Por Christa Bollmann y Velia Jaramillo/Estrategiaynegocios.net
Guatemala vive en las últimas semanas una crisis que recuerda la que en 2015 desembocó en la renuncia de su presidente. Miles de ciudadanos han salido nuevamente a las calles, protagonizando protestas masivas, con reclamos de "renuncia" ahora dirigidos al presidente Jimmy Morales y los diputados del Congreso que están frenando reformas estratégicas mientras intentaron aprobar otras que abrían frentes de impunidad. Frente a ellas, el sector privado organizado mantiene una posición cautelosa y moderada. La falta de apoyo a la ciudadanía, por parte del sector privado organizado y Fundesa ha dado lugar a opiniones encontradas.
Después de que el pasado 13 de septiembre la mayoría de diputados en el Congreso aprobaron una reforma al Código Penal que blindaba a políticos involucrados en financiamiento electoral ilícito, iniciativa posteriormente engavetada, surgió un movimiento para cerrar las puertas de negocios a los diputados involucrados. Algunos restaurantes y cafeterías se adhirieron a la iniciativa y declararon en sus redes sociales "non gratos" a los legisladores. Entre estos, la cadena de cafeterías Patsy, los restaurantes Skillets, Go Green, Tapas y Cañás y el Pinche, Café Saúl y las boutiques Saúl E. Méndez. El Portalito, un bar tradicional de Guatemala, advirtió que tampoco atenderá a congresistas. "No atendemos a diputados corruptos" fue la consigna.
Por su parte, al paro convocado el 20 de septiembre se sumaron numerosos colegios y universidades privadas. Clínicas, comercios, pequeños negocios y empresas independientes se adhirieron públicamente en redes sociales. La cadena de restaurantes Pollo Campero que en las protestas del 2015 cerró operaciones mientras sus empleados marchaban, este año publicó en sus redes "Hay buenos guatemaltecos que se manifestarán con su voz También hay buenos guatemaltecos que mañana, como nosotros en Pollo Campero, nos manifestaremos con nuestro trabajo".
"Mientras el país llore sangre no podemos darnos el lujo de hacernos de la vista gorda ante las cosas que van en total detrimento del futuro del país", advierte Méndez. "Guatemala nos necesita unidos, y solo así vamos a poder hacerle frente a todos los obstáculos que hay y que van a venir. Necesitamos mucho respeto, tolerancia y apertura mental para trabajar juntos. No es fácil, pero sí es imperativo y no hacerlo pone al país en una situación extremadamente vulnerable".
En los días posteriores a la controvertida ley pro-impunidad, Méndez se pronunció fuertemente contra los legisladores a través de sus empresas. "En Saúl no aceptamos personas que alimenten la impunidad en el país", se leía en la vitrina de una de sus boutiques, el mismo mensaje que mostraron en una manta empleados de Café Saúl.
Emilio Méndez está convencido de que el país necesita una fuerza más guatemalteca y más plural, y es su propósito inspirar a otros a que participen. Pero advierte: "A nadie que le interese construir el país que Guatemala puede llegar a ser, le conviene la polarización. Tenemos que aprender a trabajar juntos y a luchar por las cosas que tenemos en común, pese a las diferencias". Lograr la reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP) es el objetivo por el que los representantes de Café Saúl salieron el 20 de septiembre a manifestar.
Amplía: "Nuestra posición es seguir trabajando en los temas que el país necesita para salir adelante. Nuestra misión es contribuir al desarrollo económico y social de manera sostenible. Guatemala ha perdido inversión extranjera directa; es uno de los países con mayor desnutrición con los menores índices de calidad educativa y necesitamos seguir trabajando en beneficio del país".
En su agenda inmediata está el próximo Encuentro Nacional de Empresarios, que se llevará a cabo el 12 de octubre, y cuyo tema este año es el desarrollo de infraestructura. Ante la coyuntura política, uno de los invitados a participar en el Enade es el Secretario General de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro.
