Centroamérica & Mundo

El Bachaqueo: emprendimiento exclusivo solo en Venezuela

Si se saca los márgenes de ganancia, cada “emprendedor” logra marginar hasta 1000%. Muchos jóvenes venezolanos prefieren abandonar los estudios para dedicarse al trasiego ilegal de productos básicos.

2016-06-03

Por: Daniel Suchar Zomer*

El mundo vive permutaciones en todas sus estructuras, tratando cada vez más, de adaptarse a lo único constante que es el cambio. Tanto en lo social, político, económico e incluso, hasta tecnológico; los países cada vez más "fuerzan" a sus comunidades a mantenerse a flote con cosas diferentes. Tanto es así, que hay países que han entendido muy bien que los cimientos del desarrollo de las grandes naciones del mundo se han sostenido en dos pilares imprescindibles: innovación y emprendedurismo.

Hoy en día, los emprendedores representan la columna vertebral de las economías estables. Se les denomina también como la chispa que enciende los cambios sociales, son el motor del desarrollo local y los impulsores de la lucha contra la inequidad social.

En zonas altamente desarrolladas, (Estados Unidos, algunas en Europa y/o Asia), se observa la importancia que esas sociedades otorgan a la innovación y al emprendimiento. Citando un ejemplo, las universidades norteamericanas promueven entre sus estudiantes la capacidad de emprender como un principio transversal de la formación académica.

Para el caso de la región de Latinoamérica; aún sigue mostrando cierto rezago. Las limitaciones presupuestarias de los Gobiernos, sobrevivencia de sectores ineficientes y la reciente crisis económica mundial, han llevado a la disminución de la inversión en innovación y desarrollo en este continente; estancándose en un muy lento crecimiento del sector "emprendedor".

Ahora bien, si bien es cierto que los Uber®, Facebook® o Twitter® se fundaron bajo la tutela de emprendedores que apostaron por un proyecto sostenible en el tiempo, dichas empresas hoy contratan una gran cantidad de empleados alrededor del mundo y ofrecen posibilidades de crecimiento dentro de sus empresas. Hay compañías como Mercado Libre® y DeRemate® (Argentina), Maestros del Web® (Guatemala), Cristalab® (Colombia), Betazeta® (Chile), Atomix® (México) o Hipertextual® (Ecuador) que son de renombre, sin contar las micro y pequeñas empresas que se forman día a día en los diversos países, ya sea por emprender o por necesidad.

Pero ninguno de estos países, podrá fecundar empresarios como los que se consiguen hoy en día en Venezuela: Los Bachaqueros.

Un país tan rico (hace años por supuesto) desde todo punto de vista, ha presenciado como todo ese gran esfuerzo se ha volcado a presenciar el nacimiento de "emprendedores" de la compra-venta de productos; sin importar el grado académico. Si bien es cierto que no se necesita ir a una Universidad para estudiar Ciencias del Bachaqueo o Ingeniera Bachaqueril; la población venezolana ha dejado de "vivir, trabajar o estudiar" para "meterse a bachaquear".

Usualmente, este "emprendimiento venezolano" consiste en aquella actividad ilegal de revender los productos básicos que no siempre se encuentran en tiendas y por los que millones de venezolanos hacen horas de fila a diario, y están dispuestos a pagar "lo que sea" por obtenerlos.

El negocio se encuentra en el gran margen de especulación entre el "costo" y el "precio" de los bachaqueros, aprovechando la gran alta demanda de dichos productos. Por citar unos ejemplos, un litro de aceite de maíz cuesta a precio justo unos BsF 28,oo. En el mercado negro se consigue entre BsF 200 y BsF 250. Un kilo de arroz debería valer BsF 120, pero por BsF 1100 se consigue en este nuevo canal de distribución. Y un kilo de la famosa Harina PAN®, la harina de maíz precocida con la que se hacen las arepas, cuesta BsF 190, pero la gente está dispuesta a pagar a los bachaqueros hasta BsF 800.

Si se saca los márgenes de ganancia, cada "emprendedor" logra marginar hasta 1000% afectando rápidamente el indicador de Inflación, el cual ya se conoce informalmente que cerrará el año 2016, cercano al 700%. Y sin olvidar del otro indicador ácido que existe en cualquier economía, es que el salario mínimo en Venezuela ronda los BsF 32.000 (Incluyendo CestaTickets canjeables solo alimentos). Por lo tanto, tener acceso a precios "bachaqueo" es casi imposible para una familia que obtenga ingresos con base a este salario al mes.

Y lo más triste de todo, es que se puede encontrar toda clase de gente dedicada a la nueva profesión venezolana. Se ha visto como personas suelen dividir sus agendas laborales entre "trabajar normal" y "bachaquear". Lamentable pero cierto, cuando estudiantes abandonan sus carreras universitarias para dedicarse al dinero fácil del bachaqueo, argumentado ser "emprendedores" pues son su propio jefe. La clase baja prefiere hacer colas bajo un sol inclemente que producir sus propios ingresos con el sudor de su frente en trabajos estables sostenibles en el tiempo.

"Los jóvenes son el futuro de un país", es la retórica frase trillada de los políticos en cada uno de sus discursos propagandísticos. Pero siendo estrictos en cada palabra de esa oración, la razón está compuesta en quienes sí logran prepararse para generar mayores riquezas al país. Pero estas fortunas se ven reflejadas en la cantidad de bienes y servicios que se producen en una nación con base en dichos conocimientos. Solo hace falta ver a ciudades "artificiales" como Silicon Valley (USA) y Bangalore (India) reuniendo a los genios del emprendedurismo mundial, sostenibles en el tiempo.

Pero sumado a lo anterior, en el tema "bachaqueril", se le añade el ingrediente académico que es muy mal remunerado en el sector universitario. Profesores de alto grado académico (Doctores PhD o Magisters) han reclamado abiertamente en sus redes sociales que sus ingresos se pueden comparar con "los nuevos emprendedores" dejando al descubierto equivocadamente la falacia de "estudiar para ser alguien en la vida". Y por otro lado, se observa personas buscando obtener ingresos por medio de formas ilícitas como Mercado Negro Cambiario o como tráfico de productos hacia las ciudades fronterizas de Bucaramanga, Cúcuta y Maicao; todas en tierras colombianas.

El estado actual de Venezuela, sumergido en una crisis económica y social, ha arado el terreno para que una nueva profesión haya surgido por medio de "oportunidades de mercado" o mejor dicho, por la "viveza criolla" de hacer dinero fácil en pocos minutos. Hoy el país de Bolívar ofrece "títulos ad honorem" a una nueva carrera emprendedora, que gracias a las "buenas decisiones" del Ejecutivo Nacional en desarrollar a sus ciudadanos, solo en Venezuela puede existir.

*Analista Económico. Profesor Universitario.

12 ejemplares al año por $75

SUSCRIBIRSE