Claves del día

Centroamérica mira de reojo a Europa y al Brexit

Aunque el comercio centroamericano con el Reino Unido es modesto, la región debe estar vigilante por posibles efectos sobre este y la integración.

2016-08-08

Por Daniel Zueras, estrategiaynegocios.net

No parece que el Brexit vaya a pro-ducir mayor impacto en Centroamérica, pero sí que la región debe estar vigilante, ya que con esta decisión (que se materializará en algu-nos años), los británicos saldrán del Acuerdo de Asociación que tiene la UE con la región.

Respecto a negociar un tratado conjunto o individual con el Reino Unido, la decisión debe ser bien pensada. "Sería especular, no se sabe qué querrán los británicos. Sí necesitaran mucho acceso a mercados, lo harán agresivamente. Son un buen mercado para nosotros, no necesariamente al revés, pero sí les podemos servir como plataforma de exportación a EE.UU.", comenta Víctor Umaña, director del Centro Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible (CLACDS) de Incae.

En materia comercial, el Reino Unido fue en 2015 el decimoquinto comprador de productos centroamericanos (US$385,2 millones, frutas principalmente), el 1,37 % de las exportaciones del Istmo. Costa Rica es, por amplio margen, el país centroamericano que más productos les vende, US$176,9 millones (45,92 % de las exportaciones de CA).

En todo caso, las exportaciones al Reino Unido podrían no ser las únicas en verse afectadas, ya que, de continuar la tendencia de caída del euro y la fortaleza del dólar, podría afectar a las ventas centroamericanas hacia la UE, y ahí los números ya son mucho mayores; así como la llegada de turistas a la región. Esto encarecería los productos centroamericanos, una región muy ligada al dólar y a las políticas económicas estadounidenses, lo que propicia que se vuelva más cara con relación al euro, lo que "afecta el comercio con toda Europa", explica Maximiliano Soto, director del Instituto de Investigaciones de Ciencias Económica (IICE) de la Universidad de Costa Rica.

Sin embargo, continúa, no es algo que se pueda evaluar ya, y será necesario estar pendiente de los acontecimientos en el mercado cambiario en las próximas fechas.

Otra contrariedad podría ser la de un menor crecimiento de Estados Unidos, si es que esto se diera por contagio del Brexit, dada la importancia de la economía estadounidense para el crecimiento de la economía de nuestros países, "pero no se ve una afectación catastrófica", apunta Luis Diego Herrera, economista del Grupo Financiero Acobo.

¿Y en lo político?

Con respecto a un posible impacto sobre la integración centroamericana, por algún país que pudiera seguir el ejemplo del Reino Unido, Umaña lo considera bastante improbable: "Tradicionalmente Costa Rica es el país más escéptico en relación con la integración centroamericana, y no creo que esté tentado a seguir ese rumbo. Hay que tener en cuenta que es el que más exporta a la región, por lo que no veo ningún interés para fomentar división en el corto plazo".

El politólogo costarricense Gustavo Araya, sin embargo, no ve imposible un ‘Tixit’: "La principal enseñanza es que el tema de la integración pasa no solo por elementos de carácter económico, hay mucho de fon-do en términos culturales y de identidad de país que está en juego".

Araya considera que "en caso de ocurrir se daría por diferencias de estado de desarrollo" entre los países del CA-4, por un lado, y Costa Rica y Panamá, por el otro; lo que hace que el sur de la región centroamericana "pueda ser esa Inglaterra que hoy no ve en la integración un posible beneficio para su propio desarrollo".

¿Tiene sentido resolver temas de gran importancia y de extrema complejidad a través de un mecanismo como el referéndum, con mayoría simple y de una sola vez? Para el director de IDEA y experto en temas democráticos, Daniel Zovatto, desde un punto de vista de la teoría política democrática "nadie está en contra de que en determinados momentos se consulte directamente a la ciudadanía para que esta tome una decisión"; el tema es que esa consulta se lleve a cabo a través de un proceso que permita preservar la herra-mienta, pero que a la vez no simplifique en demasía la toma de decisiones ante asuntos de tamaña importancia.

La crisis de representatividad en Europa, junto al auge de la xenofobia y el nacionalismo han provocado que los mecanismos de la democracia directa como el referéndum para tomar decisiones, se hayan tornado ‘sexies’. Pero hacerlo "en una sola vez por mayoría simple, de gran trascendencia, y de enorme complejidad es como jugar a la ruleta rusa", y más en casos que trascienden el ámbito nacional.

Zovatto propone, para asuntos de extrema trascendencia y complejidad, por ejemplo, "que sean dos votaciones en un periodo de dos años; con un nivel electoral mínimo (en este caso se cumplió); además de tener que contar. a su vez, con un voto del Parlamento de un cierto nivel (55 % - 60 %). Que no sea imposi-ble, pero tampoco sencillo para, en un día, con un voto emocional, decidir sobre algo tan trascendente"

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