La pandilla MS-13 llegó a reunir al mes US$4,5 millones por medio de extorsiones. De acuerdo con una investigación de la Fiscalía General de la República (FGR), se documentó que parte de esos fondos fueron usados para comprar armamento militar y chalecos antibalas.
Los datos forman parte de la acusación contra una estructura que facilitaba el lavado de dinero desarticulada mediante la Operación Cuscatlán, una investigación que incluyó la colaboración de las autoridades de EE.UU.
Según una representante fiscal, un testigo relató que el dinero fue el resultado de las extorsiones hechas por 249 'clicas' (grupos o células) de la pandilla, la que buscaba equipar a 500 de sus miembros con armamento militar para atentar contra funcionarios públicos.
El documento de acusación que conoce el Juzgado Especializado de Instrucción A de San Salvador, por la Operación Cuscatlán, establece que el testigo identificado con 'Noé' realizó las compras junto a Leonel Alexander Leonardo, alias 'el Necio de San Cocos', y otros 12 pandilleros más.
Las autoridades detallan que las pandillas se aprovechan de negocios fachada e informales para invertir el dinero que obtienen de las extorsiones y la venta de drogas.
En total, la MS-13 pagó US$66.700 por equipo y armamento. La primera compra consistió en dos fusiles AK-47, dos M-16 y alrededor de 10 chalecos antibalas por US$10.000. En la segunda compra por US$9.800 obtuvieron cuatro carabinas, ocho escopetas, un fusil AK-47, un fusil M-16 y cinco chalecos antibalas.
En la tercera transacción adquirieron cuatro fusiles AK-47, dos M-16, una granada de humo, una granada fragmentaria, una pistola 40 milímetros, cinco chalecos antibalas por US$$19,000.
Mientras que en la última compra consiguieron tres fusiles AK-47, tres M-16, dos granadas fragmentarias y una de humo, más 10 chalecos antibalas, por valor de $27,900.
De acuerdo con elsalvador.com, las gestiones tras la compra del armamento, la MS también pretendía comprar uniformes policiales y militares.
Según el requerimiento, para la adquisición de armas, la pandilla se jactaba de tener injerencia en "personalidades que ostentan poder" del Gobierno, la Fuerza Armada y la Policía Nacional Civil.
Compra de droga
El testigo manifestó a la FGR que a inicios de 2015, l
a MS-13 le asignó que se dedicara a administrar el dinero que provenía de las drogas. Además, de supervisar la distribución de en algunos de los municipios más grandes de El Salvador
Reveló además que estuvo presente en varias de las compras de cocaína, algunas hechas en un hotel confiscado por las autoridades en la pasada Operación Jaque, el primer golpe a la estructura financiera de la pandilla en junio de 2016.
La semaa pasada las autoridades salvadoreñas desarticularon la que sería una importante red financiera de la MS-13.
Mediante operativos, la policía informó de la captura de cerca de 30 personas (entre hombres y mujeres), quienes servían como "prestanombres" de la pandilla y quienes participaban activamente del lavado de dinero obtenido ilícitamente por los pandilleros.
La Policía en coordinación con la Fiscalía desarrollaron 131 allanamientos en los departamentos de San Salvador, La Libertad, Sonsonate, San Miguel, La Unión y Cuscatlán y decomisó alrededor de medio millón de dólares.
Según las autoridades, la estructura criminal MS-13, lavaba el dinero obtenido por medio de las extorsiones a través de autolotes, cervecerías, salas de masaje, billares, empresas del transporte colectivo, viviendas, ranchos de playa y otros negocios.
