<h1>Gesti&oacute;n de riesgo y calidad de carteras</h1>Paralelo a la urgencia por alinearse a los ritmos de la innovaci&oacute;n y la tecnolog&iacute;a, existen dos consideraciones adicionales que enfrenta la banca regional y <strong>los cuales adem&aacute;s son determinantes para garantizar por un lado, mejores niveles de competitividad y por otro, cuotas de mercado. Se trata de la forma c&oacute;mo abordan la gesti&oacute;n de riesgos y qu&eacute; tan robustas son sus carteras.</strong><br /><br />En relaci&oacute;n con riesgo y eficiencia operativa, Marcela Galicia, directora de Instituciones Financieras y de procesos de calificaci&oacute;n en Centroam&eacute;rica de Fitch Ratings,<strong> avizora la gesti&oacute;n de riesgos y la eficiencia operativa como elementos claves para lidiar con una competencia elevada y tasas de inter&eacute;s crecientes,</strong> sobre todo con la orientaci&oacute;n de la banca regional hacia cambios dr&aacute;sticos en el modelo de sucursales: m&aacute;s peque&ntilde;as, enfocadas m&aacute;s a generaci&oacute;n de negocios y a ofrecer a sus clientes canales alternos para sus transacciones.KPMG reconoce que el enfoque integrado de riesgo-entorno debe primar en el sector, especialmente cuando algunas entidades bancarias tienen debilidades en el &aacute;rea de tecnolog&iacute;as de informaci&oacute;n al ser esta fragmentada, aislada y algunas veces ineficiente.<br /><strong>Contar con TI moderna, automatizada y con herramientas de an&aacute;lisis de datos, ayuda sin duda a una adecuada administraci&oacute;n de riesgos.</strong> Para Alfaro, los Centros de Servicios Compartidos es una opci&oacute;n conveniente, pues reduce costos (entre un 15%y y un 20%), ayuda a concentrarse en funciones estrat&eacute;gicas que generan mayor valor para el negocio, mejora rentabilidad en procesos operativos y en funciones de soporte al negocio de departamentos tales como finanzas, recursos humanos, TI, servicio al cliente y mercadeo.En cuanto a la calidad de las carteras, en momentos donde prevalecen crecimientos menores en la demanda privada de cr&eacute;dito, se hace ineludible un esfuerzo mayor por controlar el costo del cr&eacute;dito. <strong>La experiencia de Fitch Ratings hace ver que aquellos bancos con fuertes modelos de comportamiento de pago y con par&aacute;metros de colocaci&oacute;n</strong> adaptados a la realidad cambiante, logran un mayor control de los costos crediticios.<br />Es necesario -advierte KPMG- <strong>que contin&uacute;en innovando en la gesti&oacute;n de recuperaci&oacute;n de cr&eacute;dito y eso pasa por convertir ese proceso en un centro de costos pensado en recuperar lo m&aacute;ximo posible, generar al mismo tiempo valor, mejorar los niveles de morosidad</strong> y calidad de los activos del banco.<br /><br />Los modelos de riesgos creados como rebote de la crisis financiera del 2008 ha obligado a los bancos a clasificar riesgos de sus clientes a partir de par&aacute;metros basados en su desempe&ntilde;o y acompa&ntilde;arse de pol&iacute;ticas de mitigaci&oacute;n.<br />Para la coyuntura actual, se recomiendan nuevos m&eacute;todos y herramientas para la gesti&oacute;n de riesgo de cr&eacute;dito y optimizar los procesos de recuperaci&oacute;n; medir e integrar los modelos de p&eacute;rdida esperada seg&uacute;n lo establecido por el Acuerdo de Basilea (II) y por las Normas Internacionales de Informaci&oacute;n Financiera (NIIF 9). Es aconsejable tambi&eacute;n tener l&iacute;mites m&aacute;s estrictos para las concentraciones en el balance (cartera de pr&eacute;stamos, inversiones, depositantes grandes) con el prop&oacute;sito de reducir la vulnerabilidad de los bancos ante cambios inesperados en el entorno econ&oacute;mico.<h1>¿Y los riesgos no financieros?</h1> La amenaza de los riesgos financieros para la banca regional es tan relevante como los no financieros. En un art&iacute;culo de opini&oacute;n publicado en marzo del a&ntilde;o anterior por Alberto Calles, socio responsable de la Unidad de Regulaci&oacute;n Financiera de la PwC (PriceWaterhouseCoopers) se hace referencia a los distintos riesgos no financieros: <strong>&quot;el riesgo legal, el de conducta, el clim&aacute;tico, el reputacional, el estrat&eacute;gico o de negocio, el de modelo, el tecnol&oacute;gico y el relacionado con la ciberseguridad&quot;,</strong> los cuales, seg&uacute;n el experto, afectan toda la cadena de negocio, obligan a estar en alerta permanente y requieren una estrategia proactiva para enfrentarlos.Los especialistas consultados de Fitch Ratings y KPMG coinciden en que la regi&oacute;n hace esfuerzos por controlar el riesgo operativo tecnol&oacute;gico y mejorar las regulaciones. <strong>La seguridad cibern&eacute;tica y los riesgos reputacionales transitan con frecuencia en la banca regional y constituyen fuertes amenazas.