Por La República (Colombia)
Los migrantes no solo contribuyen a que aumente el PIB de una nación, sino que también tienen un impacto en su tasa de empleo y de participación en el mercado laboral. Según un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), el promedio de las personas nacidas en el extranjero en el mercado laboral es más alto que el de los nativos de una nación.
Las tasas oficiales de la Ocde en materia de empleabilidad se ubican en 67,8% para migrantes y 67% para nacionales, superados por 0,8 puntos porcentuales. Al observar los países de la región en particular, el único que supera ese promedio en ambos casos es Argentina, con 74,3% en el primero y 68,3% en el segundo.
En el caso colombiano, las tasas del país son las segundas más bajas de América Latina y el Caribe tanto para los migrantes (53,9%) como para los nativos (50,4%). El país supera a México en el primer caso y a Costa Rica en el segundo.
Con respecto a las tasas de participación en el mercado laboral , la Ocde establece un promedio de 73,6% para extranjeros y 71,2% para nacionales. Nuevamente, el país que gobierna Mauricio Macri es el único que supera el promedio tanto para migrantes (78,1%) como para nativos (72,8%).
Por su parte, Colombia muestra registros más preocupantes en este campo, puesto que tiene la tasa de participación laboral más baja para los nativos en los seis países de la región analizados por el organismo, arrojando un total de 53,9%, alejándose 17,3 puntos porcentuales de los números que registra el llamado club de las buenas prácticas.
Lejos de ser un conflicto, esto puede ser visto como un estímulo a la economía de las naciones latinoamericanas. Al menos eso piensa el profesor de la Escuela de Economía de París, Hippolyte D’Albis, quien comentó que "la migración no debe ser percibida como un problema, sino como una oportunidad de crecimiento".
No obstante, el coordinador del programa de Gobierno de la Universidad Externado de Colombia, Rafael Piñeros, mencionó que es importante tener en cuenta la posibilidad de que "los migrantes suelen estar dispuestos a realizar cualquier tipo de trabajo, ya sea en el sector formal o informal".
A esto hay que sumarle la coyuntura actual que enfrenta tanto la región como el mundo en materia migratoria. Junto a la diáspora venezolana, que llega a tres millones de personas según la OIM y Acnur, se adhieren problemáticas como los conflictos bélicos en Siria y las sequías que azotaron recientemente a varios países de Centroamérica, lo que ha derivado en la caravana que se dirige a la frontera entre México y Estados Unidos.
Los migrantes no solo contribuyen a que aumente el PIB de una nación, sino que también tienen un impacto en su tasa de empleo y de participación en el mercado laboral. Según un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), el promedio de las personas nacidas en el extranjero en el mercado laboral es más alto que el de los nativos de una nación.
Las tasas oficiales de la Ocde en materia de empleabilidad se ubican en 67,8% para migrantes y 67% para nacionales, superados por 0,8 puntos porcentuales. Al observar los países de la región en particular, el único que supera ese promedio en ambos casos es Argentina, con 74,3% en el primero y 68,3% en el segundo.
En el caso colombiano, las tasas del país son las segundas más bajas de América Latina y el Caribe tanto para los migrantes (53,9%) como para los nativos (50,4%). El país supera a México en el primer caso y a Costa Rica en el segundo.
Con respecto a las tasas de participación en el mercado laboral , la Ocde establece un promedio de 73,6% para extranjeros y 71,2% para nacionales. Nuevamente, el país que gobierna Mauricio Macri es el único que supera el promedio tanto para migrantes (78,1%) como para nativos (72,8%).
Por su parte, Colombia muestra registros más preocupantes en este campo, puesto que tiene la tasa de participación laboral más baja para los nativos en los seis países de la región analizados por el organismo, arrojando un total de 53,9%, alejándose 17,3 puntos porcentuales de los números que registra el llamado club de las buenas prácticas.
Lejos de ser un conflicto, esto puede ser visto como un estímulo a la economía de las naciones latinoamericanas. Al menos eso piensa el profesor de la Escuela de Economía de París, Hippolyte D’Albis, quien comentó que "la migración no debe ser percibida como un problema, sino como una oportunidad de crecimiento".
No obstante, el coordinador del programa de Gobierno de la Universidad Externado de Colombia, Rafael Piñeros, mencionó que es importante tener en cuenta la posibilidad de que "los migrantes suelen estar dispuestos a realizar cualquier tipo de trabajo, ya sea en el sector formal o informal".
A esto hay que sumarle la coyuntura actual que enfrenta tanto la región como el mundo en materia migratoria. Junto a la diáspora venezolana, que llega a tres millones de personas según la OIM y Acnur, se adhieren problemáticas como los conflictos bélicos en Siria y las sequías que azotaron recientemente a varios países de Centroamérica, lo que ha derivado en la caravana que se dirige a la frontera entre México y Estados Unidos.
