Antes de convencer al rey mexicano de las telecomunicaciones, FCC, que ya cuenta en su accionariado con Bill Gates, con un 5,7% del capital, había tentado al multimillonario estadounidense George Soros de hacerse con el control del grupo, del que ya poseía un 4%.
Sin embargo, las negociaciones fracasaron el lunes a causa, según la prensa española, de los recelos de la principal accionista del grupo, Esther Koplowitz, a ceder el control de un grupo fundado en parte por su padre en los años 1940, según afirmaron los medios españoles.
La resistencia de una de las diez mujeres más ricas de España terminó este jueves al aprobar una operación que permitirá a Carlos Slim convertirse a un buen precio en el principal accionista con un 25,634%.
Justo por detrás, Esther Koplowitz mantendrá un 24,42% del capital pero podrá nombrar a cuatro de los consejeros, los mismos que el mexicano, la segunda fortuna del mundo según la revista Forbes.
La entrada de Slim se produce en el marco de una ampliación de capital aprobada el 20 de noviembre por los accionistas de FCC a fin de 'fortalecer los fondos propios, reducir el endeudamiento y mejorar la cuenta de resultados' del grupo, que en 2013 registró una pérdida histórica de 1.500 millones de euros (cerca de US$1.900 millones).
Este jueves, el consejo de administración dio luz verde a esta 'ampliación de capital por valor de 1.000 millones de euros (casi US$1.250 millones), equivalentes a 133.269.083 nuevas acciones, cuyo precio de suscripción será de 7,5 euros (US$9,35) por título', explicó FCC. La operación será asegurada por los bancos Santander, JP Morgan y Morgan Stanley.
Según los términos del contrato, Carlos Slim suscribirá, a través de su empresa familiar Control Empresarial de Capitales SA de CV, la mitad de esta ampliación, unos 500 millones de euros (unos US$625 millones), a los que deberá añadir unos 150 millones (casi US$190 millones) en derechos preferenciales de suscripción.
Pese a este suplemento, el mexicano hace un buen negocio: desembolsará 9,75 euros (US$12,158) por acción, un precio claramente inferior al valor bursátil de 15,3 euros (US$19,07) por título registrado al cierre del miércoles en el índice madrileño.
Señales de esperanza en la construcción
Además de estas condiciones favorables, el magnate mexicano, así como Bill Gates o George Soros, pueden haberse sentido atraídos por las señales esperanzadoras del sector de la construcción en España.
Entre las razones de la consolidación de la recuperación económica del país, que registró entre julio y septiembre el quinto trimestre consecutivo de crecimiento (+0,5%), el Instituto Nacional de Estadística señalaba este jueves el 'mejor comportamiento de la inversión en inmuebles residenciales y no residenciales'.
'La mejoría mostrada por la inversión en construcción desde el inicio del año habría continuado en los meses recientes', avanzó por su parte el Banco de España este miércoles, que pronosticaba una nueva alza en el crecimiento económico del último trimestre.
'El consumo aparente de cemento y la producción de materiales de construcción volvieron a registrar tasas intertrimestrales positivas en el tercer trimestre', añadió.
Muy debilitado por el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008 tras una década ejerciendo de principal motor de la economía española, la recuperación del sector de la construcción y los servicios es todavía frágil en este país.
En el caso de FCC, asfixiado por una deuda que alcanzaba los 6.430 millones de euros (poco más de US$8.000 millones) a finales de 2014, su apuesta para salir de los números rojos pasa por el extranjero.
Presente especialmente en Norteamérica, Suramérica, Europa y Oriente Medio, FCC consiguió importantes contratos en el exterior como la construcción de una línea de metro en Lima (Perú) y de otra en Doha (Qatar).
Aunque sigue registrando pérdidas en los primeros nueves meses de este año (-788,3 millones de euros, algo más de US$980 millones), el grupo consiguió aumentar su beneficio bruto de explotación (Ebitda) en un 19,3% hasta 597,7 millones de euros (US$745 millones) y su cartera de pedidos se mantiene en un nivel récord de 33.480 millones de euros (US$41.745 millones).
