<br /><br />Para el mes de enero, m&aacute;s de la mitad se pondr&iacute;a la vacuna y el n&uacute;mero de personas preocupadas por los efectos secundarios hab&iacute;a disminuido ligeramente.<br /><br /><strong>Reino Unido fue el pa&iacute;s en el que m&aacute;s gente se manifest&oacute; dispuesta a vacunarse</strong> (hasta un 78 % de los encuestados) y en Espa&ntilde;a la proporci&oacute;n de gente dispuesta a vacunarse pas&oacute; de un 28 % en noviembre a un 52 % a mediados de enero.<h2>6. La respuesta inmune frente al virus dura al menos ocho meses</h2>Los test serol&oacute;gicos que miden anticuerpos frente al SARS-CoV-2 no reflejan todo el potencial, la duraci&oacute;n y la memoria de la respuesta inmune frente al virus. Conocer cu&aacute;nto dura la respuesta inmune frente al virus es fundamental para determinar la protecci&oacute;n frente a las reinfecciones, la gravedad de la enfermedad y la eficacia vacunal.<br /><br />Se ha comprobado que, aunque hay cierta heterogeneidad en la respuesta seg&uacute;n cada individuo, en la <a href='https://science.sciencemag.org/content/371/6529/eabf4063.full' target='_blank'>mayor&iacute;a de las personas en las que se ha analizado mantienen una robusta</a> respuesta inmnune humoral (anticuerpos) y celular (linfocitos T), de como m&iacute;nimo entre 6 y 8 meses despu&eacute;s de la infecci&oacute;n, independientemente de que sean leves o graves.<h2>7. Nuevos tratamientos frente a los casos m&aacute;s graves</h2>Ya sabemos que la covid-19 es mucho m&aacute;s que una neumon&iacute;a. Se conoce mucho m&aacute;s de la enfermedad y, aunque no dispongamos de momento, de un antiviral espec&iacute;fico que inhiba el virus, hay combinaciones de tratamientos que mejoran mucho el pron&oacute;stico y reducen la mortalidad de los casos m&aacute;s graves. Antivirales, antiinflamatorios, anticoagulantes, corticoides, inhibidores de la tormenta de citoquinas y anticuerpos monoclonales son <a href='https://asm.org/COVID/COVID-19-Research-Registry/Treatment' target='_blank'>algunos ejemplos.</a><br /><br />Existen m&aacute;s de <a href='https://biorender.com/covid-vaccine-tracker' target='_blank'>400 ensayos cl&iacute;nicos</a> en curso en los que se est&aacute;n probando distintos tratamientos y combinaciones. Por ejemplo, seg&uacute;n el <a href='https://www.nihr.ac.uk/news/recovery-trial-shows-tocilizumab-reduces-deaths-in-patients-hospitalised-with-covid-19/26844' target='_blank'>ensayo cl&iacute;nico internacional Recovery,</a> la combinaci&oacute;n de tocilizumab (un anticuerpo monoclonal dirigido contra el receptor de la interleukina-6, aprobado para el tratamiento de la artritis reumatoide) y la dexametasona (un potente glucocorticoide sint&eacute;tico que act&uacute;a como antiinflamatorio e inmunosupresor), puede reducir a casi la mitad las muertes en los pacientes m&aacute;s graves con covid-19.<br /><br />Por otra parte, el tratamiento preventivo con anticoagulantes en pacientes con covid-19 hospitalizados, se asocia con un 30 % menos de mortalidad a 30 d&iacute;as, y sin efectos adversos de sangrado.<h2>8. No hay gripe</h2>Exist&iacute;a una seria preocupaci&oacute;n sobre c&oacute;mo se iba a comportar el solapamiento de SARS-CoV-2 con otros pat&oacute;genos respiratorios frecuentes en los meses de invierno. No se pod&iacute;a descartar una situaci&oacute;n de &quot;tormenta perfecta&quot; en la que coincidieran SARS-CoV-2 con otros virus, como el de la gripe o el respiratorio sincitial, que causan bronquiolitis y neumon&iacute;as y son responsables de frecuentes hospitalizaciones y muertes en determinados sectores de la poblaci&oacute;n m&aacute;s vulnerable.<br /><br />Se hab&iacute;a sugerido que el riesgo de muerte en personas infectadas por gripe y SARS-CoV-2 de forma simult&aacute;nea era superior que en aquellas que solo estaban infectadas por el coronavirus, especialmente en mayores de 70 a&ntilde;os. La coincidencia de varios virus respiratorios con el SARS-CoV-2 podr&iacute;a haber causado una carnicer&iacute;a en las personas mayores.