Ser joven (de 15 a 29 años) en El Salvador implica que representa al 30% de la población, pero también que está expuesto a una alta tasa de homicidios, a una alta deserción escolar, a empleo o autoempleo precario.
El Informe de Desarrollo Humano (IDH) El Salvador 2018 invita a toda la sociedad a poner a los jóvenes en el centro de políticas públicas, para que en 2030 el país logre dar el salto de país de desarrollo medio a alto. ¿Cómo lograrlo?
En los últimos 25 años, El Salvador ha pasado de 0,529 en 1990 en desarrollo humano a 0.680 en 2015, un aumento de 28,5%. Los jóvenes tienen un IDH 32,1% en comparación con la población adulta. 'Debemos resaltar que el salto que ha dado de desarrollo humano El Salvador desde 1990 a 2017 (...) se ha venido desacelerando en los últimos años y por ellos se requiere de un impulso', dijo Rafael Pleitez, representante residente auxiliar del PNUD.
Primera respuesta: la educación
Cada año, 81.390 jóvenes se gradúan de educación media. De esos, casi el 40% continuará sus estudios, un 26,1% ingresará al mercado laboral, un 4,2% se dedicará a trabajar y estudiar, un 10,1% buscará empleo y un 14% se dedicara a tareas domésticas.La cifras no han cambiado mucho desde el Informe de Desarrollo Humano de 2008 cuando el PNUD alertó que sólo dos de 10 salvadoreños tienen trabajo decente. 'Vemos que estas proporciones no han variado significativamente. Dos de 10 tienen remuneración justa, los ocupados plenos que no reciben salario son 22%, mientras que la tasa de desempleo 7% oculta realidad', afirmó Rodrigo Barraza, analista y coordinador del Informe de Desarrollo Humano, en una sesión con periodistas previo al lanzamiento del Informe 2018. Preguntó: 'Si solo dos de 10 tendrán trabajo, ¿qué hace el resto de jóvenes? ¿Cuál es su proyecto de vida? El desafío de inserción prevalece subempleo, hay ausencia de un piso mínimo de protección social... el empleo tampoco ha sido meta de política pública'.
Por eso, es que el PNUD insiste en poner a la persona en el centro de las políticas de largo plazo, donde la responsabilidad es de todos, no solo del Estado. 'Una parte realmente es sentarse conjuntamente a definir un currículo (que la empresa privada necesita), cuáles son las necesidades laborales que vienen del sector privado, requiere legislación, políticas que den marco, no hablamos de cualquier programa, sino de programa que ayude, por ejemplo, a dar pasantía decente, de aprendizaje', agregó Christian Salazar Volkmann, representante residente del PNUD en El Salvador.
El informe propone elevar el presupuesto de educación al 7% con respecto al PIB, versus el 3% actual. Una de las cosas que destaca es la baja tasa de cobertura neta de bachillerato: 36,8%, solo 4 jóvenes que tienen la edad de bachillerato están matriculados. El informe rescata una propuesta que el Consejo Nacional de Educación ha realizado a través de El Salvador educado: llevar la tasa de cobertura de bachillerato al 70%. 'Proponemos universalizar el bachillerato, crear 24.000 cupos nuevos cada año, 8.800 aulas más, 12.500 docentes solo para ese nivel, a un costo de US$203 millones anuales para lograr ese avance. Esto da orden de magnitud de inversiones estratégicas que necesita el país. Hoy el presupuesto de educación ronda los US$950 millones', insistió Pleitez.
También implica una visión a largo plazo, para ser eficientes con el presupuesto, dijo Salazar.
Las poblaciones más vulnerables
Este informe encontró que un 28,5% de las personas jóvenes no estudia ni trabaja, y de ese total el 77,1% corresponde a mujeres que no realizan ninguna de estas actividades y un 31,1% equivale a mujeres que efectúan tareas domésticas no remuneradas. Las mujeres que no estudian, del rango de 16 a 24 años, dedican en promedio 35.1 horas semanales a trabajo doméstico no remunerado.Por eso, el Informe de Desarrollo Humano de este año destaca cinco grupos de jovenes más vulnerables y propone ayudar de manera específica:
1. Jóvenes fuera del sistema educativo y en riesgo de deserción
2. Jóvenes en condición de riesgo
3. Jóvenes en transición al mercado laboral
4. Jóvenes rurales
5. Mujeres jóvenes que no estudian y realizan tareas de cuidado doméstico
Como medida urgente, Salazar propone iniciar con establecer un paquete de políticas públicas que trabajen en reducción de violencia y equidad de género. 'Más cobertura en educación media, educación técnica, propuesta nacional de programa de pasatnías, en seguridad: fortalecimiento de comunidades amplaidas, enfoque integral a seguridad ciudadana'.
El costo de la violencia contra los jóvenes: US$828,4 millones en 2017
El costo económico de la violencia directa en contra de las personas jóvenes para el año 2017 -particularmente en salud y gastos institucionales- osciló entre US$605 millones y US$828.4 millones, es decir un equivalente a un porcentaje entre 2.4 % y 3.3 % del PIB. La tasa de homicidios de jóvenes por cada 100,000 habitantes aumentó de 114.9 en 2010 a 165.2 en 2015, y descendió a 105.9 en 2017 (PNC, 2018). En promedio, la tasa de homicidios de la población joven es 53,4% mayor que la de la población adulta en el periodo 2007-2017. El precio de la violencia implica que el Estado salvadoreño dedica presupuesto para servicios de salud, atención psicológica y programas de prevención.
Además, se estima que en el 27,2% de los casos de personas víctimas de homicidio en 2017 se trató jóvenes con edades entre los 18 y 24 años. Más aún, en una perspectiva más amplia, en el periodo 2007-2017 se reportó un total de 44.334 homicidios, de los cuales el 51.7 % fue en contra de personas jóvenes (entre 15 y 29 años), destacando una prevalencia mayor entre los hombres en 9 de cada 10 casos (PNC, 2018).