Este martes 26 de septiembre, representantes de la Fundación viajarán a Washington para firmar una carta de entendimiento entre Fundesa, Guatemala Visible, Jóvenes por Guatemala y la OEA, para conformar un Observatorio contra la Corrupción con un enfoque regional que le permita a Guatemala, "exportar muchos de los modelos de la lucha contra la corrupción, que pueden ser replicados en otros países", según la descripción de Zapata. "No seas cómplice, la corrupción mata" es el lema del encuentro.
Este observatorio, asegura Zapata, es un esfuerzo complementario al trabajo que hace la CICIG, y constituye un canal directo de denuncia con el Secretario General de la OEA. Además, es un mecanismo que permitirá reconocer el trabajo que realizan los funcionarios tanto del Organismo Judicial, como del Ministerio Público en el país.
Si en algo están de acuerdo los entrevistados es en la necesidad de generar un diálogo entre sectores. La lucha contra la corrupción es importante, pero no la única. Zapata, en cambio opina que además, hay que continuar con la Agenda Económica.
"Vemos que hay una buena oportunidad de aprobar iniciativas de ley pendientes, como la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP) y la Ley de Servicio Civil, la Ley de Contrataciones del Estado, la Ley de la Carrera Judicial y del Organismo Judicial, todas iniciativas que se han quedado varadas y no ha habido voluntad política para aprobarlas", dice Zapata.
"La lucha contra la corrupción es importante, pero no suficiente para reducir la pobreza. Los diputados, además de legislar debe escuchar a la sociedad civil y a la población. En el Congreso deben aprobarse, por ejemplo, las Reforma al Código de Comercio, para darle seguimiento a la agenda del Programa Doing Business; la Ley de Leasing y de Factoraje, que permita más acceso a crédito a pequeñas y medianas empresas. Además, debe continuar el trabajo relacionado con la Alianza para la Prosperidad, y los temas incluidos en una hoja de ruta: infraestructura, reducir la desnutrición crónica, promover la educación de calidad, garantizar la cobertura educativa, la seguridad y reformar el Sistema Penitenciario", enlista Zapata.
Hay una agenda de desarrollo con el Plan Nacional, Katún, la Agenda Nacional de Competitividad y Mejoremos Guate, de Fundesa, que trabajamos con el gobierno, detalló. Fundesa considera que el Foro Guatemala, que reúne a diversos sectores de la sociedad, es el espacio a donde podrían llevarse iniciativas de reforma. "Nos estamos concentrando en tener listas algunas propuestas que le permitan al Foro Guatemala actuar con celeridad ante la situación del país, y que eso ayude a que en el Congreso se aprueben las iniciativas de ley.
A su criterio, "bastaría con que tuvieran (los empresarios del sector privado organizado) un contacto más cercano con todos los sectores y con la realidad, para darse cuenta de que existe un cansancio muy grande, un hastío por la corrupción en el Estado y la falta de resultados como país durante este gobierno.
"No hay desarrollo, no hay oportunidades de trabajo, no hay infraestructura, no hay mejor educación y eso lo percibe la gente", por eso, "esperaríamos que el sector privado finalmente se suba a la ola del cambio que está demandando la sociedad", concluyó Marroquín.
Aislarse de las demandas ciudadanas tiene como consecuencia que se perciba aun más la falta de unidad nacional, y tanto Marroquín como Méndez están de acuerdo en que Guatemala necesita generar confianza, unificar criterios y agendas.
Todos coinciden en la necesidad de que haya diálogo y alcanzar una agenda mínima de acuerdos para reformar el país, el problema, según Manfredo Marroquín es que "no hay interlocutores políticos válidos. Todos están cuestionados y todos carecen de legitimidad y poder de convocatoria". En cambio, cree que es relevante la posición de personalidades que puedan servir de catalizadores, para influir en algún espacio en donde se logren acuerdos.
