José Barrera - estrategiaynegocios.net
El riesgo de caer en default aún se cierne sobre El Salvador y con ello es latente la amenaza de vivir episodios dramáticos como los que soportaron ciudadanos en Perú (1986-1990), Ecuador (1999), Argentina (2001-2003) y más recientemente Grecia (desde 2009), donde -salvo algunas diferencias- hubo una constante: dificultad para honrar los compromisos de deuda, un problema que derivó en otras crisis más graves y sumó a dichas economías en un duro episodio que aún se sigue pagando.
'De no hacer ajustes estructurales un país como El Salvador será arrastrado a una crisis como no la ha visto nunca', sentenció el especialista en temas fiscales Enrique Giraldo, quien presentó una radiografía de la situación actual de las finanzas públicas de la nación centroamericana. Los ajustes a los que se refiere tienen varias aristas y una de ellas es un ordenamiento urgente del sistema tributario y fiscal.
Las campanas de alerta sobre el estado de las arcas estatales se encendieron este año tras conocerse sobre el riesgo de que el el Gobierno de El Salvador (GOES) incumpliera el pago de US$71.1 millones de deuda con vencimientos entre el 7 y el 22 de octubre, los cuáles estaban previstos en el calendario de compromisos, pero que no fueron contemplados en el Presupuesto General de la Nación de 2016.
El riesgo de impago reciente ocurrió por la incapacidad de pagar con fondos propios las LETES con vencimiento en octubre. En noviembre y diciembre el GOES deberá pagar US$188.9 millones de deuda que tampoco tiene financiamiento, mientras que para todo 2017 el monto se eleva hasta US$759.6 millones, por ello surge el apremio para la gestión de Eurobonos por US$1.200 millones.
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Una maniobra legislativa de último momento permitió al fisco paliar el problema de caja, pero a costa de una nueva reforma a la Ley del Fondo de Obligaciones Previsionales (FOP), la cual -desde 2006, durante la administración Elías Antonio Saca y bajo la bandera del derechista partido ARENA- permite al Ejecutivo prestar dinero del fondo privado de pensiones, una movida muy criticada tras su implementación, pero que lejos de corregirse se ha consolidado y ampliado durante las administraciones de Mauricio Funes (2009-2014) y Salvador Sánchez Cerén (en el poder desde 2014), ambos electos bajo la bandera del izquierdista FMLN, mandatarios que han visto como el recurso se usa para el pago de deuda de corto plazo (Letras del Tesoro, conocidas como LETES).
Sin embargo, la última reforma ha puesto en alerta sectores privados y tanques de pensamiento, incluso calificadoras de riesgo como Standard & Poor´s (S&P) pusieron atención especial sobre lo que ocurre en el país. S&P ve con pinzas el panorama y anunció que pone bajo 'revisión especial' al rating del país centroamericano, en parte por que el ajuste legislativo es parcial y no soluciona problemas estructurales. El nivel de la deuda salvadoreña ya ronda el 60% del PIB, condición que hace cada vez más riesgoso prestarle a El Salvador.
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La deuda salvadoreña tiene la pesada carga de una reforma previsional de 1998 que dio vida a un sistema privado. Sin embargo, el probema radicó en que el Ejecutivo no creó los instrumentos necesarios para respaldar el pago de las pensiones del antiguo sistema, el cual era operado por los institutos Nacional Pensiones de los Empleados Públicos (INPEP) y del Salvadoreño del Seguro Social (ISSS). La carga ha ido creciendo y las maniobras de los distintos gobiernos no han sido permanentes.
Esto agravado por la nula política monetaria tras la adopción del dolar en 2001, más los constantes impactos de terremotos, tormentas tropicales y la violencia social han generado un alza de la deuda, la cual está superando los límites manejables y se convierte en un problema que se complica por el bajo crecimiento de la economía.
El riesgo del impago es un fantasma que ronda la economía. Los problemas de flujo de caja pueden llevar a una histórica degradación de la calificación del riesgo soberano a 'basura', lo cual podría encarecer la tasa de interés y dificultar de sobremanera el acceso a préstamos o en el peor de los casos cerrar automáticamente el acceso a fondeo mediante la emisión de Eurobonos e incluso de dinero proveniente de multilaterales como el Banco Interamericano para el Desarrollo (BID) o el Banco Mundial (BM). Un panorama inédito para un país que ha vivido al menos el último lustro con una importante deuda flotante para seguir operando y saldando compromisos con deudores.
Pese a que muchos actores políticos y funcionarios -particularmente los del partido en el Gobierno- ven como remota esta posibilidad y se muestran optimistas por la previsión de crecimiento de la economía (alrededor de 2.5% para 2016 y 2017) , el GOES ya enfrenta retrasos cada vez más severos en sus obligaciones, entre ellos se cuentan el pago del incentivo para los exportadores, el pago a las distribuidoras de energía eléctrica -en el concepto de subsidio para los consumidores de bajos ingresos-, pagos a proveedores del Estado, entre otros que dejan claro que hay un problema de liquidez.
