¿Cuál es el papel que desempeña CENPROMYPE en la especialización regional de los Centros de Atención MIPYME que operan en Centroamérica y República Dominicana?
Desde nuestra intervención en regionalizar la buena práctica de los Centros de Atención, hemos transferido metodologías a toda la región en servicios especializados como atención a emprendimientos dinámicos, internacionalización, turismo, compras públicas, empresarialidad femenina.
Además, hemos apoyado a los países en los procesos que han desarrollado a nivel nacional para la institucionalización de los mismos.
¿Qué tipo de apoyo ha sido éste?
En Guatemala acompañamos al Viceministerio MIPYMES en las gestiones que realizó para que el porcentaje de recursos que han de ser cubiertos desde el ámbito público fueran asumidos dentro del Presupuesto de la República, debido a que el país inició el establecimiento de Centros a través de un programa con el BID. Esto implicó asesorar y acompañar técnicamente a la Viceministra a negociaciones con instituciones como el Ministerio de Hacienda, coordinar acciones para que Diputados conocieran la experiencia en otros países de la región, entre otros.
Algo similar hemos realizado en Honduras donde los fondos provienen de la Ley de MIPYMES, pero donde está establecido otorgarse por un período de 10 años que llegarán a su fin en el 2020. CENPROMYPE es, en resumen, el articulador regional de un modelo priorizado por ocho países.
¿Qué rol ha desempeñado la Unión Europea y cuál es su importancia?
La Unión Europea es para CENPROMYPE y los ocho gobiernos de la región que conformamos el Sistema de la Integración, un socio para el desarrollo, un aliado para la ejecución de toda nuestra AGENDA REGIONAL MIPYME.
Esta alianza muestra un compromiso integral con el segmento empresarial que representan las MIPYMES y al ecosistema regional de apoyo a las mismas que se articula desde la institución.
La Unión Europea reconoce así el peso de las MIPYMES para el desarrollo de los países.
La MIPYME en la región del SICA representa el 98% del parque empresarial, constituyéndose en la principal fuente de empleo, incluyendo el empleo femenino que es particularmente alto entre las microempresas. Son actores protagónicos del desarrollo económico y de la inclusión social. Contribuyen a la reducción de las desigualdades dentro nuestras sociedades.
¿Qué países de la región destacan en el desarrollo de las redes vinculadas al fortalecimiento de las MIPYME?
Cada país tiene su particularidad y su proceso de desarrollo, destacándose de alguna manera. El Salvador tiene su modelo de empresarialidad femenina. República Dominicana ha iniciado con Centros de Atención MIPYME especializados, por ejemplo, tiene uno que atiende solo a la mediana empresa y en el desarrollo de un modelo de atención que pone el énfasis en las compras gubernamentales.
Honduras es reconocido por el tipo de asocio en el que participan varias organizaciones de sociedad civil, además del gobierno y la academia. Esto ilustra muy bien los beneficios de la integración en el espacio de CENPROMYPE, que es liderado por las autoridades MIPYMES de los ocho países.
En el marco del Consejo Directivo, estas buenas prácticas se comparten y nosotros las transferimos a los demás países. Esto ha ocurrido con compras públicas y empresarialidad femenina.
¿Cuál ha sido el aporte de los centros de atención?
Los Centros de Atención MIPYME han demostrado su efectividad como prestadores de servicios de las personas empresarias que se acercan a ellos, cada año reflejan cifras de ventas de más de 30 millones de dólares, generan también miles de empleos y abonan a MIPYMES más fuertes con mayor competitividad.
Hemos avanzado en la vinculación financiera de las MIPYMES atendidas por estos Centros en la región, logrando solo en 2018, US$20 millones en financiamiento para las empresarias de las MIPYMES.
¿Y el de las instituciones públicas, privadas y de la academia involucradas en los Centros de Atención?
Los números de los que hablamos son una radiografía del modelo de atención a la MIPYME en el que están apostando estas instituciones, CENPROMYPE y los socios para el desarrollo que se han sumado a esta iniciativa.
