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Obama promete un sistema 'más justo' para millones de inmigrantes

La parte más importante del programa de Obama es la que brinda a indocumentados que tengan hijos con nacionalidad estadounidense o con permiso de residencia la posibilidad de legalizarse, a fin de obtener un permiso de trabajo temporal y evitar la deportación.

2014-11-20

Por: AFP

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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, prometió el jueves un sistema 'más justo' para que millones de inmigrantes indocumentados que viven en el país puedan resolver su situación sin tener miedo a la deportación.

'Tomaré medidas para administrar responsablemente la situación de los millones de inmigrantes indocumentados que viven en nuestro país', dijo Obama durante un discurso de unos 15 minutos pronunciado en la Casa Blanca.

Todas las personas que reúnan una serie de requisitos tendrán la posibilidad 'de presentar una demanda para permanecer en el país temporalmente, sin miedo a la deportación'. Esos inmigrantes podrán así 'salir de la sombra y ponerse al día con la ley', señaló el mandatario.

Las nuevas medidas, apuntó, 'no se aplican a las personas que han ingresado al país recientemente' ni a las que vengan en el futuro y tampoco garantiza la ciudadanía estadounidense. 'Todo lo que estoy diciendo es que no te deportaremos', agregó.

El histórico conjunto de medidas representa un alivio a corto plazo para casi la mitad del enorme contingente estimado en 11,2 millones de inmigrantes no autorizados que residen en Estados Unidos, en su mayoría originarios de México y América Central.

Amplio abanico de medidas

La parte más importante del programa de Obama es la que brinda a indocumentados que tengan hijos con nacionalidad estadounidense o con permiso de residencia la posibilidad de legalizarse, a fin de obtener un permiso de trabajo temporal y evitar la deportación. Unos cuatro millones de inmigrantes indocumentados podrían regularizar su situación solo con esta medida, según la Casa Blanca.

Obama también determinó la flexibilización de los criterios para el programa Acción Diferida para Llegados en la Niñez (DACA, en inglés), originalmente adoptado en 2012, para aumentar la cantidad de beneficiarios. Originalmente, el DACA ofrecía una vía de regularización a jóvenes nacidos después de 1981 y que hubieran llegado a Estados Unidos antes de junio de 2007 con 16 años de edad o menos.

De acuerdo con la Casa Blanca, el nuevo paquete elimina el tope de edad para solicitar el beneficio y mueve la fecha máxima de ingreso al país de junio de 2007 a enero de 2010.

El conjunto de medidas contempla también un refuerzo de la seguridad fronteriza, con el fortalecimiento de las agencias encargadas de esa tarea.

Al mismo tiempo, la Casa Blanca creó un Grupo de Tareas para Nuevos Estadounidenses, que se concentrará en 'estrategias federales para integración de inmigrantes'.

En uno de los aspectos críticos del paquete de medidas, aquellos inmigrantes que ya estén con un proceso de deportación en marcha podrán beneficiarse de las nuevas políticas, informó la Casa Blanca.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, celebró 'el coraje del mandatario estadounidense, que decidió avanzar tras un objetivo justo que no merecía más postergaciones'.

Airada reacción

Los representantes del opositor Partido Republicano reaccionaron casi de inmediato el jueves, alegando la 'ilegalidad' de las iniciativas de Obama. 'No es así cómo funciona nuestra democracia', dijo el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner. 'El presidente ya ha dicho que no es un rey ni un emperador, pero se comporta como tal', añadió.

A su vez, el titular de la Comisión de Seguridad Interna en la Cámara de Representantes, Michael McCaul, tachó las medidas de Obama de 'inconstitucionales y una amenaza a nuestra democracia'.

En tanto, el senador ultraconservador republicano Rand Paul llamó a la cámara baja del Congreso a adoptar una resolución que repudie el proyecto presidencial como ilegal, lo que abriría las puertas a un cuestionamiento judicial de las medidas.

Por su parte, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton agradeció las acciones de Obama y sugirió que la cuestión migratoria sea un tema central de debate durante la próxima campaña presidencial, en la que se perfila como aspirante por el Partido Demócrata. 'Gracias (a Obama) por tomar acción con relación a la inmigración frente a la inacción (del Congreso). Ahora concentrémonos en una reforma permanente negociada por los dos partidos', expresó Clinton en una nota.

La adopción de una completa reforma de todo el sistema migratorio era una promesa central en la campaña de Obama para su reelección, en 2012. La propuesta motivó entonces una movilización pocas veces vista de la comunidad hispana en Estados Unidos, que resultó fundamental para que Obama consiguiera un segundo mandato.

Frente a la Casa Blanca y pese a bajas temperaturas, grupos de activistas, indocumentados y ciudadanos estadounidenses se reunieron tabletas en mano para seguir el discurso de Obama, así como ocurrió en otras ciudades del país.

'¡Cinco millones de miembros de nuestra comunidad han sido salvados!', gritó eufórico Gustavo Torres, presidente de la asociación pro-inmigrante Casa Maryland, poco antes del anuncio.

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