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El papa Francisco y el gran imán de Al Azhar firman 'un símbolo del abrazo entre Oriente y Occidente'

Es la primera vez que el máximo representante de los católicos visita ese Estado. Ambos dirigentes religiosos abogaron por la libertad religiosa en el corazón del Islam sunita.

2019-02-04

Por AFP

El papa y el gran imán de Al Azhar condenaron juntos el lunes toda discriminación contra las minorías religiosas y llamaron a la fraternidad, en el segundo día de una visita histórica a la península arábica golpeada por los conflictos y las desigualdades.

Todo el día, el papa, vestido de blanco, y el gran imán sunita del instituto egipcio Al Azhar, el jeque Ahmed al-Tayeb, de negro, se mostraron juntos de manera fraterna, frente a la gran Mezquita Zayed --una de las más grandes del planeta--, y luego sellaron el acuerdo con un beso en la mejilla, en la tribuna de la conferencia interreligiosa.

Este encuentro y diálogo interreligioso había sido impulsado por el papa y el gran imán de Al Azhar, institución más importante del islam sunita.

Como parte del evento, Francisco y el imán Ahmed el Tayeb firmaron una declaración conjunta en la que se comprometieron a que los dirigientes de ambas religiones hagan esfuerzos para 'luchar contra el extremismo'.

Los dos jerarcas fueron puntuales en el texto y dejaron consignado que su deseo es que esta declaración 'sea un símbolo del abrazo entre Oriente y Occidente, entre el Norte y el Sur y entre todos los que creen que Dios nos ha creado para conocernos, para cooperar entre nosotros y para vivir como hermanos que se aman'

'¡Al Salamò Alaikum!' ('¡Que la paz esté con vosotros!'), arrancó Francisco su discurso, en que reforzó la idea de la fraternidad, pero que incluyó referencias directas a la realidad cotidiana de los habitantes de Oriente Medio.

Se trata de un discurso de alto significado, ya que fue pronunciado en una región donde aún se constatan desigualdades evidentes y abundan las denuncias de discriminación religiosa.

Arabia Saudita, por ejemplo, prohíbe la práctica de cualquier religión que no sea el islam, pero el papa hizo una encendida defensa de la necesidad de garantizar libertad religiosa.

Esta reunión coincide con una anterior, que también tuvo un signifcado para los dirigentes de ambos credos: la de san Francisco de Asís y el sultán de al-Malik al-Kāmil, hace ocho siglos.

Francisco fue muy enfático. 'No hay alternativa: o construimos el futuro juntos o no habrá futuro. Las religiones, de modo especial, no pueden renunciar a la tarea urgente de construir puentes entre los pueblos y las culturas', sentenció el papa.

Más derechos ciudadanos

En su participación en el encuentro interreligioso, el pontífice formuló un pedido para otorgar 'el mismo derecho a la ciudadanía' a personas de diversas religiones.

En su discurso, Francisco insistió en la justicia en general: 'una justicia dirigida sólo a miembros de la propia familia, compatriotas, creyentes de la misma fe es una justicia que cojea, es una injusticia disfrazada', señaló.

El pontífice evocó también la no violencia, la paz y el desarme, expresando que 'no hay violencia que encuentre justificación en la religión'.

Pero además, llamó la atención sobre cuatro países que sufren 'las consecuencias nefastas' de conflictos: Yemen, Siria, Irak y Libia.

'Comprometámonos contra la lógica del poder armado, contra la mercantilización de las relaciones, los armamentos de las fronteras, el levantamiento de muros, el amordazamiento de los pobres', dijo.

Visita sin precedentes

El jefe de los 1,300 millones de católicos tuvo por la mañana una reunión privada con el príncipe heredero de Abu Dabi, Mohamed ben Zayed Al Nahyan, que se enorgullece de la 'coexistencia pacífica' de las religiones en su país.

El martes, Francisco celebrará una misa multitudinaria que se presenta como la mayor manifestación jamás organizada en este país, con la presencia de más de 130,000 fieles.

Hay cerca de un millón de católicos en este país, adepto a un islam más bien moderado y cuya sociedad está bastante abierta al mundo exterior. La mayoría de católicos son trabajadores asiáticos, que practican su religión en ocho iglesias.

Al contrario que su vecino saudita, Emiratos árabes Unidos quiere proyectar una imagen de país tolerante.

No obstante, las autoridades controlan las prácticas religiosas y reprimen la contestación política o la explotación de la religión, incluso por los adeptos de un islam político, encarnado por los Hermanos Musulmanes.

Desde el inicio de su pontificado, el papa ha viajado a varios países cuya población es mayoritariamente musulmana, como Egipto, Azerbaiyán, Bangladés y Turquía. En marzo viajará a Marruecos.

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