Quienes conduzcan por las calles de Pittsburgh, Estados Unidos, en las próximas semanas podrán encontrarse con algo fuera de lo común: un carro que parece de súper héroe. Pero no es parte del rodaje de una película, es el carro de prueba del Centro de Tecnologías avanzadas de Uber (ATC por sus sigla en inglés), ubicado en Pittsburgh.
El carro, un Ford Fusion híbrido, estará recolectando y mapeando información, al igual que probando sus capacidades de conducción autónoma, es decir, sin una persona al volante. Cuando el vehículo está en el modo de autoconducción un chófer entrenado va en la silla del pasajero monitorando la operación. El carro ATC de Uber viene equipado con una variedad de sensores, incluyendo radares, escáneres láser y cámaras de alta resolución para mapear detalles del entorno.
Las pruebas en el mundo real son cruciales en el esfuerzo de Uber para desarrollar tecnología autónoma. Los carros autónomos tienen el potencial de salvar millones de vidas y mejorar la calidad de vida para las personas de todo el mundo. 1,3 millones de personas mueren cada año en accidentes vehiculares y en el 94% de los casos el accidente ocurrió por un error humano.
'Creemos que en un futuro esta tecnología va a reducir la congestión y va a facilitar el acceso a transporte más económico y, sobre todo, muchísimas menos vidas perdidas en accidentes de automóvil. Estos objetivos están en el corazón de la misión de Uber de hacer el transporte tan confiable como el agua del grifo, en todas partes y para todos', apunta Uber en un comunicado.
