Centroamérica & Mundo

El reto tras Intel y Bank of America

La reducción de operaciones de Intel en Costa Rica y el cierre de Bank of America, es sin duda, una lamentable noticia, pero también representa un gran reto para el país en el tema de la atracción de inversión extranjera.

2014-04-25

Por: Alan Saborío, Socio Director de Deloitte

Luego de 18 años de que Intel anunciara su llegada a Costa Rica, el pasado 8 de abril anunció también el cese de operaciones de su planta de manufactura, proceso que será gradual y espera concretar para finales de este año 2014. Esta decisión significa el despido de 1.500 trabajadores, principalmente- ingenieros y técnicos-, del área de Ensamblaje y Prueba, división que se encarga de la fabricación de los chips para computadoras. Intel mantendrá en Costa Rica sus centros de Servicios Globales y de Diseño e Ingeniería, que representan una fuerza laboral de 1.200 personas.

Las razones expuestas por altos ejecutivos de la multinacional, están relacionadas con un reajuste global de operaciones. Así lo hizo saber Mike Forrest, Gerente General de Intel Costa Rica quien negó además, que la decisión obedeciera a tema de competitividad país. Más bien, argumentó un giro de negocio para pasar de ser una empresa de computadoras a una de movilidad e internet, determinando que la mayoría de sus suplidores y compradores están en Asia, hacia donde trasladarán su planta.

En el caso del cierre gradual del centro de servicios del Bank of America, las razones fueron otras. Sus representantes argumentaron que la medida busca hacer un mejor uso de los recursos y simplificar la empresa. Sin embargo, para la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde), la salida está relacionada con la necesidad de la empresa de devolver todos los empleos a Estados Unidos, luego de que recibiera ayudas de ese gobierno tras la crisis de 2008. En Costa Rica esta transnacional empleó a 1.500 personas especializadas en áreas de contabilidad, finanzas, procesos corporativos y tecnologías de información. El cierre se realizará gradualmente en el plazo de un año.

Para el año 2012 Intel llegó a representar un 6% del Producto Interno Bruto de Costa Rica, y un 20% de las exportaciones. Claro que el cese de operaciones de su planta en Costa Rica generará un impacto importante, pero el país cuenta con un parque industrial importante para sostenerse y crecer. Según las autoridades de Comercio Exterior, existen 250 empresas multinacionales de alta tecnología operando en el campo de manufactura, servicios y dispositivos médicos. Con la creciente demanda que existe actualmente de mano de obra especializada en áreas como estas, es de esperar que quienes queden desempleados tras la salida de Intel y de Bank of America, puedan colocarse con cierta facilidad en el mercado.

Ahora bien, no basta con una simple y positiva resignación. Estas salidas debe claramente llevar a la acción. El reto para las autoridades de Gobierno, Cinde y Comercio Exterior, será enorme, como lo es, la necesidad de redoblar esfuerzos para atraer más inversión extranjera al país. En este afán hay de por medio algunas consideraciones. Por ejemplo, podría pensarse en fortalecer- inteligente y responsablemente- el régimen de incentivos en Zonas Francas, y no pareciera ser el momento para pensar en la imposición de impuestos a las industrias amparadas bajo este régimen especial.

Además, aunque los altos ejecutivos de Intel descartaron que la decisión obedeciera a un tema de competitividad-país, el momento es propicio para activar acciones, y estas deben pasar por un tema- entre otros- que a todas luces está impactando al sector industrial, como es el alto costo de la electricidad. Costa Rica, con o sin Intel y el Bank of America, debe seguir trabajando en mejorar las condiciones para que la inversión extranjera vea en el país el lugar idóneo para sentar sus negocios.

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