Centroamérica & Mundo

Rusia y América Latina

La historia nos dice que cuando la coyuntura internacional de las potencias occidentales es desfavorable, América Latina acostumbra beneficiarse, esto ocurrió por ejemplo durante la segunda guerra mundial. Estos días, vemos claras señales que nos muestran que esta tendencia, se puede repetir.

2014-12-12

Por: Ulrica Nagle*

A partir del conflicto en Ucrania, las potencias occidentales rechazaron el resultado del referéndum de anexar Crimea a la Federación Rusa. En pocos meses, fuimos testigos de las sanciones financieras impuestas a Rusia por las potencias - Estados Unidos, Unión Europea, Australia, Canadá y Noruega -. También fue surgiendo una fuerte caída en el precio de petróleo a nivel internacional, que afecta especialmente a la economía Rusa.

Muchos analistas consideran que el conflicto entre Rusia y las potencias occidentales es exclusivamente comercial, pero algunas señales pueden marcar otra realidad. Rusia jamás dejó de invertir y armarse militarmente. En cambio, Europa, había entrado en un período de desarme. Noruega y Suecia ven con preocupación la actual situación en el Báltico. Noruega informó la obligatoriedad del servicio militar. Mientras tanto el gobierno sueco anunció que 7.500 personas pueden ser llamadas a retomar los ejercicios militares teniendo en cuenta la anexión de Crimea y el conflicto armado en Ucrania.

La Unión Europea, que intenta salir de una profunda crisis económica, está pagando un costo demasiado alto por acompañar la estrategia común de las potencias occidentales con sanciones contra Rusia. Los países miembros de la Unión Europea tenían profundos lazos comerciales con Rusia a diferencia de las otras potencias occidentales. Por ejemplo, un sector clave que se ve afectado es el agroalimenticio. En 2013, Europa exportó en este sector a Rusia por un valor de más de US$16.000 millones. Los sectores financiero y energético también se encuentran fuertemente comprometidos.

Las sanciones hicieron reaccionar al gigante ruso. En respuesta a las sanciones aplicadas contra su país, el primer ministro Mendvedev anunció la "prohibición total para la importación de ternera, cerdo, verduras y hortalizas, frutas, carne de ave, pescado, quesos, leche y productos lácteos" desde la Unión Europea, Estados Unidos, Australia, Canadá y Noruega.

Hoy Rusia tiene la firme voluntad de imponer su liderazgo y cambiar las relaciones comerciales globales.

Putin, puso el ojo en nuevos aliados. La propuesta es simple: buscar nuevos socios que sean ideológicamente anti americanistas. En América Latina, existe terreno fértil en este sentido. No solamente porque Estados Unidos y Europa descuidaron las relaciones con los países sudamericanos, sino también porque existe un fuerte rechazo histórico hacia las políticas intervencionistas de Estados Unidos.

Los países latinoamericanos consideran, en general, que las potencias occidentales no pueden marcarle el rumbo a los países emergentes. Esta postura incluye los temas geopolíticos cruciales. Han rechazado participar en los esfuerzos por aislar internacionalmente a Rusia, se opusieron a las sanciones que le impusieron las potencias occidentales. Al mismo tiempo evitaron que se excluya a Rusia del G20.

América Latina es una oportunidad real para Rusia. Los objetivos rusos en la región son tres: favorecer el comercio bilateral con los países, establecer empresas rusas en Latinoamérica y aumentar su presencia militar.

La relevancia de la región para Rusia, se refleja en la visita que realizó Putin en el mes de julio del presente año retomando antiguas amistades - como lo son Cuba y Nicaragua - y en busca de nuevos socios -en el caso de Argentina y Brasil-. El principal objetivo de la gira fue conseguir respaldo para la política exterior rusa y desarrollar posiciones conjuntas en decisiones geopolíticas.

En la gira, los países latinoamericanos no dudaron en dar su respaldo a la política del Kremlin. A cambio, Cuba, recibió el condonado de un 90% de su deuda con Rusia y el restante 10% -unos US$3.500 millones- serán invertidos en la isla.

En Cuba ya comenzó a funcionar la compañía rusa Zarubezhneft de perforación petrolera. Putin ya señaló además el interés por instalar, en la isla, a la empresa, Inter Rao S.A., que construye bloques energéticos para centrales termoeléctricas y a la empresa de navegación GLONASS, dedicada a la infraestructura terrestre. GLONASS suministraría a la isla productos, servicios y tecnologías en el campo de la teledetección del planeta y las telecomunicaciones por satélite.

En el caso de Argentina, la empresa rusa que se posiciona con fuerza es Rosatom que se dedica a la industria termonuclear y ya está presente en gran parte del país. También, la empresa rusa Powe Machines, está dispuesta a participar en la modernización de la central hidroeléctrica argentino-uruguaya de Salto Grande.

Brasil, también le da la bienvenida a empresas rusas, particularmente en temas militares. Por un lado ya adquirió un sistema de defensa antiaéreo a los rusos pero además el gigante sudamericano invertirá -al igual que Nicaragua- en modernizar a sus Fuerzas Armadas con industrias armamentísticas rusas.

En el mes de agosto, el director del Servicio ruso de Inspección Agrícola y Ganadera -Serguei Dankvert- citó a diplomáticos latinoamericanos con el fin de profundizar numerosos acuerdos comerciales.

En este contexto, Dankvert destacó ante los embajadores latinoamericanos que la actual coyuntura mundial ofrece grandes posibilidades para que aumenten sus exportaciones agroalimentarias al mercado ruso y ya se están realizando las listas correspondientes con la diversificación de productos por países, necesarios para abastecer el mercado ruso.

El ministro de Agricultura ruso, Nikolai Fyodorov, reconoció que la medida causará inflación a corto plazo, pero considera que no existe un peligro significativo en el mediano o largo plazo. De igual manera, los diplomáticos latinoamericanos están optimistas con que las relaciones comerciales con Rusia aumenten y sean duraderas.

Económicamente los países de América Latina que negocien con Rusia, pueden beneficiarse. Políticamente, deberán afrontar el reto de tener como aliado a un país que ha sido cuestionado por el no respeto a los derechos humanos, la libertad de expresión y la celebración de matrimonios del mismo sexo.

Por el momento, a los líderes latinoamericanos no parece importarles demasiado las políticas que su nuevo aliado implementa. Sí les interesa comercializar con Rusia. América Latina se beneficia una vez más de una coyuntura internacional desfavorable para las potencias occidentales, así como ocurrió en la Segunda Guerra Mundial. La particularidad esta vez es que esta nueva alianza comparte una clara y definida postura anti americanista.

El tiempo dirá si se creará una nueva configuración en el comercio mundial.

*Analista internacional

Twitter: @ulricanagle

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