</strong>No obstante, se atienden con mayor diligencia aspectos como el desarrollo de escenarios para comprender la naturaleza de los incidentes y su impacto; aumentar regulaciones en materia de gobierno corporativo; fortalecimiento de marcos internos de control; dise&ntilde;o de entrenamientos obligatorios a la medida; mejora de la experiencia del usuario con las herramientas de seguridad.<h1>Las pymes y la inclusi&oacute;n financiera</h1>La Comisi&oacute;n Econ&oacute;mica para Am&eacute;rica Latina y el Caribe (CEPAL) ha recalcado que el 2019 ser&aacute; un per&iacute;odo de incertidumbres econ&oacute;micas. Particularmente, la banca est&aacute; llamada a seguir tendencias globales en torno a inclusi&oacute;n financiera para las pymes y a ampliar posibilidades de ahorro, consumo e inversi&oacute;n.<br /><br />Desde la &oacute;ptica de la CEPAL, la integraci&oacute;n de las pymes en las cadenas de valor es una apuesta favorable para el futuro de la regi&oacute;n centroamericana como lo es tambi&eacute;n promover su diversificaci&oacute;n con innovaci&oacute;n tecnol&oacute;gica. El organismo reconoce la urgencia por aprobar pol&iacute;ticas p&uacute;blicas para impulsar la inversi&oacute;n de pymes y as&iacute; disminuir la alta concentraci&oacute;n de la inversi&oacute;n en pocas empresas.<br /><strong>Es un hecho que las pymes de la regi&oacute;n han encontrado limitaciones para acceder a financiamiento bancario, ya sea para invertir como para capital de trabajo. </strong><br /><br />&quot;Como punto de partida, los gobiernos deber&iacute;an empe&ntilde;arse por lograr un entorno favorable para el financiamiento de proyectos productivos&quot;, afirm&oacute; Eric Alfaro de KPMG Costa Rica, quien destac&oacute; el caso del Sistema de Banca de Desarrollo (SBD) costarricense que logr&oacute; entre el 2014 y el 2017 otorgar financiamiento por US$746 millones mediante tres fondos distintos, colocando as&iacute; el 75% de los recursos disponibles.<br />En el 2015 entr&oacute; a regir en Costa Rica una reforma integral a la ley del sistema de banca para el desarrollo que permiti&oacute; flexibilizar el otorgamiento de recursos proveniente justamente del impuesto a sistema bancario.<br />En criterio de Alfaro, el SBD tiene varias ventajas: integra a varias entidades especializadas en la materia, tanto estatales como privadas; est&aacute; acompa&ntilde;ado de una regulaci&oacute;n prudencial diferenciada, que no implica reducir dichos requerimientos, sino que crea dentro del sistema un mecanismo de seguimiento y establecimiento de pol&iacute;ticas de riesgo acordes con los segmentos de las pymes y sus proyectos.<br />Adicionalmente, el sistema promueve que las tasas de inter&eacute;s est&eacute;n por debajo de las tasas de mercado para proyectos con similar riesgo.<br /><strong>Para Fitch Ratings, el potencial de bancarizaci&oacute;n es amplio pero seg&uacute;n sea el segmento, los riesgos y vulnerabilidades pueden ser mayores ante los cambios del entorno.</strong> Marcela Galicia cree que la inversi&oacute;n tecnol&oacute;gica para ampliar la cobertura y controlar los riesgos inherentes al segmento ser&aacute;n muy relevantes para que el crecimiento en pymes sea sostenible y atractivo para los bancos.<h1>Lentos avances</h1>Regulaciones en cuatro frentes<br />En la &uacute;ltima d&eacute;cada -como consecuencia de la crisis financiera acaecida en el 2008- las regulaciones para el sector bancario se han movido en cuatro escenarios:<br />• La supervisi&oacute;n prudencial del capital, liquidez y gesti&oacute;n de riesgos.<br />• Aumento de la transparencia en el sistema financiero, incluyendo regulaciones tendientes a mejorar el gobierno corporativo de los bancos.<br />• Mayor promoci&oacute;n de la utilizaci&oacute;n de ratings de riesgo crediticio para una mejor medici&oacute;n (Basilea II, NIIF 9).<br />• Fortalecimiento de la capacidad de respuesta de las propias autoridades y los bancos a los riesgos que causen efectos sist&eacute;micos en los entornos financieros.En Centroam&eacute;rica, la normativa avanza pero quiz&aacute;s no a los ritmos deseados como para cerrar brechas respecto a los mercados financieros m&aacute;s desarrollados. Hay oportunidades de mejora en sistemas de administraci&oacute;n de riesgos operativos, espec&iacute;ficamente en legislaci&oacute;n puntual sobre el tema.</div>