Han finalizado las Olimpiadas celebrados en Rio de Janeiro, con un montón de experiencias y aprendizajes que han dejado las justas a lo largo de la transmisión de los 28 deportes olímpicos que allí se manifestaron. A partir de allí, la gran mayoría de reportajes se centra en el futuro no muy lejano de las instalaciones donde se ejecutaron las justas, y por supuesto el nefasto cálculo del retorno sobre inversión de estas estructuras multimillonarias.
Seguidamente, empiezan los gurúes económicos y financieros a echar números sobre la mesa para satanizar o glorificar dichas inversiones con miras a algún tipo de ayuda social que pueda dejar la realización de los Juegos Olímpicos en sus diferentes sedes. En este caso, sería la ciudad de Rio de Janeiro a ser la próxima "enjuiciada".
Pero muchos se olvidan de los verdaderos protagonistas de esos juegos. Los atletas, entrenadores y delegados; quienes han hecho grandes sacrificios para poder llegar a aparecer en la televisión que muchos disfrutaron durante los 15 días del evento. Estos personajes llegan a cada uno de sus países, unos etiquetados como héroes; otros señalados como fracasos y otra parte del grupo, sin pena ni gloria, pasan desapercibidos como una papa sin sal.
Los deportes que allí se disfrutaron, en su gran y abrumadora mayoría; son disciplinas que nadie les da su respectivo seguimiento ni atención. Es más, se llega a considerar que ver Gimnasia, Tiro al Blanco o Clavados por televisión, es solo cada 4 años con el llegar de las Olimpiadas. Lamentable pero cierto, fue ver la gran afluencia de espectadores presenciando deportes no tradicionales cuando al llegar los deportistas a sus países, se tienen que consolar con familiares, amigos y uno que otro asistente "por motu propio".
No es un secreto para nadie, y mucho menos lo que se vive en Latinoamérica; que el Deporte Rey es el futbol (y donde no lo es, es beisbol. Solo hacer el "switch"). Y a partir de allí, los ojos tanto financieros, económicos y sociales, giran alrededor de estos deportes, olvidándose prácticamente del resto de disciplinas que existen legalmente federadas.
Y cuando se realiza la debida investigación sobre las aspiraciones olímpicas de conseguir una medalla latinoamericana en judo, atletismo o voleibol; se pierde como humo entre los dedos ese deseo de ver algún representante en el pódium. No es de extrañarse que los países que poseen indicadores de PIB per-cápita más altos, también sean quienes lideren el medallero olímpico, evento tras otro.
Pero será que el dinero lo compra todo o es que los atletas nacen con un ADN cruzado con indicadores macroeconómicos de sus países. Pareciera que sí, pero el secreto está basado en la educación, en la disciplina y en la visión largo-plazo de estos países.
Los gobiernos de LatAm se ufanan si hubo alguna medalla conseguida por algún atleta, mientras que no se ve a presidentes de países de primer mundo haciendo fiestas ni mítines en cadena nacional para homenajear a sus deportistas. Eso lo dan por un hecho pues su estructura deportiva está orientada a resultados de primer nivel y no enfocados en "ir a pellizcar a ver qué se puede".
Latinoamérica debe observar bien lo conseguido por Gran Bretaña que pasó en 20 años de no ganar medallas a conseguir un segundo lugar en el medallero brasilero. La buena administración de los recursos, los objetivos bien planteados, la masificación de los deportes y por supuesto, erradicar el clientelismo y la discriminación racial; son las bases de los logros conseguidos por aquellos países que ven por el retrovisor a las delegaciones de este lado del mundo.
Los deportes No-Rey son también una opción para que los gobiernos puedan optimizar sus sistemas de salud. En estudios realizados como el Modelo PIEC o como el Modelo EUROPA; detectan que por cada US$1 invertido en promoción deportiva, el ahorro en Salud es casi de US$8. Por lo tanto, han definido ahorros a largo plazo de hasta US$300.000 millones en períodos de 15 años en la salud social.
Siendo claro, en ciertos países de LatAm el dinero se desborda. En otros, escasea. Pero lo que sí sucede es que todos convergen en una mala administración de los mismos. Se ha visto que al regresar de los Juegos Olímpicos; las disciplinas no tradicionales pierden "fuerza económica" y no hay forma alguna de mantener un programa a largo plazo sino vivir "con el día a día".
Ideal fuera que ahora, que los deportistas tanto olímpicos como la generación de relevo; ya empiecen a pensar en Tokio 2020. Los planes de trabajo ya deben estar fundamentados en ir formando esos atletas que en cuatro años, estarán listos para competir. Pero tampoco dejar afuera los deportes que no se encuentran en el listado Olímpico de la ciudad nipona. Criquet, Squash, Softbol, Futbol Americano, Hockey en Patines, entre otros deportes; no pueden ser abandonados de forma drástica por no estar dentro de esa lista. Esos deportes también tienen sus atletas que al igual que los "olímpicos" hacen grandes sacrificios familiares, laborales y académicos; para dejar cada uno de los países muy en alto a la hora de competir.
Pero con retrasos en los abonos de fondos públicos para estos deportes. La ceguera de muchas personalidades de planificar a corto plazo. La mediocridad de pensar que la inversión en el deporte es pérdida financiera para los países. La discriminación racial que existe en algunos deportes para no lograr su masificación (nadie sabe en qué sector de la población se encuentra el niño con el don del deporte). La mala administración y sed de "viáticos", y como siempre, la terquedad de políticos y personajes de renombre en entablar disputas innecesarias con sus Comité Olímpicos en vez de unir fuerzas y lograr "medallas para sus propios países".
Latinoamérica debe entender muy bien que los Deportes No Rey pueden ser una vitrina muy especial para que sus países mejoren su Marca-País. Si bien es cierto el futbol se lleva muchas miradas, hay que saber comprender que el conglomerado de deportes no tradicionales son quienes colocan a las naciones en la parte superior del medallero. No se debe abandonar de ninguna forma a los Deportes No Rey, pues serán ellos quienes laven la cara por una disciplina en particular.
*Analista Económico. Profesor Universitario.