Hasta que no haya reformas para que un nuevo liderazgo asuma la responsabilidad de dirigir el Estado con capacidad, la crisis no se detendrá, dice Manfredo Marroquín, y por ello Emilio Méndez insiste: "Es muy importante que todos estemos representados en la lucha contra la corrupción. Queremos que todos los sectores incluido el sector privado, tengamos una visión más amplia. El cambio nos pone nerviosos pero es innegable que el país tiene que cambiar desde las bases".
Guatemala vive en las últimas semanas una crisis que recuerda la que en 2015 desembocó en la renuncia de su presidente. Miles de ciudadanos han salido nuevamente a las calles, protagonizando protestas masivas, con reclamos de "renuncia" ahora dirigidos al presidente Jimmy Morales y los diputados del Congreso que están frenando reformas estratégicas mientras intentaron aprobar otras que abrían frentes de impunidad. Frente a ellas, el sector privado organizado mantiene una posición cautelosa y moderada. La falta de apoyo a la ciudadanía, por parte del sector privado organizado y Fundesa ha dado lugar a opiniones encontradas.
Después de que el pasado 13 de septiembre la mayoría de diputados en el Congreso aprobaron una reforma al Código Penal que blindaba a políticos involucrados en financiamiento electoral ilícito, iniciativa posteriormente engavetada, surgió un movimiento para cerrar las puertas de negocios a los diputados involucrados. Algunos restaurantes y cafeterías se adhirieron a la iniciativa y declararon en sus redes sociales "non gratos" a los legisladores. Entre estos, la cadena de cafeterías Patsy, los restaurantes Skillets, Go Green, Tapas y Cañás y el Pinche, Café Saúl y las boutiques Saúl E. Méndez. El Portalito, un bar tradicional de Guatemala, advirtió que tampoco atenderá a congresistas. "No atendemos a diputados corruptos" fue la consigna.
Por su parte, al paro convocado el 20 de septiembre se sumaron numerosos colegios y universidades privadas. Clínicas, comercios, pequeños negocios y empresas independientes se adhirieron públicamente en redes sociales. La cadena de restaurantes Pollo Campero que en las protestas del 2015 cerró operaciones mientras sus empleados marchaban, este año publicó en sus redes "Hay buenos guatemaltecos que se manifestarán con su voz También hay buenos guatemaltecos que mañana, como nosotros en Pollo Campero, nos manifestaremos con nuestro trabajo".
Por su parte, el liderazgo empresarial organizado, si bien manifiesta su repudio a la actuación de los legisladores y expresa buena voluntad de diálogo, no apoya el paro ni las manifestaciones. Es el caso del Comité Coordinador de Asociaciones Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF), que si bien se declaró indignado con el proceder del Congreso y se pronunció por reformas a la Ley de Contrataciones y a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, no suscribió el paro. El 20 de septiembre, día de la protesta masiva, CACIF emitió el pronunciamiento "Ya no más corrupción", pidiendo a los manifestantes enfocarse en aquello que une a los guatemaltecos y no en lo que los divide.
Por su parte, el 16 de septiembre, cuando una protesta de ciudadanos afuera del Congreso mantuvo retenidos por horas a diputados en el recinto legislativo, la Cámara de Industria de Guatemala (CIG) condenó las "acciones bélicas y conflictivas", suscitando críticas en redes sociales. El 19, un día antes del paro, llamó a "no paralizar las actividades del país". "Que la indignación nos lleve a la acción, no a la confrontación", llamó el 20 de septiembre (20S). CIG se ha pronunciado igualmente por el diálogo y reformas a la Ley de la Carrera Judicial para construir un adecuado sistema de justicia, a la Ley de Compras y Contrataciones del Estado para erradicar la corrupción y a la Ley Electoral y de Partidos Políticos.
De su lado, la Cámara Americana de Comercio, Amcham, fue una de las primeras en hacer un llamado a los diputados para que enmendaran la legislación, ha convocado a un diálogo nacional y a priorizar la agenda legislativa en materia de justicia y desarrollo económico. Su presidente, Juan Pablo Carrasco, considera necesaria una reflexión profunda que permita corregir el rumbo, reconociendo el peligro de que las instituciones emitan resoluciones casuísticas y políticas en vez de técnicas y de fondo.
