en Letes hasta por US$1.031 millones.
Para Alas de Franco y Membreño este 20 % aún sigue siendo un porcentaje alto pues el Gobierno podría endeudarse al mismo nivel de saldo que tiene ahora, por lo que sugiere que este porcentaje se reduzca al 15% o incluso, al 10 % para la cantidad máxima de endeudamiento no sobrepase los US$500 millones.
Además coinciden en que la Asamblea solo debería aprobarles un refinanciamiento parcial de unos $500 millones para que la tarjeta no quede a cero y haya una nueva tentación de usarla cuando se necesiten fondos.
"No debe aprobarse así por así. Es mejor que se comprometan a bajar, primero, el techo de la deuda y que luego se aprueben los títulos", señaló Alas de Franco, analista del Departamento de Estudios Económicos de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades).
Membreño dijo, por su parte, que aprobar los US$900 millones solo dejaría al Gobierno el camino libre para volver a usar las Letes y el saldo subiría nuevamente.
La emisión de Letras del Tesoro ha sido, por muchos años, una de las alternativas más sencillas que tiene el Gobierno para financiar los huecos fiscales pues no requiere la aprobación de la Asamblea Legislativa.
Aunque la ley establece que este dinero debe usarse solo para remediar deficiencias temporales de ingresos, los gobiernos la han usado para financiar proyectos que no han tenido fondos en el presupuesto general de la nación.
A Carolina le preocupa que estos refinanciamientos sean ahora más continuos que antes.
"Estos refinanciamientos se han hecho cada vez más continuos"
El Gobierno comenzó a emitir Letes en la década de los 90, como un financiamiento extra que le permitió atender necesidades fiscales que surgieron tras los terremotos de 1986.
Según cuenta Carolina Alas de Franco, economista de Fusades, el monto de estas Letes rondaba entre los US$300 y US$400 millones como máximo.
Según la economista, la revisión para un refinanciamiento se hacía en un ciclo de aproximadamente siete años.
No fue sino hasta después de 2009, durante la presidencia de Mauricio Funes, que el saldo comenzó a elevarse hasta superar los US$700 millones. Desde ahí el monto ha crecido hasta llegar a saldos de más de US$1.000 millones. Fue ahí que los refinanciamientos se hicieron más frecuentes, al punto de haber hecho ahora tres revisiones de deuda, que lejos de propiciar una disminución del uso de las Letes lo han aumentado.
Para Alas de Franco, esto evidencia de un refinanciamiento no hace sino acelerar la deuda.
"Lo que vamos a tener es un endeudamiento más rápido de una emisión de préstamos que se vuelven permanentes y donde solo se pagan intereses", señaló la experta en el área fiscal.
Para la economista es mejor que la Asamblea solo les apruebe una parte de lo que Hacienda requiere y que se apruebe una reducción en el techo, para que no haya un riesgo de aumentarlo.
A la economista le preocupa, además, que se siga usando las Letes como fuente de financiamiento cuando el ministro de Hacienda ha solicitado otros $755 millones de deuda para financiar el presupuesto general de 2020 y tiene otros $110 millones aprobados para pagar $800 millones más de deuda que vencen en diciembre de este año.
El proyecto de presupuesto aún no está aprobado por la Asamblea Legislativa y de acuerdo a los análisis de muchos economistas, este presenta inconsistencias en muchos aspectos por lo que han pedido a los legisladores revisarlos bien antes de que se vuelva una ley.
El plan de gastos se presentó en septiembre y según el ministro de Hacienda, Nelson Fuentes, se necesitan más recursos para asumir los gastos de 2020.
