Por AFP
El exmandatario conservador Sebastián Piñera acariciaba el domingo la victoria en el balotaje presidencial de Chile, al obtener un 54,4% de los votos en el conteo parcial, informó la autoridad electoral.
El Servel dijo que, con un 67,07% de las mesas escrutadas, el oficialista Alejandro Guillier lograba un 45,6% de los votos. La diferencia era mayor a lo que esperaban los analistas y los propios equipos de campaña, que habían proyectado una brecha de máximo dos puntos porcentuales.
"Estuvimos con él, no es de las personas que se confía, pero está muy contento", dijo Sebastián Piñera Morel, hijo del candidato conservador, tras los primeros cómputos.
La radio local Biobio proyectó que Piñera se impondría finalmente con 54,6% de los votos.
"La verdad es que recibimos los resultados muy contentos por la tendencia hasta ahora", agregó Piñera Morel.
Piñera, de 68 años, había logrado en la primera vuelta 36,6% de los votos, un nivel por debajo de la mayoría absoluta, mientras que Guillier obtuvo 22,7% de los sufragios entre ocho candidatos que compitieron.
Durante la campaña del balotaje, Piñera sumó el apoyo de un excandidato ultraconservador (que obtuvo 7,9%), mientras que Guillier, de 64 años, consiguió el respaldo de casi todos los otros aspirantes de centroizquierda que participaron en la primera vuelta de noviembre.
La elección es vista como un referéndum a la gestión de la presidenta saliente, Michelle Bachelet, quien buscó reducir la enorme brecha de ingresos entre ricos y pobres con una serie de reformas. Sin embargo, varios desacuerdos al interior del oficialismo y una economía casi estancada han ensombrecido el legado de la mandataria.
Los comicios marcarían un punto de inflexión para el pacto oficialista -de democratacristianos, socialistas, radicales y comunistas- y, dependiendo del resultado, podrían ser incluso la antesala del fin de una coalición que ha dominado la política chilena por décadas.
Aunque los dos candidatos mantendrían el modelo económico de libre mercado, Piñera ha prometido que corregirá las reformas en marcha de Bachelet, las que a su juicio han arrastrado a la economía a su peor desempeño en casi una década.
"Yo voté por Piñera, porque soy emprendedora, soy de la gente que me valgo de mi esfuerzo, no estoy esperando nada del gobierno. Pienso que va a ser bueno para la inversión", dijo Rosario Poma, una pequeña empresaria de 53 años, en Santiago.
En tanto, Guillier busca blindar las reformas económicas y sociales de Bachelet para avanzar hacia una mayor gratuidad en la educación, poner fin al monopolio de las administradoras de pensiones y crear una nueva Constitución.
El exmandatario conservador Sebastián Piñera acariciaba el domingo la victoria en el balotaje presidencial de Chile, al obtener un 54,4% de los votos en el conteo parcial, informó la autoridad electoral.
El Servel dijo que, con un 67,07% de las mesas escrutadas, el oficialista Alejandro Guillier lograba un 45,6% de los votos. La diferencia era mayor a lo que esperaban los analistas y los propios equipos de campaña, que habían proyectado una brecha de máximo dos puntos porcentuales.
"Estuvimos con él, no es de las personas que se confía, pero está muy contento", dijo Sebastián Piñera Morel, hijo del candidato conservador, tras los primeros cómputos.
La radio local Biobio proyectó que Piñera se impondría finalmente con 54,6% de los votos.
"La verdad es que recibimos los resultados muy contentos por la tendencia hasta ahora", agregó Piñera Morel.
Piñera, de 68 años, había logrado en la primera vuelta 36,6% de los votos, un nivel por debajo de la mayoría absoluta, mientras que Guillier obtuvo 22,7% de los sufragios entre ocho candidatos que compitieron.
Durante la campaña del balotaje, Piñera sumó el apoyo de un excandidato ultraconservador (que obtuvo 7,9%), mientras que Guillier, de 64 años, consiguió el respaldo de casi todos los otros aspirantes de centroizquierda que participaron en la primera vuelta de noviembre.
La elección es vista como un referéndum a la gestión de la presidenta saliente, Michelle Bachelet, quien buscó reducir la enorme brecha de ingresos entre ricos y pobres con una serie de reformas. Sin embargo, varios desacuerdos al interior del oficialismo y una economía casi estancada han ensombrecido el legado de la mandataria.
Los comicios marcarían un punto de inflexión para el pacto oficialista -de democratacristianos, socialistas, radicales y comunistas- y, dependiendo del resultado, podrían ser incluso la antesala del fin de una coalición que ha dominado la política chilena por décadas.
Aunque los dos candidatos mantendrían el modelo económico de libre mercado, Piñera ha prometido que corregirá las reformas en marcha de Bachelet, las que a su juicio han arrastrado a la economía a su peor desempeño en casi una década.
"Yo voté por Piñera, porque soy emprendedora, soy de la gente que me valgo de mi esfuerzo, no estoy esperando nada del gobierno. Pienso que va a ser bueno para la inversión", dijo Rosario Poma, una pequeña empresaria de 53 años, en Santiago.
En tanto, Guillier busca blindar las reformas económicas y sociales de Bachelet para avanzar hacia una mayor gratuidad en la educación, poner fin al monopolio de las administradoras de pensiones y crear una nueva Constitución.