EMILIO MéNDEZ, EL EMPRESARIO CONTRA LOS "CORRUPTOS"
"Guatemala llora sangre", dice Emilio Méndez, propietario de Café Saúl, primera empresa privada en manifestar públicamente que le cerraría las puertas de su negocio a los diputados que la semana pasada aprobaron el llamado "pacto de corruptos" mediante modificaciones a las leyes anticorrupción que dejarían sin efecto más de 400 delitos, entre éstos el financiamiento electoral ilícito del que se señala al presidente Morales, y por el cual el Ministerio Público y la CICIG pedían que se le retirara la inmunidad."Mientras el país llore sangre no podemos darnos el lujo de hacernos de la vista gorda ante las cosas que van en total detrimento del futuro del país", advierte Méndez. "Guatemala nos necesita unidos, y solo así vamos a poder hacerle frente a todos los obstáculos que hay y que van a venir. Necesitamos mucho respeto, tolerancia y apertura mental para trabajar juntos. No es fácil, pero sí es imperativo y no hacerlo pone al país en una situación extremadamente vulnerable".
En los días posteriores a la controvertida ley pro-impunidad, Méndez se pronunció fuertemente contra los legisladores a través de sus empresas. "En Saúl no aceptamos personas que alimenten la impunidad en el país", se leía en la vitrina de una de sus boutiques, el mismo mensaje que mostraron en una manta empleados de Café Saúl.
Emilio Méndez está convencido de que el país necesita una fuerza más guatemalteca y más plural, y es su propósito inspirar a otros a que participen. Pero advierte: "A nadie que le interese construir el país que Guatemala puede llegar a ser, le conviene la polarización. Tenemos que aprender a trabajar juntos y a luchar por las cosas que tenemos en común, pese a las diferencias". Lograr la reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP) es el objetivo por el que los representantes de Café Saúl salieron el 20 de septiembre a manifestar.
FUNDESA: "LA CORRUPCIóN MATA"
La Fundación para el Desarrollo de Guatemala, Fundesa, el tanque de pensamiento del sector privado, respeta las manifestaciones, pero no se suma a ellas. Juan Carlos Zapata director ejecutivo lo plantea de esta manera: "Somos empresarios a título personal, pero no representamos intereses sectoriales y gremiales por lo que no somos la voz del sector privado organizado".Amplía: "Nuestra posición es seguir trabajando en los temas que el país necesita para salir adelante. Nuestra misión es contribuir al desarrollo económico y social de manera sostenible. Guatemala ha perdido inversión extranjera directa; es uno de los países con mayor desnutrición con los menores índices de calidad educativa y necesitamos seguir trabajando en beneficio del país".
En su agenda inmediata está el próximo Encuentro Nacional de Empresarios, que se llevará a cabo el 12 de octubre, y cuyo tema este año es el desarrollo de infraestructura. Ante la coyuntura política, uno de los invitados a participar en el Enade es el Secretario General de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro.
Este martes 26 de septiembre, representantes de la Fundación viajarán a Washington para firmar una carta de entendimiento entre Fundesa, Guatemala Visible, Jóvenes por Guatemala y la OEA, para conformar un Observatorio contra la Corrupción con un enfoque regional que le permita a Guatemala, "exportar muchos de los modelos de la lucha contra la corrupción, que pueden ser replicados en otros países", según la descripción de Zapata. "No seas cómplice, la corrupción mata" es el lema del encuentro.
Este observatorio, asegura Zapata, es un esfuerzo complementario al trabajo que hace la CICIG, y constituye un canal directo de denuncia con el Secretario General de la OEA. Además, es un mecanismo que permitirá reconocer el trabajo que realizan los funcionarios tanto del Organismo Judicial, como del Ministerio Público en el país.
