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Los escándalos de Liliane Bettencourt, la poderosa dueña de L’Oreal

La muerte de la heredera de L'Oreal, Liliane Bettencourt, puede reabrir un multimillonario pleito legal. Pocos día antes de su deceso se había cerrado un conflicto que involucró a una de sus hijas, un mayordomo y grabaciones clandestinas.

2017-09-22

Por Infobae

El conflicto, que se cerró apenas unos días antes del fallecimiento de la que fue declarada como 'la mujer más rica del mundo -con una fortuna estimada en US$44.700 millones-', se remonta al año 2010.

En ese momento varios medios franceses publicaron unas grabaciones realizadas por el mayordomo de Bettencourt en las que se evidenciaba la influencia que tenía sobre la anciana el fotógrafo y hombre de confianza, François-Marie Banier. Algunos aseguran que fue la hija de la heredera de L'Oreal, Françoise Bettencourt, quien ordenó al empleado realizar esas grabaciones clandestinas.

Tras la revelación, presentó una denuncia contra el hombre ante la justicia, acusándolo de recibir favores económicos y un trato preferencial por parte de su madre. Concretamente, lo acusó de haberse quedado con más de US$1.000 millones, entre dinero en efectivo, cuadros de Matisse, Picasso y Man Ray y, dicen los rumores, hasta una isla propia, aprovechándose de que la mujer ya padecía los primeros síntomas de demencia y Alzheimer.

Para ese momento, madre e hija llevaban años distanciadas por las supuestas intromisiones de Banier -para entonces con una fama internacional de vividor- y otros hombres en los asuntos de la familia.

El escándalo llegó hasta el Palacio del Elíseo debido a que las grabaciones del mayordomo involucraba al entonces ministro de Trabajo del gobierno de Nicolás Sarkozy, Eric Woerth, quien habría estado al corriente del manejo fraudulento de la fortuna del imperio de los cosméticos.

La contadora de L'Oreal denunció que Woerth fue el artífice de una cuantiosa donación de la compañía a la campaña de Sarkozy, declaración más tarde desmentida extrañamente por ella misma.

En 2015, las denuncias cruzadas llevaron a un tribunal de Burdeos a condenarlos a diversas multas y penas de cárcel. Banier fue el más perjudicado con tres años de cárcel y una multa de 350.000 euros, a lo que se sumó una indemnización de 158 millones que debía pagar.

El escándalo no se cerró allí y Banier contraatacó, acusando a la hija de la anciana de presionar y sobornar a testigos para que declaran en su contra.

Los abogados descubrieron un acuerdo sobre un pago de 400.000 euros fechado en julio de 2007, y un préstamo que concedió Françoise Meyer de 300.000 euros en 2012 al que fue durante muchos años el abogado de su madre, Claire Thibout.

Finalmente, en 2016, el juez acusó a la hija de la empresaria de soborno, y el que había sido el abogado de su madre fue también condenado de 'falso' testimonio. Recién en mayo del año 2017, llegaron a un acuerdo y frenaron los procesos judiciales cruzados.

Christophe D'Antonio, periodista y autor del libro La lady et le dandy: la véritable histoire du couple Banier-Bettencourt (La lady y el dandy: la verdadera historia de la pareja Banier-Bettencourt), aseguró: 'Banier se convirtió en la persona más importante para Bettencourt desde finales de los 90.

Pasaron mucho tiempo juntos, viajaron por el mundo (…) él es exigente, está acostumbrado a vivir como un príncipe gracias al dinero de ella, que no sabe negarle nada. Pero ella tampoco se arrepiente de lo que le da y quiere que él sea su legatario universal, lo que significa que al morir, recibirá entre el 10% y el 20% de su fortuna. El 80% o el 90% está comprometido para su hija Françoise y sus dos nietos'.

Con el fallecimiento de Liliane Bettencourt, la polémica podría reabrirse.

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