Centroamérica & Mundo

Dos tercios de familias caficultoras en Triángulo Norte fueron afectadas en la pandemia

El impacto en el incremento del costo de producción, respecto al ciclo cafetalero anterior, fue percibido en el precio de los fertilizantes, los agroquímicos y el transporte.

2022-12-19

Por Leonel Ibarra - estrategiaynegocios.net

Dos tercios de las familias caficultoras en el Triángulo Norte de Centroamérica reportaron afectaciones durante la pandemia de covid 19 principalmente en la pérdida de ingresos y la asistencia escolar limitada o nula, dentro de lo que resalta un 7 % de hogares con pérdida de empleo en Guatemala, 4 % en Honduras y 6 % en El Salvador.

Además, más del 80 % de los productores en los tres países reportaron impactos de la pandemia en las unidades productivas, principalmente a través de la caída de los precios de café y la disponibilidad de mano de obra.

Estos son parte de los hallazgos de un estudio elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con la colaboración de la Fundación Hanns R. Neumann Stiftung (HRNS) para identificar los impactos económicos y sociales de la pandemia y de las tormentas Eta e Iota sobre los diferentes actores de la cadena de valor del café.

Durante la pandemia, la cantidad de hogares con al menos un caso de la enfermedad fue más alta en Honduras (30 %), lo que se reduce a 21% en El Salvador y 18 % en Guatemala. Se resalta que un 6 % de los hogares en Guatemala, 10 % en El Salvador y un 11 % en Honduras, reportó gastos cercanos a los US$650 para el manejo de la enfermedad.

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En el Triángulo Norte Centroamericano, la cadena de valor del café aporta entre el 1 % y 5 % del Producto Interno Bruto (PIB). El sector también contribuye a la generación de empleo a través de la industrialización y comercialización: cerca de 247.000 familias dependen de este rubro para su sustento, y de ellas la mayoría son pequeñas familias productoras, con limitaciones para acceder a los mercados, financiamiento y asistencia técnica, entre otros recursos.

Las familias caficultoras de la región se caracterizan porque cerca de dos terceras partes de los jefes de hogar son hombres, y esto solo tiene algunas variaciones entre países. La participación de caficultores jóvenes es menor al 25 %, resaltando que en El Salvador solo llega al 6 %. La avanzada edad de los jefes de hogar, con una media de 51 años, sigue siendo un reto para el sector.

Respecto a la dependencia del cultivo, en Honduras el café es el principal sustento para dos tercios de las familias, mientras que en Guatemala se reduce al 40 % y solo la tercera parte en El Salvador. Otros ingresos reportados por las familias fueron la venta de mano de obra, remesas y negocios propios, especialmente en las unidades productivas pequeñas.

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Una característica para resaltar en los tres países es la prevalencia de las unidades productivas pequeñas, especialmente en Guatemala y El Salvador (80 % y 82 % respectivamente), en Honduras es del 64 %. En cuanto al área en café de las unidades productivas pequeñas, este tiene el siguiente orden: 2.6 manzanas (mz) en Honduras, 2.2 mz en El Salvador y 1.6 mz en Guatemala.

Respecto a los impactos de Eta e Iota tanto en las familias como en las unidades productivas, los países más afectados en las unidades productivas fueron Honduras y El Salvador con un 85 % y 81 % de fincas con afectaciones, respectivamente, y 46 % en Guatemala. Entre los impactos identificados se resaltan impactos en la infraestructura vial, pérdida de cultivos y pérdidas de cosecha, principalmente.

“El desarrollo y fortalecimiento de sistemas de la información que permitan monitorear y evaluar de mejor manera condiciones de desarrollo y progreso social, económico, de mercado y vulnerabilidad climática, permitirán de forma sectorial la construcción de estrategias que reduzcan los impactos de eventos extremos en la cadena de café y construyan una lógica de continuidad de negocio a través de toda la cadena”, señala el informe del BID.

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