Centroamérica & Mundo

América Latina 2014: resultados y tendencias electorales

La ralentización económica y las tensiones sociales, fundamentalmente el malestar de las clases medias por la inseguridad, así como por la corrupción y los malos servicios públicos, empiezan a incidir cada vez con mas fuerza en el ciclo electoral de América Latina.Análisis de: Daniel Zovatto.

2014-07-25

Por: Daniel Zovatto *

2014 es un año con una intensa agenda electoral. En el primer semestre han tenido lugar cuatro de las siete elecciones presidenciales latinoamericanas previstas para el presente año. Tres de estos primeros cuatro comicios (Costa Rica, El Salvador y Panamá) tienen un fuerte sesgo geográfico centroamericano, con la sola excepción de las elecciones colombianas.

El 2 de febrero, Costa Rica y El Salvador abrieron la maratón electoral: en el caso costarricense, el candidato Luis Guillermo Solís, del centroizquierdista Partido Acción Ciudadana, y el candidato del oficialista Partido Liberación Nacional, Johnny Araya, fueron en ese orden los más votados en la primera vuelta. Tras celebrarse el balotaje el 5 de abril, Solís triunfó con 77,9% frente a 22,1% de Araya. En El Salvador, el candidato oficialista Salvador Sánchez Cerén del izquierdista FMLN fue el más votado en la primera vuelta pero no superó 50% y tuvo que disputar la segunda vuelta con el candidato Norman Quijano de la derechista ARENA. Celebrada el 9 de marzo, Sánchez Cerén se impuso por apenas 0,22 puntos (6.400 votos) a su contendiente.

En Panamá, el 4 de mayo, ganó el opositor Juan Carlos Varela, del conservador Partido Panameñista Autentico, (39.1%) al oficialista José Domingo Arias (31.4%). Por último, en Colombia, el presidente Juan Manuel Santos no sólo consiguió la reelección sino que también revirtió los resultados del 25 de mayo; es decir, perdió en primera vuelta ante el uribista óscar Iván Zuluaga, pero en la segunda acabó imponiéndose (50,9% vs. 45% del uribismo).

Las tres elecciones presidenciales pendientes tendrán lugar en octubre: el 5 en Brasil; el 12 en Bolivia; y el 26 en Uruguay. En Brasil, las encuestas coinciden en que (consecuencia de la actual desaceleración económica y el malestar ciudadano) habrá balotaje y que la contienda (muy disputada y centrada en la economía) tendrá lugar entre la presidenta Dilma Rousseff y el candidato Aécio Neves del opositor PSDB. En cambio los sondeos difieren acerca de los posibles resultados de la segunda vuelta. Mientras Datafolha habla de un empate técnico, Ibope proyecta una clara diferencia a favor de Rousseff (41% frente a 33% de Neves).

En Bolivia, por el contrario, el presidente Evo Morales seguramente será reelecto por amplio margen en primera vuelta, igual que en 2005 (54%) y 2009 (64%). Según declaraciones recientes de Evo, su victoria en la primera vuelta estaría asegurada con un caudal de votos superior al 70%. La casi segura victoria de Evo se ve facilitada por la incapacidad de la oposición para constituir una candidatura única capaz de presentarse como una alternativa viable al MAS.

Por su parte, en Uruguay, el ex presidente Tabaré Vázquez del oficialista Frente Amplio (FA), lidera las encuestas del mes de julio (Equipos, Cifras, Factum) pero estancado en 42/43% de la intención de voto, lo que hace prever (de no haber algún cambio significativo) la necesidad de ir a una segunda vuelta. En segundo lugar aparece el Partido Nacional con 27% y en tercer lugar el Partico Colorado con 13%. Tampoco esta claro a esta altura si el FA logrará mayoría absoluta en el Parlamento como la que tiene actualmente.
Resultados y tendencias.

