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Los inversionistas abandonan México en medio de un derrumbe del peso

La desbandada subraya los temores de que los avances económicos que México ha conseguido en las últimas dos décadas se reviertan, en momentos en que el gobierno entrante de Trump asume una postura beligerante que podría derivar en aranceles y medidas de control fronterizo.

2017-01-13

Por WSJ

Los inversionistas globales están abandonando los mercados financieros de México, arrastrando al peso a nuevos mínimos debido a la preocupación de que la política comercial de Donald Trump ponga fin a su estatus privilegiado entre las economías en desarrollo.

El peso cayó 0,3% el miércoles para alcanzar un mínimo histórico frente al dólar, frustrando los esfuerzos del banco central por contener el declive de la divisa. Funcionarios del Banco de México informaron el martes que gastaron US$2.000 millones la semana pasada para apuntalar la divisa, que se ha debilitado más de 16% frente al dólar desde las elecciones estadounidenses.

La desbandada subraya los temores de que los avances económicos que México ha conseguido en las últimas dos décadas se reviertan, en momentos en que el gobierno entrante de Trump asume una postura beligerante que podría derivar en aranceles y medidas de control fronterizo que hasta hace poco parecían inconcebibles.

El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta), que en 1994 creó una zona de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, abrió el gigantesco mercado estadounidense a las empresas mexicanas de una forma que ningún otro país emergente ha logrado. Además, estabilizó el peso tras una serie de crisis cambiarias, un factor crucial para calmar a los compradores extranjeros de bonos y otros activos mexicanos.

Esa ventaja podría estar en peligro si Trump cumple con su promesa de renegociar el pacto comercial. El índice bursátil de referencia de México ha caído 5,2% en los dos meses posteriores a la elección estadounidense. Los rendimientos de la deuda soberana mexicana a 10 años, que se mueven en la dirección opuesta al precio, han saltado de 6% antes de la victoria de Trump a cerca de 7,68%. Los precios de los activos mexicanos podrían sentir nuevas presiones en las próximas semanas, estiman analistas e inversionistas, a medida que los nominados al gabinete de Trump detallen sus posturas en sus comparecencias ante el Congreso.

"Una renegociación del Nafta básicamente aniquilaría el modelo de crecimiento de México", dice Juan Carlos Rodado, director de investigación de América Latina del banco de inversión Natixis. "Esto sería muy negativo para la confianza de los inversionistas".

Este cambio de suerte muestra cómo México podría estar pagando el precio de volverse demasiado dependiente de un socio comercial. Cerca de 80% de las exportaciones mexicanas se dirigen a EE.UU.

Los inversionistas extranjeros fueron vendedores netos de US$1.400 millones de deuda mexicana a corto plazo en diciembre, reduciendo sus tenencias en 11,3%, según datos de Natixis y el Banco de México. Se trata de la mayor ola de ventas en un mes en casi 10 años en términos porcentuales.

La economía mexicana podría caer en recesión, contrayéndose hasta 3,3% en 2017 si EE.UU. impone condiciones comerciales más estrictas, estima Rodado. La economía de México creció 2,1% el año pasado. Casi 30% del Producto Interno Bruto proviene del comercio con EE.UU., calcula Natixis.

La calificadora de riesgo Fitch Ratings redujo a principios de diciembre su perspectiva para la deuda a largo plazo de México de estable a negativa, una señal de que la depreciación de la divisa a causa de la victoria de Trump ha incrementado la incertidumbre al extremo de que puede llegar a golpear las finanzas públicas de México.

La inestabilidad del peso ya ha elevado la inflación y provocado dolores de cabeza a pequeños empresarios como Abraham Bleier, fundador de la cadena de restaurantes y pastelerías Garabatos. Bleier, que posee unos 35 locales en Ciudad de México y Querétaro, pretendía inaugurar dos locales al año, pero tuvo que congelar sus planes debido a que las fluctuaciones de la divisa aumentaron sus costos.

Los precios de la mantequilla y el chocolate que importa desde Nueva Zelanda y Suiza, y por los que paga en dólares, subieron más de 40% a lo largo de cuatro meses el año pasado, lo que elevó el costo de sus galletas y pasteles.

"Puedo subir los precios, pero si la gente no tiene el dinero, no pagarán. Es una espiral negativa", dice. "Ver el valor de tu negocio devaluado 40% o 50% en términos de dólares, sin que tenga nada que ver, sin que haya cometido un error, es muy frustrante".

Los gestores de fondos que trabajan con activos denominados en pesos también están asustados. La australiana Macquarie Infrastructure & Real Assets, que invierte en infraestructura en México, planeaba recaudar hasta 10.000 millones de pesos (US$459 millones) en septiembre, pero tuvo que poner en suspenso la iniciativa luego de la victoria de Trump y teme que ahora pueda resultar aún más difícil levantar fondos.

Una divisa débil a menudo acarrea beneficios al hacer que las exportaciones de un país sean más competitivas, pero la caída del peso quizás no impulse a la economía mexicana tanto como lo haría una devaluación en otra economía emergente. Si Trump cumple con su amenaza de imponer nuevos aranceles a los bienes mexicanos si el país no ajusta sus términos comerciales, los gravámenes podrían compensar parcialmente la ventaja competitiva de un peso más débil, advierten los economistas.

"Si se imponen aranceles, los exportadores mexicanos serán menos rentables", dice Alberto Ramos, economista jefe para Latinoamérica de Goldman Sachs Group Inc.

Luis de la Calle, un ex funcionario de comercio de México, señala que los comentarios y políticas de Trump que han causado el descenso del peso podrían volverse en su contra. Estas medidas mermarían la capacidad de los mexicanos de comprar bienes estadounidenses, lo cual podría expandir el déficit comercial de EE.UU. Además, la depreciación del peso alentaría una mayor migración de indocumentados si la economía mexicana tambalea. "Trump está manipulando la divisa de México a través de sus tuits, en contra de los intereses de EE.UU.", manifiesta De la Calle.

Gorky Urquieta, codirector de deuda de mercados emergentes de Neuberger Berman, considera que el banco central mexicano logrará frenar el descenso del peso. El gestor recientemente canceló sus apuestas contra el peso, asegurando que está subvaluado, aunque agrega que hasta que no se aclare la política estadounidense, no se verá una recuperación sustancial.

Durante décadas, la economía mexicana osciló entre ciclos de auge y caída, al igual que muchos países emergentes. Eso comenzó a cambiar en 1994 con el Nafta, el cual impulsó los ingresos por exportaciones de México e hizo que sus compañías fueran menos vulnerables a la disminución del apetito chino por materias primas que las de países como Brasil y Chile.

En 1995, EE.UU. coordinó un rescate de México por US$50.000 millones, luego de que una mal administrada devaluación del peso produjo una recesión. Esta vez, dice Win Thin, estratega de mercados emergentes de Brown Brothers Harriman & Co., los inversionistas no deberían contar con que EE.UU. salga al rescate de México. "Trump tiene una relación muy tensa con México y probablemente sea mucho menos cooperativo en términos de ayuda bilateral", asevera.

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