Claves del día

Deficiente y colapsada salud pública hondureña está postrada en los pasillos

Es el país centroamericano en el que sus ciudadanos tienen que gastar más sus ingresos en servicios de salud y medicamentos. Inversión pública en Defensa se triplicó desde 2004, mientras presupuesto para salud bajó del 14,7 % en 2010, a 10,1 % en 2016.

2016-12-05

Por: laprensa.hn

"Este es un golpe muy fuerte para mí, tuve que pagar 720 lempiras (US$31,2) por dos ampollas", lamentó, con un gesto de preocupación, Lucila Chávez, mientras les mostraba a periodistas de Diario LA PRENSA dos pequeños frascos de eritropoyetina.

El jueves, esta mujer, que supera los 60 años, tuvo que salir del hospital Mario Rivas a comprar a una farmacia la eritropoyetina (con la marca comercial Exetin-A) para que comenzaran a inyectársela ese mismo día a su hijo Jesús Ramírez (de 28), a quien llevó de emergencia el martes pasado.

Chávez se sentía aliviada emocionalmente porque creyó que ya había resuelto el problema, pero a las 11:00 de la mañana, un enfermero le anunció que tendría que comprar más ampollas de ese medicamento. Al escuchar la noticia pensó que su hijo corría el riesgo de morir.

Clave

"Nosotros somos de San Manuel (Cortés) y traje a mi hijo porque se le bajó el azúcar. Ya gasté más de dos mil lempiras desde que llegué y no sé qué voy a hacer para comprar más medicinas, aquí en el hospital dicen que no tienen y yo no tengo más dinero", dijo Chávez.

Esta mujer es madre de ocho hijos. Ninguno de ellos la apoya económicamente. Ella no trabaja y vive en la extrema pobreza. Cuando su hijo se desmayó, el martes pasado, lo llevó al Mario Rivas abrigando la esperanza que "no gastaría nada"; sin embargo, este centro público carece de muchas medicinas.

Foto: Estrategia y Negocios

Además de no recibir los medicamentos, que pensó que el hospital le daría gratuitamente, su hijo ha tenido que permanecer más de dos días acostado en una camilla a la orilla de un pasillo. En las salas no hay espacio para más pacientes. En ese mismo pasillo se encontraba en otra camilla María Teresa Castillo (de 74), quien llegó con un "problema en el corazón", y unos 10 pacientes más sufrían la misma situación a causa de la carencia de espacio en las salas.

Un día antes, Alexis Hernández (de 51), sin que le dieran el alta, se marchó a hurtadillas del hospital porque, según él, en su casa estaría en mejores condiciones y no gastaría la cantidad que incurriría si compraba una placa periarticular.

A Hernández lo atropelló un carro la semana anterior y llegó al Mario Rivas para que le dieran asistencia médica. Aquí le colocaron un yeso en un brazo fracturado y los médicos le indicaron que debía colocarse una placa en el hombre izquierdo que le costaría 10.000 lempiras (US$434), aproximadamente.

"No tengo dinero para comprar eso y no la necesito. Me siento bien del brazo. Yo creo que aquí hacen negocio con eso", dijo.

Un paciente de la sala de ortopedia le dijo a un periodista de LA PRENSA, que se hizo pasar como familiar de un enfermo, que le habían pedido que comprara un clavo quirúrgico valorado en L9.000 (US$390), otro manifestó que tendría que adquirir uno que le costaría L15.000 (US$650).

Panorama sanitario

A pesar de que tiene la categoría de hospital nacional, el Mario Rivas carece de materiales, medicamentos, especialistas y espacio físico. La radiografía de este centro médico refleja la situación crítica del sistema de salud pública de todo el país que, pese a que el Gobierno lo ha sometido a un proceso de descentralización, aún no logra superar la crisis.

El sistema de salud pública posee 1.640 centros médicos. De ellos, 29 son hospitales y el resto está compuesto por pequeños centros de salud, clínicas periféricas. Todos enfrentan los mismos problemas: falta de medicinas, pocos especialistas, infraestructura obsoleta y un presupuesto raquítico.

Foto: Estrategia y Negocios

Según la memoria anual, publicada en 2015, por la Secretaría de Salud, el sistema de salud (incluido en sector privado) de Honduras cuenta con 7.588 camas hospitalarias. A cada 1.000 habitantes les corresponde menos de una cama. El servicio público cuenta con 5.201.

La risis del sistema obedece a que los 10 Gobiernos (que han administrado el país desde 1980) no le han dado la prioridad a la salud y han preferido asignar más dinero a otros sectores que no favorecen el desarrollo humano. Por ejemplo, el Gobierno de Honduras, entre 2004 y 2014, aumentó el gasto militar por persona, "pasó de US$9,0 a US$30,7 dólares", de acuerdo con el Quinto Informe Estado de la Región en Desarrollo Humano Sostenible, hecho por el Consejo Nacional de Rectores (Conare) de las universidades de Costa Rica.

En contraste, el Gobierno redujo el presupuesto a la salud de 14,7% (en 2010) a 10,1% (2016), según información del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi).

Atraso

En el Triángulo Norte, el Gobierno de Honduras es el que menos presupuesto le ha asignado a la salud. Para 2016 le aprobó aproximadamente US$541 millones, mientras Guatemala US$736 millones, El Salvador US$670 millones, considerando información de las Secretarías de Salud de los tres países.

La falta de medicamentos, especialistas y tecnología en los hospitales obliga a los habitantes de zonas fronterizas, incluso de San Pedro Sula y Tegucigalpa, a buscar ayuda médica en los sistemas públicos de Nicaragua, El Salvador y Guatemala. Debido a que el sistema público es precario, los hondureños, en medio de la pobreza, son los que gastan más dinero en servicios de salud y medicamentos en detrimento de su seguridad alimentaria. El Conare advierte que "el esfuerzo que realizan las familias representa más del 50% del gasto total en salud. En contraste, en Belice, Costa Rica y Panamá ese indicador equivale a poco menos de una cuarta parte (25%)".

Para superar el actual escenario crítico, el actual Gobierno ha optado por la descentralización de los hospitales; sin embargo, hasta ahora, los hondureños no logran disfrutar los beneficios de este nuevo modelo. Actualmente, unos 12 hospitales, como el María (Tegucigalpa), San Lorenzo (Valle), Juan Manuel Gálvez (Lempira), Mario Rivas (Cortés) y Santo Hermano Pedro (Olancho) funcionan bajo el esquema de descentralización.

La descentralización significa que el Gobierno le asigna y transfiere recursos económicos a mancomunidades, municipalidades, organizaciones no gubernamentales y fundaciones para financiar la gestión y provisión de los hospitales públicos en todo el país con el objetivo de alcanzar a más hondureños.

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