Por estrategiaynegocios.net
Este lunes, más de 2.500 cruceristas (en su mayoría de nacionalidad alemana) y 1.000 tripulantes fueron parte del primer arribo del crucero alemán Mein Schiff 1 a la Terminal Hernán Garrón Salazar de la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (JAPDEVA).
El barco de 313 metros de largo y 36 de ancho -el cual navega oficialmente desde mayo de 2018- pertenece a TUI Cruises, línea de cruceros con sede en Alemania y socia de Royal Caribbean.
La embarcación trajo consigo a cientos de turistas cn interés en conocer del Atlántico tico. La llegada de cada crucero genera alrededor de US$200.000 y representa un engranaje de aliados estratégicos entre comerciantes, tour operadores, transportistas y artesanos que se preparan para mejorar la experiencia de los visitantes.
"Seguimos procurando el desarrollo de una temporada exitosa de cruceros. El personal de JAPDEVA ha trabajado con mucho profesionalismo y responsabilidad. También existe todo un engranaje de aliados estratégicos entre comerciantes, tour operadores, transportistas y artesanos que se prepararon para mejorar la experiencia de los visitantes", indicó la Presidenta Ejecutiva de JAPDEVA, Andrea Centeno.
"Reconocemos en la industria de cruceros un importante detonante de la economía y por ello nuestro compromiso es atenderlos de la mejor manera posible. Tenemos la oportunidad de aumentar el consumo promedio de los cruceristas si logramos ofrecer una oferta más amplia de servicios y destinos en la provincia, ese es nuestro objetivo", afirmó.
Como parte de la ceremonia inaugural por el arribo del Mein Schiff 1 se realizó el tradicional intercambio de insignias con el capitán de la embarcación, Jens Alexander Troier; el Gerente General de SCANSA ILG Logistics (agencia naviera encargada de la coordinación con la línea de cruceros TUI), Jan Martin Nielsen y la Presidenta Ejecutiva de JAPDEVA, Andrea Centeno.
El barco, tecnológicamente sofisticado, cuenta con un sistema de aprovechamiento energético que reduce las emisiones hasta en un 30% en comparación con otros buques del mismo tamaño.
Este lunes, más de 2.500 cruceristas (en su mayoría de nacionalidad alemana) y 1.000 tripulantes fueron parte del primer arribo del crucero alemán Mein Schiff 1 a la Terminal Hernán Garrón Salazar de la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (JAPDEVA).
El barco de 313 metros de largo y 36 de ancho -el cual navega oficialmente desde mayo de 2018- pertenece a TUI Cruises, línea de cruceros con sede en Alemania y socia de Royal Caribbean.
La embarcación trajo consigo a cientos de turistas cn interés en conocer del Atlántico tico. La llegada de cada crucero genera alrededor de US$200.000 y representa un engranaje de aliados estratégicos entre comerciantes, tour operadores, transportistas y artesanos que se preparan para mejorar la experiencia de los visitantes.
"Seguimos procurando el desarrollo de una temporada exitosa de cruceros. El personal de JAPDEVA ha trabajado con mucho profesionalismo y responsabilidad. También existe todo un engranaje de aliados estratégicos entre comerciantes, tour operadores, transportistas y artesanos que se prepararon para mejorar la experiencia de los visitantes", indicó la Presidenta Ejecutiva de JAPDEVA, Andrea Centeno.
"Reconocemos en la industria de cruceros un importante detonante de la economía y por ello nuestro compromiso es atenderlos de la mejor manera posible. Tenemos la oportunidad de aumentar el consumo promedio de los cruceristas si logramos ofrecer una oferta más amplia de servicios y destinos en la provincia, ese es nuestro objetivo", afirmó.
Como parte de la ceremonia inaugural por el arribo del Mein Schiff 1 se realizó el tradicional intercambio de insignias con el capitán de la embarcación, Jens Alexander Troier; el Gerente General de SCANSA ILG Logistics (agencia naviera encargada de la coordinación con la línea de cruceros TUI), Jan Martin Nielsen y la Presidenta Ejecutiva de JAPDEVA, Andrea Centeno.
Más sobre el Mein Shiff 1
Su construcción tomó alrededor de tres años y tuvo un costo de alrededor de US$625 millones. Es parte de la línea de cruceros TUI de capital alemán, inglés y estadounidense en el que participa la Royal Caribbean como parte de sus accionistas.El barco, tecnológicamente sofisticado, cuenta con un sistema de aprovechamiento energético que reduce las emisiones hasta en un 30% en comparación con otros buques del mismo tamaño.
