Claves del día

Con Dilma o Aécio, lo que Brasil necesita son inversiones

El próximo presidente de Brasil deberá armar un equipo que recupere la confianza en el país si quiere volver a crecer, con una línea defensiva que combata la inflación, un mediocampo con disciplina fiscal y un ataque que incluya a la inversión como motor de la economía.

2014-10-23

Por: AFP

Esta es al menos la receta del mercado, que según analistas la presidenta y candidata a la reelección por el Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) Dilma Rousseff relegó, optando por privilegiar el consumo interno como gestor del crecimiento, así como una excesiva intervención en la economía para evitar alzas de precios en servicios básicos y combustibles.

Tras un fuerte alza del PIB de 7,5% en el 2010, la mayor economía de América Latina está a punto de cerrar un cuarto año de magro crecimiento que ha afectado sobre todo a la industria. Incluso podría tener un avance nulo en 2014.

'Se necesita intervenir menos en el mercado cambiario, menos en los precios, comprometerse con las metas de inflación, además de disciplina en el manejo fiscal', dijo a la AFP Alberto Ramos, jefe de investigación para América Latina de Goldman Sachs.

Mientras Rousseff ha dicho que los mercados no votan, su contendiente en el balotaje del 26 de octubre, el socialdemócrata Aecio Neves (PSDB), que promete un giro liberal para relanzar la economía, sintoniza con estas propuestas.

El principal asesor económico de Neves, Arminio Fraga, ha adelantado varios de los ajustes que el candidato del PSDB llevaría a cabo si gana los comicios, y que asegura permitirán retomar gradualmente el crecimiento. Entre ellos, una reforma tributaria que exonere importaciones e inversiones y destrabe gastos en infraestructura.

Disciplina e inversión

Los analistas señalan la necesidad de cumplir con el denominado superávit fiscal primario -ahorro para pagar los intereses de la deuda pública-, un compromiso vigilado por organismos multilaterales y cuya meta Brasil ha ido ajustando a la baja según las circunstancias, generando críticas.

André Leite, economista de la consultora TAG Investimentos, asegura que uno de los sectores clave para que la séptima economía mundial vuelva a crecer es la inversión en infraestructura. Pero sin alterar las reglas del juego, dijo, como ha ocurrido en el sector eléctrico, con modificaciones en las tarifas o concesiones.

'El próximo presidente tiene que transmitir al mercado reglas claras, estables. Eso da comodidad a los empresarios para poder invertir', comentó.

Rousseff, quien aventaja levemente a Neves en las encuestas (52% contra 48%), ha dicho que su primer gobierno fue defensivo en medio de un contexto de crisis internacional y tuvo como prioridad evitar el desempleo, hoy en mínimos históricos (5% en agosto). En su segundo mandato, promete, habrá una ofensiva para 'elevar las inversiones'.

Brasil ya pasó del cuarto al quinto puesto en el ránking de entrada de inversión extranjera en 2013, según la ONU, la primera caída desde 2009.

Combatir la inflación

'El gobierno actual se enfocó mucho en el consumo interno, el crédito, y se olvidó de la productividad de las empresas. Tenemos una carga tributaria enorme, mano de obra cara y problemas de logística (...) Brasil es un país muy caro y todo eso no deja crecer', dijo a la AFP el economista brasileño Samy Dana, de la Fundación Getulio Vargas.

Brasil debió subir a 11% su tasa de interés, que había bajado en 2011 para estimular la demanda. En tanto la inflación ya está en 6,75% en 12 meses, superando la meta oficial de 6,5%.

'Tenemos hoy un Banco Central que no es visto como independiente y no hace todo lo que necesita para controlar la inflación', dijo Leite, opinión que también esboza el equipo económico de Neves.

Rousseff considera que dar 'independencia' al BC es otorgar a los bancos un 'cuarto poder' para elevar las tasas, perjudicando la calidad de vida de las personas.

El equipo de Neves también pide reevaluar el rol de los bancos de fomento estatales, sobre todo el BNDES, que financian proyectos que podrían corresponder a la banca privada.

Pero Rousseff discrepa. '¿Quién va a financiar la infraestructura, la casa propia, cobrando tasas menores con pagos en el largo plazo?', ha dicho. Precisamente, los programas sociales han sido el fuerte de su gobierno frente a sofisticados temas de macroeconomía.

Estos programas, impulsados desde 2003 con la llegada al poder de su padrino político Luiz Inacio Lula da Silva, han llevado a 40 millones de brasileños a engrosar las filas de la clase media.

Eso se refleja en las encuestas. Rousseff lidera por lejos los votos en la población con menores ingresos y en zonas más favorecidas con sus programas, así como entre quienes sólo tienen estudios primarios.

Neves, por su parte, vence entre los electores con educación superior y entre quienes perciben más de cinco salarios mínimos mensuales (US$1.575 dólares).

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