Claves del día

Panamá celebra la JMJ en medio de ola migratoria en Centroamérica

La gran fiesta de la juventud católica latinoamericana reunirá a más de 200.000 peregrinos costará US$54 millones, en parte aportados por patrocinadores y donantes. El gobierno asegura que la actividad tendrá un impacto directo de US$388 millones sobre la economía.

2019-01-23

Por AFP

La visita del papa Francisco a Panamá para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) es un 'bálsamo' para los jóvenes migrantes, manifestó este martes el arzobispo panameño, José Domingo Ulloa, en plena crisis migratoria centroamericana.

Durante la homilía de la misa de bienvenida a los peregrinos, Ulloa manifestó que la organización de la JMJ espera que la visita del papa Francisco 'sea un bálsamo para la difícil situación con la que conviven sin esperanzas' muchos jóvenes.

Entre ellos, 'la juventud que migra por la casi nula respuesta de sus países de origen, que los lanzan a cifrar sus esperanzas en otros países, exponiéndolos al narcotráfico, la trata humana, la delincuencia y tantos otros males sociales', añadió Ulloa.

El papa viajará a Panamá este miércoles para participar de la JMJ, donde presidirá varios actos hasta el domingo.

Está previsto que el pontífice se refiera en algún momento a la crisis migratoria que atraviesa Centroamérica, donde miles de personas, especialmente de Honduras, El Salvador y Guatemala, han protagonizado diversas caravanas que buscan llegar a Estados Unidos huyendo de la pobreza y la violencia.

Se espera que cerca de 200.000 jóvenes de cerca de 150 países, la mayoría latinoamericanos, asistan a los actos del papa.

Ulloa expresó la semana pasada su temor a que la crisis migratoria afecte la presencia de peregrinos en la JMJ.

'El gran problema es que a veces nos vemos obligados a migrar por las realidades de nuestros países. El gran problema también lo tenemos nosotros porque no tenemos las condiciones ni les damos las oportunidades que deben tener en su propio país', señaló entonces Ulloa.

El papa Francisco llega este miércoles a Panamá con un mensaje de alivio para los jóvenes que migran en masa forzados por las crisis políticas y económicas en América Latina.

El pontífice argentino, de 82 años, realiza su séptimo viaje a la región con más católicos en el mundo, esta vez para participar en una nueva edición de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

El avión boeing de Francisco despegará del aeropuerto de Roma-Fiumicino a las 9H35 locales (08H35 GMT) y aterrizará hacia las 16H30 locales (21H30 GMT) en el aeropuerto internacional de Tocumen, tras unas trece horas de vuelo.

Amargo recuerdo

El mensaje de alivio no será exclusivamente para los jóvenes, sino también para la propia Iglesia.

Francisco regresa a Latinoamérica un año después de su visita a Chile, ensombrecida por protestas y escándalos de abusos sexuales de curas a menores y su encubrimiento por la cúpula eclesiástica.

El tema 'genera mucha atención en la Iglesia', recalcó el director de prensa del Vaticano, Alessandro Gisotti, aunque aseguró que el papa 'no tiene programado un encuentro con víctimas' de abusos en el itsmo.

El pontífice es esperado por unos 200.000 jóvenes de unos 150 países, en el llamado 'Woodstock' de los católicos.

Muchos le recibirán en un recorrido de 29 kilómetros en automóvil entre el aeropuerto y la nunciatura apostólica, donde se alojará.

'Nos habla a nosotros, los jóvenes (...), retándonos a ser mejores', comenta a la AFP James Murphy, de 23 años, quien viajó desde la isla polinesia de Tonga.

Sunny Cho, surcoreana de 25 años, celebra a Francisco como 'progresista'

'Cambiar el mundo'

El papa, quien permanecerá hasta el domingo, visitará un centro de detención juvenil donde oficiará una misa y programó un encuentro con enfermos de sida en un centro de asistencia.

Foto: Estrategia y Negocios



Asimismo, prevé reunir a unos 70 obispos de Centroamérica.

El jueves se reunirá con autoridades gubernamentales, mientras que en la tarde hablará a la multitud en la Cinta Costera.

'El papa quiere llevar consuelo y esperanza donde hay dolor y sufrimiento', recalcó Gisotti.

A los jóvenes los exhortará a 'cambiar el mundo', según adelantó el propio pontífice en un video que difundió pocas semanas antes.

'Es la fuerza de los jóvenes (...), es la revolución que puede desbaratar los grandes poderes de este mundo: la revolución del servicio', les instó.

Está previsto un viacrucis el viernes 25 y una vigilia al aire libre el sábado 26 en el Campo Juan Pablo II.

Al menos siete presidentes acudirían el domingo a la última misa del papa en la JMJ: Jimmy Morales (Guatemala), Juan Orlando Hernández (Honduras), Salvador Sánchez Cerén (El Salvador), Carlos Alvarado (Costa Rica), Iván Duque (Colombia) y Marcelo Rebelo de Sousa (Portugal), además del anfitrión Juan Carlos Varela.

Sobresalen las ausencias de los mandatarios de Nicaragua, Daniel Ortega, y Venezuela, Nicolás Maduro, con los que la Iglesia católica mantiene tensas relaciones.

Según fuentes religiosas, más de 5.000 peregrinos viajan de Nicaragua a Panamá, mientras la jerarquía de la Iglesia local sigue tratando de mediar sin éxito entre el gobierno y la oposición.

Contra la xenofobia

La misa final se realizará en las afueras de la capital panameña, donde se ha levantado una gigantesca tarima para que a lo largo de casi tres kilómetros los asistentes puedan seguir la intervención del pontífice.

Un gigantesco mural contra la xenofobia y el racismo, en forma de vitral, decorará el altar.

La JMJ fue creada por Juan Pablo II en 1986. Tres años antes, ese pontífice visitó Panamá por un día en una gira por Centroamérica.

Unos 471 cubanos, un récord, asistirán al encuentro, así como jóvenes franceses y polacos, quienes llegaron en veleros fletados para la ocasión.

La gran 'fiesta' de la juventud católica latinoamericana costará 54 millones de dólares, en parte aportados por patrocinadores y donantes. El gobierno asegura, por otra parte, que tendrá un impacto directo de 388 millones sobre la economía.

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