En 12 años la evolución de la carga tributaria de El Salvador ha subido cuatro puntos porcentuales. Sin embargo, es de las más bajas del continente y está por debajo de la media de Latinoamérica.
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Las perspectivas no son alentadoras, el agujero fiscal no se soluciona con la llegada de más fondos, sino que urge de un replanteamiento que puede ser traumático para esta economía, la cuál -durante la última década- ha tenido crecimientos promedio del 2% anual, que depende altamente las remesas provenientes de Estados Unidos, que tiene una alta tasa de migración, un alto nivel de consumo, que carece de la producción de materias primas y está dolarizada.
Enrique Giraldo, especialista en temas fiscales y director del proyecto de política fiscal y de gestión del gasto público de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) durante la presentación del estudio 'El Salvador: en la búsqueda de un acuerdo nacional de sostenibilidad fiscal', el cual es financiado por el GIZ, la AECID y USAID en colaboración con el Ministerio de Hacienda.
Enrique Giraldo, especialista en temas fiscales y director del proyecto de política fiscal y de gestión del gasto público de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), va más allá y sentencia que es 'momento de preguntarse si el modelo económico de El Salvador debe ser redefinido y cuál debe ser'.
El auditorio ante el que se presentó este diagnóstico e hizo esa pregunta era de alto nivel. Giraldo disertó en un foro donde participaron empresarios como Ricardo Poma, Samuel Quiroz, Roberto Murray-Meza, la presidenta del congreso, Lorena Peña -entre otros diputados de todas las fracciones legislativas- los embajadores de EE.UU., Colombia, España y representantes del BID y del BM y de funcionarios estatales. Una reunión abierta y con duras palabras sobre el estado actual de la economía y con magras proyecciones para el mediano plazo, catastróficas para el largo plazo sino se corrige el rumbo.
En el debate se sumaron voces como la de la embajadora de Estados Unidos, Jean Manes, y la del cónsul de la embajada de Alemania en El Salvador, Norbert Eichler. Manes -quien además ha tenido duras palabras contra la corrupción en el país- dijo que es urgente que las fuerzas salvadoreñas sumen esfuerzos y trazen un nuevo rumbo.
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En la Asamblea Legislativa, el partido de gobierno busca destrabar el fondeo y negocia la aprobación de US$1.200 millones para solventar los problemas de caja en 2017. La oposición, liderada por ARENA, pide como condición la aprobación de una Ley de Respnsabilidad Fiscal y de ajustes en la operación del aparato estatal, pero el camino no pinta fácil ya que el problema no solo es para 2017, sino que requiere de pactos más ambiciosos que permitan mantener la economía a flote y asegurar las arcas estatales en el largo plazo, un tema difícil, pero que parece enrrumbarse tras las reuniones entre Casa Presidencial y los representantes de los partidos políticos de la oposición, pero que aún no da frutos.
'Si el Congreso de El Salvador no puede ponerse de acuerdo en su propio país ¿Por qué los miembros de nuestro congreso de los EE.UU. va a usar dinero de la gente de los EE.UU. en un país donde los líderes no pueden ponerse de acuerdo en un tema tan importante?', sentenció la embajadora Manes ante el auditorio donde reafirmó que ese fue uno de los temas abordados durante la reunión que sostuvieron los mandatarios del Triángulo Norte de Centroamérica con el vicepresidente estadounidense Joe Biden, en el seguimiento de los programas de cooperación por la regón compuesta por Guatemala, Honduras y El Salvador.
'Esta región es bien importante. Es difícil convencer a nuestros miembros de seguir en esto y estamos de su lado. Estuve reunida con miembros del Congreso hace dos semanas hablando con ellos tratando de convencerlos de que El Salvador está haciendo progreso', dijo la embajadora que luego reconfirmó su postura mediante su cuenta en Twitter @USAMbSV donde escribió: 'Queremos mostrar que estamos a su lado. Como socio fuerte de este país nos preocupa su situación financiera. Estamos aquí para ayudar. Tratamos de convencer a Congreso de invertir aquí. Es difícil si El Salavador no muestra voluntad de buscar solución fiscal'.
Estos sucesos ocurren en el marco de visitas y sendas reuniones con representantes del Fondo Monetario Internacional (FMI) el cual pide más rigurosidad en el manejo de la cuentas públicas, además de identificar e implementar medidas de ahorro. De hecho, el GOES ha comenzado a ceder y el mes pasado anunció una focalización del sistema de subsidios, que aún es insuficiente.
En el camino han surgido voces que sugieren modificar el impuesto al valor agregado, crear un impuesto a la propiedad (predial) y hacer recortes al aparato estatal, incluso de subir la edad de jubilación. Temas que son poco populares y que han crispado a la opinión pública.
