Por AFP
“Sí, sí, por supuesto”, contestó la ministra a la pregunta de si cumplirá con los objetivos, durante un encuentro con un grupo de periodistas.
Durante dos días, Batakis se reunió con funcionarios del Departamento del Tesoro, el Banco Mundial, inversores y sobre todo con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva.
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Con el FMI tenía agendada una reunión el lunes, pero mantuvo una segunda este martes por la mañana, “como continuación”.
“No tocamos directamente el tema metas, sino que estuvimos hablando de cómo vamos a cumplir las metas, básicamente”, explicó.
Su predecesor, Martín Guzmán, artífice de la renegociación de la deuda argentina pero muy criticado por la vicepresidenta Cristina Kirchner, renunció al cargo a principios de julio al cabo de dos años y medio en el gobierno del presidente Alberto Fernández, un peronista de centroizquierda.
Fernández se enfrenta a una inflación que se prevé que roce el 80% este año, escasez de reservas internacionales y disputas, incluso con su vicepresidenta, dentro de la coalición gubernamental Frente de Todos.
Una coalición en la que, según Batakis, existe “un equilibrio” que “está dado para que todos podamos implementar estas medidas, para que vayamos desarrollando todo lo que tenemos que desarrollar para calmar un poco la economía argentina”. “Hay un apoyo fuerte de todos los sectores en nuestro espacio político”.
“Calmar a la economía”
Entre los objetivos que ha de cumplir figura “la sostenibilidad fiscal”, como destacó Georgieva en un tuit en el que aplaude “los esfuerzos iniciales” del país en este sentido.
En virtud del acuerdo con el FMI renegociado este año por US$44.500 millones, Argentina se compromete a reducir el déficit fiscal desde 3% del Producto Interno Bruto registrado en 2021 a 2,5% en 2022, 1,9% en 2023 y 0,9% en 2024.
Además de sostenibilidad fiscal se habló de política monetaria y cambiaria.
“En el fondo monetario salieron todos esos temas y la planificacion de cada una de las políticas para tratar de ir regulando un poco más la economía argentina, regulando en el sentido de tratando de calmar a la economía”, afirmó la ministra.
La renuncia de Guzmán provocó sacudidas en los mercados, tanto de los bonos de deuda como del tipo de cambio paralelo -en Argentina hay un tipo de cambio oficial y uno paralelo o dólar “blue”.
La situación económica ha llevado al presidente Fernández a hablar de “crisis de crecimiento”, que atribuyó a la escasez de divisas.
Las reservas internacionales brutas se sitúan en unos US$42.400 millones, pero las netas son muy inferiores, según los analistas.
Ante esta situación, Arturo Porzecanski, investigador del Centro para Estudios Latinoamericanos y Latinos de la American University de Washington, duda que el gobierno pueda cumplir con sus compromisos del segundo semestre.
“Primero, porque estamos en presencia de una crisis de confianza y estrepitosa caída en la demanda de pesos argentinos y consecuente aumento de confianza y demanda de dólares que no estaba contemplada ni en el programa original con el FMI de marzo ni en el ligeramente revisado en junio”, explicó.
Y además porque las circunstancias requieren un “golpe de timón” hacia políticas fiscales y monetarias austeras, añade.
Pero Batakis insiste en que Argentina tiene atractivos para los empresarios, que según ella “entienden la realidad” del país y no han mencionado la inflación durante el encuentro en Washington.
A los inversores en general, la ministra les dice que en el país sudamericano “hay una oportunidad enorme” que la guerra en Ucrania “puso más de manifiesto” puesto que Argentina puede llegar a ser un referente global en materia energética, afirmó.
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“Nosotros todavía hoy estamos importando energía pero básicamente podemos ser parte de la solución en oferta energética y para eso necesitamos inversiones de todo tipo”, como en informática, industria petrolera o litio, un recurso que Argentina tiene en grandes cantidades.
De la capital estadounidense Batakis partió este martes por la tarde con un nuevo préstamo de US$200 millones del Banco Mundial para promover un crecimiento sostenible y un acuerdo de inversión con General Motors sobre el litio, cuyo monto no detalló.
