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50 años sin querer queriendo con el 'El Chavo del 8'

Aquel niño que inventó Roberto Gómez Bolaños cumple medio siglo, hace 50 años, el 20 de junio de 1971, esta historia comenzó con la transmisión de “El ropavejero”

2021-06-20

Por La Prensa Gráfica

Fue sin querer queriendo. A Roberto Gómez Bolaños "El Chavo del 8" se le chispoteó. El primer capítulo fue un sketch que, al cabo que ni quería, pretendía ser uno más de sus contenidos habituales, pero terminó siendo el programa número uno de la televisión humorística. Eso, eso, eso.

Hace 50 años, el 20 de junio de 1971, la historia comenzó con la transmisión de "El ropavejero", el primer episodio que fue creado para sustituir un sketch en el que participaba Rubén Aguirre, quien había dejado momentáneamente el programa de comedia "Chespirito", de la entonces Televisión Independiente de México.

En el sketch de ocho minutos sólo tuvo cuatro personajes: Don Ramón, El Chavo, la Chilindrina y José Luis Fernández, quien interpretó al ropavejero. Muestra a El Chavo protegiendo a la Chilindrina, quien se esconde del ropavejero, luego de que su papá, Don Ramón, la asustó diciéndole que éste se la iba a llevar por desobediente.

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María Antonieta de las Nieves lo recuerda casi como un ensayo. "Era un título más, nunca pensamos que la serie fuera a gustar tanto y a ser el mejor programa en toda Latinoamérica de comedia blanca, no pensamos que con ‘El ropavejero’ íbamos a ser eternos, porque ya son 50 años y yo sigo intacta", recuerda la Chilindrina en entrevista.

En eso coincide Roberto Gómez Fernández, hijo de Chespirito, quien tenía siete años en el momento que se transmitió el primer episodio, y comenzó a ver el ascenso de su papá, quien tenía 42.

"El Chavo salió un poco por accidente, mi papá había escrito sobre un señor globero con la característica de que no le caían muy bien los niños, más bien los prefería lejos y los niños eran bastante latosos con él. Sin que los personajes tuvieran un nombre en ese momento, mi papá los rescató y empezó a conformar a los integrantes de la vecindad", cuenta a EL UNIVERSAL.

En ese primer episodio, la Chilindrina utilizaba un vestido diferente. La actriz tenía 21 años y fue su madre quien le compró el atuendo.

"Era un vestido de niña, talla 12, y ella le subió la cintura al busto para que no se me notara, fue en ese programa que yo empecé a vendarme el busto para no verme tan frondosa, quería aparentar que era una niña, no tenía suéter y usaba pecas en la nariz, pero después poco a poco se me fue bajando el lente y se me borraron las pecas, parecía que tenía garras, entonces dije me voy a quitar las pecas de la nariz y me voy a hacer ocho pecas de cada lado. Coincidió con el programa", recuerda la actriz.

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Más allá de las fronteras

En México, "El Chavo del 8" se grabó ininterrumpidamente 25 años y fue distribuido en 12 países de Latinoamérica, Estados Unidos y España; traducido en 50 idiomas, entre ellos portugués, donde hoy los actores de doblaje son reconocidos como "Chaves", "Chiquinha", "Seu Madruga" y "Quico".

En 1990 sucedió algo impensable en Brasil, en donde el show tuvo un éxito sin precedentes.

Durante el mundial de Italia, "Chaves" superó en rating al partido entre la verdeamarela y Escocia.

Tuvo un rating de 36 puntos, una cifra histórica, por lo que la cadena Globo, que transmitía el mundial, intentó después comprar los derechos de "El Chavo del 8" para eliminar a la competencia, cuenta en entrevista Filipe Assis, quien es periodista de entretenimiento en Diario de Pernambuco, en Brasil.

En Perú el canal América televisión transmitía "El Chavo del ocho" como entretenimiento de fin de semana y también competía en los puntos más altos de rating.

Ramón Valdés grabó el comercial de un dulce típico llamado Turrones San José que se volvió tan popular que aún hoy todavía es recordado porque Don Ramón decía la frase típica "En México no hay nada igual… Suavecito", detalla el periodista peruano Diego Parajes.

"Acá Don Ramón es un personaje que ha pegado bastante, es común usar su frase ‘no hay trabajo malo, lo malo es tener que trabajar’, su actitud de no querer pagar la renta acá lo llamamos ‘la criollada’. El Chavo del ocho podría ser una especie de espejo para nosotros en cuestión social", reconoce.

Para los venezolanos, como la conductora Ana Alicia Alba, El Chavo siempre quedará en su memoria como un niño, pues la cadena de televisión RCTV y Venevisión solo transmitió las primeras temporadas de la serie hasta el capítulo en el que los personajes de La vecindad viajan a Acapulco que, según asegura Ana Alicia, es el episodio favorito de muchos venezolanos.

"No sabíamos de qué se trataba la torta de jamón que tanto anhelaba El Chavo, lo entendí hasta que me vine a vivir a México y conocí el bolillo que tanto quería él tener en sus manos. La torta para nosotros es un pastel y era muy raro que mencionara ‘la torta de jamón’ porque era muy difícil de imaginar", cuenta.

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En Argentina la admiración es tanta que en 2017 construyeron una réplica de La vecindad del Chavo en la localidad de Burzaco, donde hay desde un barril de madera idéntico al refugio del pequeño Chavo, hasta un triciclo como el de la Chilindrina.

Los argentinos visitan el sitio muchas veces caracterizado como los personajes, con quienes se identifican. El periodista de "Rolling Stone Argentina", Mariano Ojeda, dice:

"Ha educado a dos o tres generaciones, recuerdo que mi mamá lo veía cuando era chica y yo lo veía también cuando era chico, me parece increíble cómo con un contenido tan inocente hayan construido un contenido de entretenimiento tan fuerte que no sólo trascendió las décadas sino también las fronteras, hemos aprendido, por ejemplo, que le van al América", cuenta entre risas.

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