El modelo es integral, los logros de las instituciones públicas, privadas y académica se fusionan en uno solo en los Centros de atención, hablamos de más de 400 instituciones en la región aportando dinero, capacidad, experticia y redes de apoyo con un solo fin: tener MIPYMES más competitivas.
Además del modelo de Centros de Atención MIPYME, en la agenda regional que ejecuta CENPROMYPE ¿Cuáles son los logros alcanzados en 2018?
Además de los buenos números presentados por el modelo de los Centros de Atención MIPYME, podemos hablar del avance en los ecosistemas de emprendimiento que a nivel nacional ya están buscando un ecosistema regional de incidencia. Junto a los ministerios de educación y cultura de los países de la región hemos trabajado contenidos sobre emprendimiento, que serán integrados a los planes nacionales de educación básica. Es un trabajo conjunto con la Coordinación Educativa y Cultural de Centroamérica, la CECC-SICA.
Para fortalecer las redes de pequeños negocios se han dado subvenciones por más de un millón de dólares. Hemos transferido dos servicios especializados, uno de Compras Públicas, que busca que más MIPYMES sean proveedoras del estado; el otro es el servicio de Empresarialidad Femenina, que busca acelerar emprendimientos liderados por mujeres, así como articular un sistema de apoyo para las mujeres que enfrentan día a día brechas económicas y de género.
Junto a CEPAL y SIECA hemos definido una metodología de cadenas regionales de valor que busca la inserción efectiva de la MIPYME en los mercados nacionales, regionales e internacionales.
¿Cuáles son las prioridades definidas para 2019?
Los retos en el 2019 giran alrededor de consolidar el respaldo de la cumbre de jefes de estado y de gobierno a la política regional MIPYME, el fortalecimiento del diálogo político entre instancias regionales, la articulación con el sector privado, la mejora de la creación y análisis de estadísticas para las MIPYMES.
¿Por qué es necesaria una Política Regional Mipyme en la región?
Una política regional MIPYMES es necesaria porque reconocemos a las MIPYMES como un actor protagónico de desarrollo e inclusión social, partiendo de una perspectiva distinta sobre el papel que pueden jugar las micro, pequeñas y medianas empresas en el desarrollo económico, social y democrático de la región SICA. Si bien reconocemos las limitaciones y debilidades estructurales que presenta el sector, con la política buscamos reivindicar su rol y su importancia estratégica en el contexto de los profundos cambios que se prevén en la economía mundial en las próximas décadas, producto en parte de los cambios poblacionales y de los impactos de la revolución tecnológica y técnica que está teniendo lugar en la actualidad y que se profundizará con resultados aún impredecibles de acá al año 2050.
¿La política es, entonces, el instrumento que se necesita para impulsar aún más a las MIPYMES?
Necesitamos hacer tangible un instrumento que nos permita tener una visión compartida de desarrollo de mediano y largo plazo que permita alinear las energías nacionales y regionales alrededor de objetivos y metas convergentes y que posibilite la definición e implementación de estrategias nacionales de apoyo a las MIPYME congruentes con la consolidación y profundización de la integración regional. Un instrumento que permita al ecosistema de apoyo a la MIPYME estar preparado para las demandas del segmento empresarial en los años venideros, un producto que esté construido con una visión de futuro.
¿Qué se requiere para que las MIPYMES se conviertan realmente en el motor de desarrollo de la región?
Las MIPYMES ya son un motor de desarrollo para la región, generando alrededor del 30% del PIB, contribuyendo a la generación de la mitad de los empleos a la región. Necesitamos conectar a la MIPYME con herramientas tecnológicas, contribuir a disminuir la tramitología para ellos, hacer que emprendimientos dinámicos conecten con iniciativas de inversión en el sector privado. Abrir los mercados y dar beneficios a las pequeñas para mejorar su competitividad tanto a nivel intraregional como internacional.
