<br /><br /><em><strong>> Enmarcar el desaf&iacute;o </strong></em><br /><br />En esta etapa, el equipo que dise&ntilde;a el servicio investiga y se relaciona con los distintos actores involucrados en el servicio actual para entender su funcionamiento. <br /><br />Esta fase tiene dos grandes objetivos: indagar y definir. Se detecta cu&aacute;l es el problema, necesidad u oportunidad de negocio a abordar y se comprende a profundidad. Aunque al inicio se interprete el problema desde la perspectiva de la organizaci&oacute;n, es necesario indagar m&aacute;s para entenderlo desde las miradas de los consumidores y usuarios actuales y potenciales. <br /><br />Analizar el problema facilitar&aacute; detectar los aspectos del servicio a mejorar, eliminar, cambiar y/o agregar. Cumplida la fase exploratoria, se sintetizan los resultados para definir el desaf&iacute;o concreto de dise&ntilde;o que se abordar&aacute; en la siguiente etapa, el cual debe estar alineado a los objetivos y posibilidades de la organizaci&oacute;n.<br /><br /><em><strong>> Desarrollar el concepto </strong></em><br /><br />En esta etapa se generan espacios para que los actores de la organizaci&oacute;n y los p&uacute;blicos de inter&eacute;s colaboren en el desarrollo de soluciones al problema identificado. <br /><br />Como un servicio debe dise&ntilde;arse para quien lo recibe y para quien lo entrega, es esencial incluir representantes de todos los actores del proceso trabajando como equipo multidisciplinario en la creaci&oacute;n del proceso de servicio. El objetivo de esta etapa es desarrollar el nuevo servicio y detallar sus componentes para conformar un todo integrado y coherente. <br /><br />Se eval&uacute;an los servicios actuales y, a partir de las oportunidades de mejora detectadas en el servicio, se generan m&uacute;ltiples ideas por medio de t&eacute;cnicas creativas. Las ideas propuestas se depuran y se transforman en soluciones de alto impacto.