Más de 20 ediciones después, la iniciativa está más que consolidada y ofrece, además de un espacio para la venta, mentorías y coaching. "Tengo la oportunidad de conocer las increíbles historias de cada emprendedor de primera mano, -apunta Alejandra-, llenas de lágrimas, de pasión y de sacrificio. Saber que ellos siguen adelante luchando mueve mi alma y me mantiene activa y llena de energía para seguir adelante construyendo suelo fértil.
Me marca cada día sonrisas de éxito cuando venden todo el producto elaborado para nuestras ediciones, o cuando me hablan a medianoche para decirme que van a abrir una tienda, o que ganaron un concurso. Es una satisfacción indescriptible y nos da esperanza".
Centroamérica le inspira todo a esta emprendedora:
"Estoy enamorada de mi región y sobre todo de mi país, y me siento inspirada constantemente por la bondad de nuestra gente. También me inspiran mucho las nuevas generaciones con hambre de conocimiento y el poder que ellos tienen de colectividad, con el fin de transformar entornos y resolver problemas".
Cree que el Istmo es tierra de "soñadores, creadores y hacedores", un espacio de "esperanza, creatividad y perseverancia. Una región que constantemente nos asombra por la tenacidad de sus individuos".