Si en algo están de acuerdo los entrevistados es en la necesidad de generar un diálogo entre sectores. La lucha contra la corrupción es importante, pero no la única. Zapata, en cambio opina que además, hay que continuar con la Agenda Económica.
"Vemos que hay una buena oportunidad de aprobar iniciativas de ley pendientes, como la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP) y la Ley de Servicio Civil, la Ley de Contrataciones del Estado, la Ley de la Carrera Judicial y del Organismo Judicial, todas iniciativas que se han quedado varadas y no ha habido voluntad política para aprobarlas", dice Zapata.
"La lucha contra la corrupción es importante, pero no suficiente para reducir la pobreza. Los diputados, además de legislar debe escuchar a la sociedad civil y a la población. En el Congreso deben aprobarse, por ejemplo, las Reforma al Código de Comercio, para darle seguimiento a la agenda del Programa Doing Business; la Ley de Leasing y de Factoraje, que permita más acceso a crédito a pequeñas y medianas empresas. Además, debe continuar el trabajo relacionado con la Alianza para la Prosperidad, y los temas incluidos en una hoja de ruta: infraestructura, reducir la desnutrición crónica, promover la educación de calidad, garantizar la cobertura educativa, la seguridad y reformar el Sistema Penitenciario", enlista Zapata.
Hay una agenda de desarrollo con el Plan Nacional, Katún, la Agenda Nacional de Competitividad y Mejoremos Guate, de Fundesa, que trabajamos con el gobierno, detalló. Fundesa considera que el Foro Guatemala, que reúne a diversos sectores de la sociedad, es el espacio a donde podrían llevarse iniciativas de reforma. "Nos estamos concentrando en tener listas algunas propuestas que le permitan al Foro Guatemala actuar con celeridad ante la situación del país, y que eso ayude a que en el Congreso se aprueben las iniciativas de ley.
MARROQUíN: ENTRE LOS EMPRESARIOS PRIMA EL TEMOR
Manfredo Marroquín, representante de Transparencia Internacional, insta a los empresarios a acercarse más a la ciudadanía. "Creo que en el sector privado prima mucho el temor. Los negocios dependen de la estabilidad y de la certidumbre, pero fuerzas retrógradas han asustado al sector privado, haciéndole creer que este es un movimiento de tinte ideológico, y nada está más alejado de la verdad".A su criterio, "bastaría con que tuvieran (los empresarios del sector privado organizado) un contacto más cercano con todos los sectores y con la realidad, para darse cuenta de que existe un cansancio muy grande, un hastío por la corrupción en el Estado y la falta de resultados como país durante este gobierno.
"No hay desarrollo, no hay oportunidades de trabajo, no hay infraestructura, no hay mejor educación y eso lo percibe la gente", por eso, "esperaríamos que el sector privado finalmente se suba a la ola del cambio que está demandando la sociedad", concluyó Marroquín.
Aislarse de las demandas ciudadanas tiene como consecuencia que se perciba aun más la falta de unidad nacional, y tanto Marroquín como Méndez están de acuerdo en que Guatemala necesita generar confianza, unificar criterios y agendas.
Todos coinciden en la necesidad de que haya diálogo y alcanzar una agenda mínima de acuerdos para reformar el país, el problema, según Manfredo Marroquín es que "no hay interlocutores políticos válidos. Todos están cuestionados y todos carecen de legitimidad y poder de convocatoria". En cambio, cree que es relevante la posición de personalidades que puedan servir de catalizadores, para influir en algún espacio en donde se logren acuerdos.
Hasta que no haya reformas para que un nuevo liderazgo asuma la responsabilidad de dirigir el Estado con capacidad, la crisis no se detendrá, dice Manfredo Marroquín, y por ello Emilio Méndez insiste: "Es muy importante que todos estemos representados en la lucha contra la corrupción. Queremos que todos los sectores incluido el sector privado, tengamos una visión más amplia. El cambio nos pone nerviosos pero es innegable que el país tiene que cambiar desde las bases".