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Giraldo insistió en que hay que ser cuidadosos en este sentido, ya que se debe procurar subir los ingresos y ajustar los gastos, pero sin poner el riesgo al gasto social. Hace unas semanas el presidente del Banco Central de Reserva (BCR), óscar Cabrera, dijo en este sentido que activar reformas muy agresivas puede tumbar la previsión de crecimiento de la economía a tasas inferiores al 1% de aquí hasta el 2020.
'Si tenemos situaciones estructurales complejas obviamente la inversión pública está atrapada en una crisis fiscal permanente', destacó Giraldo, que añadió que el país está lidiando además con una pesada deuda flotante y que incluso, el proyecto de presupeusto general de la Nación para 2017, llega con una deuda por más de US$1.000 millones. Es decir, el presupuesto está desfinanciado.
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Parte de la deuda corresponde al vencimiento de Letras del Tesoro (LETES), el financiamiento de corto plazo que es descrito por Giraldo como un 'desorden financiero' que debe corregisrse en una primera instancia.
Problema fiscal, no financiero
Hace unas semanas el superintendente del Sistema Financiero, Ricardo Perdomo, dijo a Estrategia&Negocios que hay esperanza de que El Salvador logre acuerdos de país que permitan disminuir los riesgos que se ciernen sobre la economía y remarcó que el problema es fiscal y no financiero.
'Nosotros hacemos un análisis de riesgo diario, y no solo vemos la parte de la inversion de los bancos en la deuda pública, sino del impacto que pueda tener en el sistema bancario. El sistema tiene las reservas de liquidez importantes por encima de los requerimientos legales, por que además de la reserva legal (los bancos del sistema) tienen un 3% de activos líquidos, lo que ellos tienen llega arriba del 26%, eso le da una estabilidad importante al sistema bancario', detalló Perdomo.
Según la Superintendencia la reserva de liquidez ronda los US$2.600 millones.
'El riesgo lo estamos midiendo y en este momento los bancos y el sistema financiero sigue invitiendo en LETES por que está en un margen aceptable de riesgos. No solo están invirtiendo en deuda pública, sino en valor agregado de los activos como el caso de este edificio (en referencia a la nueva sede de operaciones del Banco Agrícola)', dijo Perdomo.
Francisco Rabena, embajador de España en El Salvador, agregó que el entorno es delicado y puntualizó que el consenso será clave para poder darle un nuevo rumbo a la economía y no llegar a situaciones difíciles, razón por la que están acompañando al país a buscar sus propias soluciones.
'(El ajuste) tiene muchas consecuencias. Recortar subsidios, gastos públicos o aumentar impuestos, (tiene grandes impactos) para la inversión, la actividad económica, por lo tanto es un equilibrio delicado, un equilibrio que por ahora mismo no es el ideal para el presupuesto, por lo tanto hay que modificarlo rápidamente, pero con cierta sensatez', sentenció el diplomático.
Insistió en que por esa razón se organizó un foro que se dedicó fundamentalmente a los diputados y a los empresarios y representantes de la patronal, de modo que hubiera un diálogo para tener una idea más clara de donde estamos y hacia donde ir.
Rabena se refirió expresamente al sombrío panorama expuesto por Giraldo, sobre lo que valoró que 'se planteó una visión de un sistema financiero y fiscal complejo y delicado. Si no se hacen reformas y sino se llegan a acuerdos la situación evolucionará hacia una situación más compleja y difícil, este es el momento de tomar decisiones, es el momento de actuar, de negociar, de ser generosos y de que todas las partes sacrifiquen algo de sus preferencias'.
Norma Guevara, diputada por el FMLN, dijo tras finalizar la primera parte del foro que uno de los puntos debería ser la pronta aprobación de los US$1.200 millones y sostuvo que esto solo se logrará construyendo acuerdos con el partido ARENA, con el cual tienen un pulso sobre la Ley de Responsabilidad Fiscal, así como de un ajuste del sistema de ingresos sostenido en el tiempo.
Sin embargo, tanto Guevara como la presidenta del Congreso -parte de la delegación del FMLN en el foro- fueron las primeras en retirarse del evento justo cuando comenzaba el debate con la oposición, los empresarios y el cuerpo diplomático, aduciendo compromisos previos.
Norbert Eichler, consul de la embajada de Alemania en El Salvador, sostuvo que el tema es clave para el futuro del país. 'La sostenibilidad de los pagos y la economía está en la mesa'- Eichler evitó hacer comparaciones con el caso griego, pero sostuvo que el hecho de 'que haya impago es fatal para cualquier economía y por eso es urgente que se sienten (Gobierno, oposicion y otros sectores de la sociendad). En esta reunión hemos ofrecido el apoyo y hemos tenido la receptividad', dijo el diplomático.
