Más de 1.800 rescatistas culminaron este viernes el segundo día de trabajos en la zona El Cambray II, municipio de Santa Catarina Pinula, Guatemala, en donde la noche del jueves, un inmenso alud sepultó más de 125 viviendas. Los voluntarios no lograron arrancarle a la tierra sobrevivientes en esta jornada.
Al final de la tarde, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) reportó 69 personas encontradas sin vida, de las cuales 36 permanecen sin identificar. Pero la cifra podría crecer mucho más. El último recuento apuntó 300 desaparecidos y 172 albergados.
Tras remover 70.000 metros cúbicos de tierra y extraer otros 1.700 metros cúbicos, los trabajos de rescate han permitido la localización de 34 personas vivas, según datos de la institución.
Este sábado, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) ajustó a la baja el número preliminar de desaparecidos en el sector que había estimado en 600. Informó que se calculan en 300 las personas desaparecidas.
Manuel de Jesús Sandoval (62 años). Maritza Aquino (50 años). José Jonathan Aquino (38 años). Iris Albertina Pu (25 años). Victoria Esmeralda Mejicano López (23 años). Estefany Sandoval (11 años). Anderson Jared Salazar (5 años). Noemí García (2 años). Alejandro Benjamín Macario Miranda (4 meses). Rodrigo Sebastián y Santiago Sebastián Gudiel Pérez (3 meses). Son solo algunos de los nombres de la tragedia. Las víctimas a las que el derrumbe de un cerro de más de cien metros encontró en casa, ese jueves 1 de octubre por la noche.
Este viernes, decenas de personas hacían fila afuera de una improvisada morgue en un salón municipal de Santa Catarina Pinula, buscando a sus desaparecidos y para identificar a sus muertos. Con la identificación, sobrevinieron escenas de dolor. Las calles del municipio de Santa Catarina Pinula se llenaron de luto. La bodega municipal se convirtió en una sala fúnebre para velar a los muertos. En el cementerio municipal los deudos despedían a las primeras víctimas identificadas y entregadas a sus familias.
Otros seguían ahí, en las inmediaciones, esperando noticias de sus desaparecidos, o retirando la tierra, con palas y botes, aún con la esperanza de rescatar con vida a sus seres queridos. Los restos de las viviendas se encuentran debajo de montañas de tierra, desde 8 hasta 20 metros de profundidad, informaron expertos.
Por la tarde, Sergio Cabañas, oficial de Conred, informó que aunque los trabajos de remoción de tierra continúan, hay pocas esperanzas de encontrar personas con vida, puesto que las probabilidades de sobrevivencia luego de un deslave son menores a las de un terremoto. Advirtió que prevalece inestabilidad en la zona, que podría provocar nuevos derrumbes.
Este sábado al caer la noche se suspendieron los trabajos de rescate, que continuarán este domingo, hasta que se cumplan, por la noche, las primeras 72 horas en las que, según estándares internacionales, es factible encontrar sobrevivientes. Aún después de ese plazo, continuarán los trabajos de búsqueda, informó Conred.
En el área metropolitana de Guatemala, la amenaza de morir soterrados se cierne sobre más de 300.000 personas viviendo en sectores de alto riesgo de deslizamiento, ha dicho en medio de esta tragedia el secretario ejecutivo de Conred Alejandro Maldonado, "pero se hace imposible trasladarlas".