<br /><br />La buena noticia es que esta temporada la gripe y otros virus respiratorios han desaparecido, tanto en los meses de junio a agosto en el hemisferio sur como ahora en el hemisferio norte.<br /><br />No podemos descartar que esto pueda suponer un problema el a&ntilde;o que viene (las temporadas en las que la gripe causa mayor mortalidad suelen estar precedidas de temporadas m&aacute;s benignas), pero este a&ntilde;o ha supuesto un verdadero alivio a los sistemas sanitarios.<br /><br />Varias son las causas que pueden explicar este declive de la gripe. Primero conviene recordar que el SARS-CoV-2 y el virus de la gripe son virus muy diferentes.<br /><br />Es muy probable que el menor periodo de incubaci&oacute;n de la gripe, la existencia de inmunidad previa, la intensa campa&ntilde;a de vacunaci&oacute;n de este a&ntilde;o, las medidas de confinamiento, disminuci&oacute;n de viajes, uso de mascarilla, higiene y distanciamiento social hayan tenido un mayor efecto en disminuir la transmisi&oacute;n de este virus. Por el contrario, en la transmisi&oacute;n del coronavirus adem&aacute;s influyen mucho m&aacute;s el efecto de los aerosoles, el papel de los superpropagadores y los asintom&aacute;ticos.<h2>9. Podemos seguir la evoluci&oacute;n del virus a tiempo real</h2>El efecto que puedan tener las nuevas variantes gen&eacute;ticas del SARS-CoV-2 en la vacunaci&oacute;n y en el transcurso de la pandemia es una incertidumbre. Debido a que los cambios gen&eacute;ticos pueden tener un potencial efecto en c&oacute;mo se comporte el virus, su an&aacute;lisis y seguimiento es fundamental. La buena noticia es que hoy tenemos la capacidad de seguir la evoluci&oacute;n a tiempo real del virus y la aparici&oacute;n de nuevas variantes gen&eacute;ticas.<br /><br />Hay ya m&aacute;s de 260 000 secuencias del genoma de SARS-CoV-2 disponibles en las bases de datos. Esas secuencias provienen de otros tantos aislamientos obtenidos de muestras humanas desde febrero del a&ntilde;o pasado hasta el momento actual. Aunque los cambios de nucle&oacute;tidos son la primera fuente de variaci&oacute;n gen&eacute;tica del SARS-CoV-2, tambi&eacute;n se han detectado inserciones, deleciones e incluso recombinaciones. Todo esto permite hacer filogenias (relaciones de &quot;parentesco&quot; entre las variantes virales) que pueden emplearse para hacer estimaciones temporales (cu&aacute;ndo surgen nuevas variantes), caracterizar c&oacute;mo se extiende geogr&aacute;ficamente el virus, reconstruir la din&aacute;mica epidemiol&oacute;gica dentro de una regi&oacute;n y analizar c&oacute;mo se adaptan a lo largo del tiempo. El an&aacute;lisis de las secuencias del SARS-CoV-2 no tiene precedentes, en la base de datos GISAID (Global Initiative on Sharing Avian Influenza Data) son m&aacute;s de 580 000 datos de secuencias compartidas. Es la primera vez que se est&aacute; siguiente a tiempo real la evoluci&oacute;n de un virus pand&eacute;mico.<h2>10. La pandemia a nivel mundial decrece</h2>No sabemos c&oacute;mo se desarrollar&aacute; la pandemia en los pr&oacute;ximos meses. Dada la intensidad que ha tenido hasta ahora es probable que haya nuevas olas, pero quiz&aacute; de menor intensidad. No sabemos c&oacute;mo ser&aacute; una posible cuarta ola, ni el efecto que puedan tener las nuevas variantes gen&eacute;ticas que van apareciendo, pero la buena noticia es que a nivel global la pandemia en este momento decrece. Quiz&aacute; sea un combinaci&oacute;n de varios factores: el virus se comporta de forma estacional, la poblaci&oacute;n va adquiriendo cierta inmunidad de grupo por infecci&oacute;n natural o por las vacunas, quiz&aacute; el virus en ese proceso natural de variaci&oacute;n y mutaci&oacute;n va derivando a formas menos virulentas y se va adatando a su nuevo hu&eacute;sped.<br /><br />No lo sabemos a ciencia cierta, pero de momento sigue habiendo motivo para la esperanza.</div>