"El Gobierno (de Enrique Peña Nieto) no fue capaz de darse cuenta de la repercusión que el hecho (desaparición de estudiantes en Guerrero) tendría en la opinión pública mundial. La primera reacción de la autoridad federal se caracterizó por el desdén seguido de la negación. El presidente del país atribuyó la desaparición de estudiantes normalistas a la negligencia del gobernador de Guerrero, perteneciente a otro partido político, como si la simple acusación no solo eliminara de toda responsabilidad al Gobierno federal sino además le generara dividendos políticos al afectar a sus rivales. Hoy se ha dado cuenta de que el escándalo internacional puede llevarse entre las patas toda la imagen de mandatario modernizador que su Gobierno había logrado instalar en los centros de poder de las metrópolis. Hace unos días el propio ministro de Hacienda, Luis Videgaray, debió aceptar que las tragedias podrían afectar la confianza del inversionista extranjero y, por ende, la recuperación económica. Ha llegado el momento de entender que hay límites a la esquizofrenia con la que un país puede operar. El México de los pobres, el 50% sumergido en la economía informal y que opera con otras leyes que no son las de los tribunales, ese que subyace bajo el enorme océano oculto de aguas turbulentas y salvajes, no puede coexistir indefinidamente con la tersa calma del paisaje paradisíaco que el Paseo de la Reforma se empeña en mostrarnos".
(Fuente: Jorge Zepeda Petterson- Columna de Opinión para EL PAIS)
El Guantánamo del PRI
El gobierno de Enrique Peña Nieto subestimó el impacto internacional de la masacre de Iguala.
El gobierno de Enrique Peña Nieto subestimó el impacto internacional de la masacre de Iguala.
2014-10-16