Centroamérica & Mundo

Oportunidades para una Centroamérica urbana

Las ciudades centroamericanas están creciendo. Y lo hacen a un ritmo vertiginoso. Tanto así que cada año reciben a 700.000 nuevos habitantes. Mirando al futuro esto significa que las ciudades del istmo tendrán en 2050 un total de 25 millones más de personas, o el doble de la población actual. Así lo revela el informe del Banco Mundial “Estudio de la Urbanización en Centroamérica: Oportunidades de una Centroamérica Urbana”, presentado recientemente en Guatemala.

2016-06-17

Por J. Humberto López*

Ahora bien ¿este fenómeno de urbanización importa para el desarrollo? La respuesta es sí y la principal razón es que genera oportunidades. Las ciudades permiten una mayor eficiencia en la provisión de servicios, fomentan el intercambio de ideas, tecnología y conocimiento e impulsan una mayor especialización y productividad económica.

Dicho de otra forma, las urbes pueden convertirse en motores de crecimiento. Prueba de ello es que más del 80 % del PIB regional de Centroamérica se concentra en ciudades. Esto, a su vez, contribuye a una reducción de la pobreza, como vimos en la región en la última década, pasando de aproximadamente un 48 % de los residentes urbanos en 1994 a un 33 % en 2013.

Por otra parte, la urbanización representa retos clave para el desarrollo en el momento en que las oportunidades escasean o debido a la falta de inclusión social y la vulnerabilidad a los desastres naturales. Y en la medida en que la población urbana crece de forma acelerada, las ciudades concentran más estos retos.

Los suburbios centroamericanos son reflejo de la falta de inclusión social. El 29 % de los residentes urbanos en la región viven en asentamientos informales, lo cual a su vez presenta nuevos retos asociados con el acceso a servicios básicos, educación o vivienda, así como mayores niveles de crimen y violencia.

En cuanto a vulnerabilidad a desastres naturales, el 75 % de los activos en riesgo de desastres naturales se concentran en las ciudades. Y el potencial de pérdidas es tremendo: en Centroamérica los daños acumulados por causa de huracanes, inundaciones y terremotos superaron los US$80.000 millones entre 1970 y 2010.

Lejos de desanimarnos, esta realidad nos motiva a apoyar el diseño e implementación de políticas que promuevan una mejor vida para todos los residentes urbanos de Centroamérica. Para ello será necesario enfocarnos en iniciativas que han de hacer de las ciudades lugares más inclusivos, resilientes y competitivos.

Para que nuestras ciudades sean más inclusivas necesitamos políticas nacionales integrales de vivienda y una mejor articulación con los planes de desarrollo territorial a nivel local. Esto se traduce en acciones coordinadas a nivel nacional y local. A nivel nacional se sugiere desarrollar una política integral de vivienda, mejorar la focalización de los subsidios y fortalecer los sistemas de administración de tierras. A nivel local se recomienda integrar los programas de vivienda con los planes de desarrollo local, dar prioridad a la generación de terrenos con servicios en lugares accesibles e implementar inversiones de mejoramiento de barrios para ampliar el acceso a los servicios básicos en zonas pobres.

Para lograr ciudades más resilientes será crucial prevenir pérdidas futuras y tener un mayor entendimiento de los riesgos de desastres naturales para reducir la vulnerabilidad en Centroamérica. Esto pasa por implementar acciones nacionales como mejorar la calidad y accesibilidad de la información sobre desastres e identificar y priorizar las inversiones críticas necesarias para reducir el riesgo al nivel de ciudad.

Por último, y para lograr ciudades más competitivas, será fundamental facilitar el acceso de las firmas locales a mecanismos de apoyo a empresas, fomentar el desarrollo de mayores capacidades e innovación y entender mejor las ventajas económicas comparativas, entre otros.

Es importante tener en cuenta que el éxito de estas políticas urbanas depende de acciones articuladas entre los gobiernos centrales y locales, así como del fortalecimiento institucional y financiero de los municipios.

Solo así, con una clara apuesta por el futuro, lograremos que los retos de la urbanización se transformen en nuevas oportunidades que permitan seguir reduciendo la pobreza y fomentando prosperidad para todos.

*Director del Banco Mundial para Centroamérica

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