Sin casa, sin trabajo y con miedo: así dejan los incendios de California a los trabajadores indocumentados

Por Univision.com Lo han perdido todo por los devastadores incendios que asolan California: su casa, su trabajo y su paz. Pero casi ninguno de ellos est&aacute; dispuesto a pedir ayuda p&uacute;blica, a visitar un refugio oficial ni mucho menos a hablar de sus p&eacute;rdidas, por muy desgarradoras que estas sean. Los trabajadores latinos de California tienen un miedo mayor que el fuego: ser deportados. Como ocurre en otras tragedias naturales, los incendios en el norte de California han hecho visible lo que antes hab&iacute;a estado oculto: una amplia poblaci&oacute;n latina, trabajadora y vulnerable. Por ejemplo, en el condado de Sonoma, uno de los m&aacute;s afectados por las llamas, viven 20.000 trabajadores indocumentados. &quot;Uno estaba tan feliz con las noticias de la semana pasada de que ya se estaban firmando cosas para poder estar m&aacute;s tranquilos con los temas migratorios en California', dijo Ezequiel M&aacute;rquez, que lleva 20 a&ntilde;os en Estados Unidos, en referencia al paso del gobernador californiano para convertir el estado en santuario. 'Y entonces llegan los incendios que tiran afuera a todo el mundo y lo exponen al peligro&quot;. Cualquier lugar menos un albergue Se cree que muchas de las personas que contin&uacute;an desaparecidas tras los incendios podr&iacute;an ser trabajadores indocumentados de la zona con miedo a acudir a las autoridades y ser cuestionados por su estatus migratorio. El Servicio de Inmigraci&oacute;n y Aduanas (ICE) asegur&oacute; que suspendi&oacute; todos los operativos de inmigraci&oacute;n en las &aacute;reas impactadas por los fuegos y record&oacute; que no se har&aacute;n detenciones en refugios ni centros de evacuaci&oacute;n. Los funcionarios locales han intentado persuadir a la poblaci&oacute;n en ruedas de prensa de que estar&aacute;n seguros y a nadie se le preguntar&aacute; por documentos en un albergue. Pero para algunos no es motivo de tranquilidad suficiente. Una de las personas que ha preferido no acudir a los refugios es Marta Luna, residente de Santa Rosa y trabajadora en los vi&ntilde;edos de Sonoma desde hace siete a&ntilde;os. 'Yo mejor me vine con mi familia', dijo a Univision. Luna fue evacuada desde el lunes de su casa y a&uacute;n no ha podido volver porque est&aacute; lejos y sin carro. 'En las redes sociales circulan rumores de que, aunque no pidan papeles en los refugios, s&iacute; hay oficiales de migraci&oacute;n vestidos como civiles. Uno no sabe si es verdad, pero como est&aacute;n las cosas, podr&iacute;a ser&quot;. El miedo a los albergues es tal que algunos indocumentados han preferido dormir en las playas antes que acudir a estas instalaciones. Otros, aunque se han atrevido a acudir a estos centros, no se han sentido bien recibidos. &quot;Pueden decir lo que quieran, pero yo estoy aqu&iacute; y en este albergue se puede sentir la hostilidad de las fuerzas militares con las personas que a ellos les parecen que no tienen papeles. No se siente bonito&quot;, dijo Emilia, indocumentada que se encuentra en el albergue de Fairgrounds de Santa Rosa, Sonoma. Paranoia y miedo entre los indocumentados Los feroces incendios en California no ocurren en un momento cualquiera, sino en un contexto donde las pol&iacute;ticas migratorias del pa&iacute;s se han endurecido. La paranoia entre los campesinos del vino es tal que algunos incluso dicen que los incendios fueron provocados para que llegaran a los albergues y desde all&iacute; deportarlos. &quot;Para muchos de estos campesinos perder la casa no es nada comparado con perder su trabajo o ser deportados&quot;, destaca a Univision Armando Elenes, del Sindicato de Campesinos de Sonoma y Napa. Ellos han hecho su vida aqu&iacute; y se sienten muy orgullosos de sus esfuerzos y logros. Sobre esto, Victoria Ruiz, abogada de Farm Workers Justice, asegur&oacute; a Univision que no es ninguna sorpresa este comportamiento. Hist&oacute;ricamente ocurre que los campesinos en EEUU han sufrido en silencio y no quieren hablar ni buscar ayuda porque tienen temor