Por Inc
Según muchos estudios, la inteligencia (de la variedad intelectualizante) y la felicidad no siempre van de la mano. Uno de ellos es evelado por el artículo en The Atlantic:
'Ser mejor educado, más rico o más consumado no hace mucho para predecir si alguien será feliz. De hecho, podría significar que es menos probable que alguien esté satisfecho con la vida'.
Otra más, en el libro recientemente publicado If You're So Smart, Why Are Not You Happy ?, el profesor Raj Raghunathan, de la Universidad de Texas en Austin, explica que las personas inteligentes se sienten infelices midiéndose a sí mismos contra patrones externos que se vuelven cada vez más difíciles de lograr.
Las personas inteligentes tienden a estar muy orientadas a los objetivos, lo que las hace particularmente vulnerables a vincular su felicidad a 'ganar' o alcanzar esos objetivos. Son correspondientemente vulnerables a la depresión cuando las cosas no van bien.
El problema es más agudo para los empresarios que, como he señalado anteriormente, son especialmente propensos a la depresión. Cuando estás deprimido, incluso una gran victoria no te hará feliz. Mientras tanto, una gran pérdida o problemas continuos pueden enviarte a una espiral descendente.
En otras palabras, las personas inteligentes a menudo se sienten miserables por estar demasiado orientadas a los objetivos. Por el contrario, las personas que no están tan orientadas a los objetivos tienen más probabilidades de sentirse satisfechas consigo mismas y con sus vidas.
Si bien ninguna persona inteligente quiere ser 'superficial y vacía', hay mucho que decir para no obsesionarse con los logros externos y, en cambio, estar en el momento, especialmente cuando estás haciendo algo que realmente disfrutas.
Según muchos estudios, la inteligencia (de la variedad intelectualizante) y la felicidad no siempre van de la mano. Uno de ellos es evelado por el artículo en The Atlantic:
'Ser mejor educado, más rico o más consumado no hace mucho para predecir si alguien será feliz. De hecho, podría significar que es menos probable que alguien esté satisfecho con la vida'.
Otra más, en el libro recientemente publicado If You're So Smart, Why Are Not You Happy ?, el profesor Raj Raghunathan, de la Universidad de Texas en Austin, explica que las personas inteligentes se sienten infelices midiéndose a sí mismos contra patrones externos que se vuelven cada vez más difíciles de lograr.
Como Raghunathan explicó en el artículo de The Atlantic:
'Si obtienes un gran aumento este mes, podrías estar feliz por un mes, dos meses, tal vez seis meses. Pero después de eso, te vas a acostumbrar y vas a querer otro gran golpe. querrás seguir obteniéndolo para mantener tus niveles de felicidad. En la mayoría de las personas puedes ver que esa no es una fuente de felicidad muy sostenible '.Las personas inteligentes tienden a estar muy orientadas a los objetivos, lo que las hace particularmente vulnerables a vincular su felicidad a 'ganar' o alcanzar esos objetivos. Son correspondientemente vulnerables a la depresión cuando las cosas no van bien.
El problema es más agudo para los empresarios que, como he señalado anteriormente, son especialmente propensos a la depresión. Cuando estás deprimido, incluso una gran victoria no te hará feliz. Mientras tanto, una gran pérdida o problemas continuos pueden enviarte a una espiral descendente.
En otras palabras, las personas inteligentes a menudo se sienten miserables por estar demasiado orientadas a los objetivos. Por el contrario, las personas que no están tan orientadas a los objetivos tienen más probabilidades de sentirse satisfechas consigo mismas y con sus vidas.
Si bien ninguna persona inteligente quiere ser 'superficial y vacía', hay mucho que decir para no obsesionarse con los logros externos y, en cambio, estar en el momento, especialmente cuando estás haciendo algo que realmente disfrutas.