Los resultados de las primeras cuatro elecciones evidencian que América Latina es una región políticamente muy heterogénea. Hemos asistido a la victoria de candidatos de corte conservador (Juan Carlos Varela), de centroizquierda (Luis Guillermo Solís), cercano a los "socialismos del siglo XXI" (Salvador Sánchez Cerén), o de centro (Juan Manuel Santos). En cambio, de cumplirse mi pronóstico (el triunfo de los tres candidatos oficialistas en las elecciones de octubre), la tendencia predominante en el cono sur seria la izquierda y el centroizquierda.

Segundo, durante el primer semestre hubo un balance entre continuismo y alternancia. En dos países triunfó el partido o coalición en el poder (el FMLN en El Salvador y Unidad Nacional en Colombia) mientras que en los otros dos casos hubo alternancia (Costa Rica y Panamá). Nuevamente, de confirmarse mi pronóstico, en las tres elecciones de octubre veremos una tendencia clara a favor del continuismo y de la reelección: 2 casos de reelección consecutiva (Brasil y Bolivia) y una alterna (Uruguay).

Tercero, en la mayoría de los casos, lo cerrado de los resultados ha provocado la necesidad de ir a segundas vueltas (Costa Rica, El Salvador y Colombia), tendencia que muy posiblemente también veamos en las elecciones de Brasil y Uruguay. Las victorias en primera vuelta, tan comunes hace unos años en la región, sobre todo en América del Sur, empiezan a escasear por el cambio de contexto económico-social y lo competitivo que se han vuelto los comicios.

Cuarto, el voto se ha diversificado y se ha hecho más volátil, provocando que los nuevos presidentes deban gobernar con legislativos en los que ningún partido tiene mayoría (Costa Rica, Panamá y El Salvador). Todo esto incide fuertemente en la gobernabilidad de estos países y recorta la capacidad de acción de los ejecutivos pues favorece escenarios de choque de poderes (legislativo vs. ejecutivo) y de bloqueo tanto de las políticas públicas como de las reformas.

Y en quinto lugar, la alta abstención en varios procesos revela una peligrosa desafección de la ciudadanía con respecto al sistema democrático. Colombia superó 50% de abstención tanto en primera como en segunda vuelta. En Costa Rica la abstención rondó cerca del 43% en el balotaje y en El Salvador, en la primera vuelta, fue de 45%. Hasta ahora la excepción fue Panamá con un 76.77% de participación.

Mi opinión: Una vez superado el ecuador de 2014 y celebrados cuatro de los siete comicios presidenciales se pueden extraer algunas conclusiones que continuarán vigentes en la segunda parte del año, en la triple cita de octubre:

1-. La ralentización económica y las tensiones sociales, fundamentalmente el malestar de las clases medias por la inseguridad, así como por la corrupción y los malos servicios públicos, empiezan a incidir cada vez con mas fuerza en el ciclo electoral. El reciente informe del FMI confirma la desaceleración que sufre la economía latinoamericana (el crecimiento regional para 2014 ha sido nuevamente corregido a la baja, a un 2%), en especial el recorte del crecimiento de sus dos principales motores: Brasil con un magro 1.3% y México con un modesto 2.4 (seis decimas por debajo de la tasa proyectada en abril).

2-. Este contexto económico-social complejo provoca que a los presidentes que aspiran a repetir les sea cada vez más difícil lograr la reelección en primera vuelta, pues las adscripciones políticas se han vuelto más volátiles (Bolivia es la excepción). Sin embargo, y pese a esta dificultad creciente de ganar en primera vuelta y con mayoría legislativa propia, los presidentes que buscan su reelección continúan llevando hasta la fecha una clara ventaja a sus opositores.

3-. Consecuencia de lo anterior, el balotaje como mecanismo para decidir una elección presidencial se está convirtiendo cada vez más en la regla. En cinco de las siete elecciones de 2014 (en Panamá no está regulado, y en Bolivia se prevé el triunfo de Evo Morales en primera vuelta) casi con seguridad habrá segunda vuelta. En 2015, es muy probable que las elecciones presidenciales de la Argentina y Guatemala sigan el mismo camino del balotaje.

* Director Regional para América Latina y el Caribe
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