de ser expulsados o maltratados. Ruiz aclara que esto no significa necesariamente que soporten malos tratos, pagos o condiciones insalubres en los vi&ntilde;edos, pero s&iacute; significa que muchos no conocen o no defienden sus derechos como trabajadores. Sin embargo, los incendios tambi&eacute;n est&aacute;n trayendo algo de eso. Luna cont&oacute; c&oacute;mo este viernes declin&oacute; la invitaci&oacute;n que le hizo el vi&ntilde;edo (del cual no quiso revelar el nombre) de regresar al campo a trabajar. &quot;Yo estoy necesitando much&iacute;simo el dinero por estas jornadas, pero prefiero mi salud. El aire est&aacute; muy denso y trabajar afuera con estos incendios no debe hacerle bien a nadie. Uno entiende que a la empresa le sirva y a la gente que necesita el dinero tambi&eacute;n, pero me parece que todos los empleadores deber&iacute;an interesarse m&aacute;s en cuidar a sus personas&quot;, a&ntilde;adi&oacute;. Durante una conferencia de prensa este jueves en Napa, las autoridades se sorprendieron cuando algunos trabajadores preguntaron por qu&eacute; estaban siendo llamados a trabajar al campo si la calidad del aire era tan mala y denunciaron, adem&aacute;s, que no se estaba ofreciendo la indumentaria de seguridad necesaria para protegerse. &quot;Ya sabemos que a ellos la seguridad no es lo que les importa m&aacute;s&quot;, dijo Luna. Univision Noticias contact&oacute; con 9 vi&ntilde;edos para preguntar sobre los da&ntilde;os sufridos y sus operaciones actuales y no obtuvo respuesta. Radiograf&iacute;a de los trabajadores de los vi&ntilde;edos Seg&uacute;n datos de la United Farm Workers, unos 15.000 de latinos son los encargados de cultivar las uvas de algunos de los vinos m&aacute;s codiciados del mundo, que salen de Sonoma y Napa. &quot;Muchos viven en la zona, pero otros tambi&eacute;n se acercan de Stockton o Freemont, ciudades vecinas. La paga que llega hasta US$25 por hora en momentos de cosecha es un gran incentivo. Adem&aacute;s, hay muchas familias completas dedicadas a esto&quot;, explica Elenes. La mayor&iacute;a de los campesinos de los vi&ntilde;edos son hombres (el 60%), pero cada vez hay m&aacute;s mujeres. Casi la totalidad de los trabajadores son mexicanos y no pocos son indocumentados. La edad promedio es entre 35 y 45 a&ntilde;os, una edad a la que volver a encontrar trabajo se complica. Pero a algunos no les quedar&aacute; m&aacute;s remedio, pues las llamaradas han destruido los vi&ntilde;edos en los que trabajaban. &quot;Yo me qued&eacute; sin mi casa y barrio y casi me quedo hasta sin familia', dijo Carlos, nombre ficticio de un trabajador que tiene 20 a&ntilde;os en uno de los vi&ntilde;edos de Napa, pero que pidi&oacute; no ser identificado por su verdadero nombre. 'Adem&aacute;s, me dijeron que el vi&ntilde;edo donde trabajaba tambi&eacute;n se quem&oacute;, por lo que me qued&eacute; tambi&eacute;n sin trabajo por ahora'. El panorama que dejar&aacute; los incendios a los trabajadores indocumentados ser&aacute; muy duro, seg&uacute;n Elenes. 'Este a&ntilde;o la mayor&iacute;a de la cosecha de uva, m&aacute;s de 80%, ya se hab&iacute;a levantado'. La ola de calor hab&iacute;a causado una cosecha temprana. Ahora habr&aacute; que esperar a los nuevos brotes en los vi&ntilde;edos. 'Por poco que sea lo que se tarde, mientras tanto es desempleo para muchos', explica. 'Adem&aacute;s, aqu&iacute; ya hab&iacute;a escasez de casas de bajo costo y al quemarse tanta, las rentas van a subir, haci&eacute;ndolas m&aacute;s inaccesibles para nuestros campesinos'. A pesar de las dificultades que les esperan, algunos est&aacute;n contentos de haber conservado la vida entre las llamas. &quot;S&eacute; por mi cu&ntilde;ada que todo esto de perder la casa se siente horrible', explic&oacute; a Univision Sandra Reyes. 'Ellos viv&iacute;an por Coffey Park, una zona que qued&oacute; completamente devastada. Ahora est&aacute; con nosotros y aqu&iacute; por dicha les podemos ofrecer techo y comida. explic&oacute; a Univision Sandra Reyes. Ahora nos queda la oportunidad de trabajar y volver a empezar&quot;.

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