Claves del día

¿Donald Trump presidente? Así afectaría a los mercados

El mundo ya asimila que no es imposible que Donald Trump pueda asumir la presidencia de los EE.UU. ¿Cuáles serían las consecuencias de su ascenso al sillón más importante del mundo?

2016-09-20

Por: El Economista

Las encuestas están reñidas entre una oponente envejecida y deslustrada, y un populista robusto que, pese a todas las leyes conocidas de las campañas políticas, consigue seguir en la pugna. El mundo más allá de los Estados Unidos empieza a asimilar que no es imposible (no del todo, es decir) que Donald Trump acabe siendo presidente.

Si usted pensaba que el brexit era aterrador para los mercados, espere a ver la reacción ante una posible victoria de Trump. Cundirá el pánico y se revalorizarán enseguida los activos por todo el mundo. Por ejemplo, cuente con que la fase de euforia del dólar tendrá los días contados y el euro protagonizará una subida, China se hundirá, esparciendo sus efectos por los mercados emergentes, y el precio del oro y cualquier otro valor seguro subirán. Será, fuera de dudas, dramático y tal vez desagradable también.

Durante el año pasado, la mayoría de los inversores pensaban que la presidencia de Trump era tan probable como que Grecia recuperara su triple A o Vladimir Putin devolviese Crimea a Ucrania. Todos los analistas políticos y bancos de inversión tranquilizaron a sus clientes durante las primarias con que, tarde o temprano, los adultos retomarían el control del partido republicano y elegirían a un candidato más tradicional.

No sucedió. Trump se libró de todos. Después nos dijeron que Hillary Clinton le vencería sin problemas. Entramos en el otoño y Trump sigue en la carrera. Peor aún, las encuestas se estrechan y el sondeo de seguimiento UPI/CVoter ha indicado esta semana que lleva la delantera por tres puntos. Tras el último susto sobre la salud de Clinton, es cada vez más difícil descartar la idea de que Trump acabe ganando en noviembre.

El resto del mundo está horrorizado con Trump hasta un punto no comparable con ningún otro candidato de un gran partido estadounidense. Su mezcla de proteccionismo y aislacionismo, combinada con una vena autoritaria, no cae bien en el resto del mundo, mientras que su carrera empresarial accidentada y los insultos fortuitos que propina en todas las direcciones parecen impropios en un líder político.

No cabe duda de que los defensores de Trump opinan que el veredicto del resto del mundo es injusto pero, claro, muchos partidarios del brexit pensaban que era injusto que el resto del mundo se opusiese tanto a que el país abandonase la Unión Europea. Así es como fue. Lo mismo ocurre con Trump. Independientemente de lo que piensen los estadounidenses, el hecho es que nadie más le considera adecuado ni remotamente para liderar el país más poderoso del mundo.

Pero eso no quiere decir que no pueda ganar. En Gran Bretaña, los corredores ofrecen apuestas de 2/1 a que Trump llegue a la Casa Blanca. Parece lógico. Sigue siendo improbable pero en ningún caso impensable. Y si ocurriera, ¿cómo responderían los mercados en el resto del mundo? He aquí los cinco grandes pasos a los que habrá que estar pendientes.

El primero y más obvio es que los refugios seguros recibirán un estímulo. Es imposible discernir signo alguno de política coherente en Trump. Lo mejor que podemos esperar de su presidencia es una serie de iniciativas para acaparar titulares sin más valor. Lo peor sería que provocara una guerra comercial global que haga parecer que los años treinta fueron un mero contratiempo. Eso solo empujaría a los inversores hacia el oro para protegerse de las turbulencias. Cuente con que subirá su precio, junto con el del resto de los refugios seguros. El franco suizo estará demandado también y algunas monedas alternativas, como la Bitcoin.

Lo segundo es que el dólar caerá. La divisa americana se ha disparado en el último año y Estados Unidos se dispone a ser la primera gran economía en subir los tipos de interés, reflejo de una economía que se ha recuperado antes que casi todas las demás. Trump podrá pensar que está reforzando su economía doméstica pero eso no se trasladará al mercado de divisas o al menos no de momento. El dólar se liquidará cuando se piense que Estados Unidos está abdicando de su papel en los asuntos internacionales.

Lo tercero es que el euro se fortalecerá. En la economía de la eurozona casi nada está saliendo bien últimamente y una presidencia de Trump solo empeoraría las cosas. Si los inversores quieren salirse del dólar, solo hay una moneda lo bastante grande como para ser una alternativa real: el euro. Pese a todos los problemas en su propia economía, empezará a reforzarse y paradójicamente complicará la vida todavía más a sus fabricantes, ya de por sí en apuros.

Lo último será un bajón feo en China. Trump ha prometido algo que suena muy parecido a una guerra comercial. Las exportaciones chinas a Estados Unidos alcanzan los 432,000 millones de dólares, una porción sustanciosa de su economía. No podrá encontrar mercados para tantas cosas y desde luego no enseguida. El resultado será que se cerrarán fábricas, se perderá empleo y eso será catastrófico para su economía. Peor aún, se trasladará rápidamente al resto de los mercados emergentes y, dado que son el principal motor del crecimiento global, enseguida tirarán del resto del mundo también.

Por el momento no se observan signos de que los mercados globales hayan empezado a asumir en serio la posibilidad de que Trump sea presidente. Desde luego, no han empezado a ponerle precio. Es humano no preocuparse demasiado de las cosas hasta que están a punto de ocurrir.

A medida que se acerque el día de las elecciones, las mentes de los inversores comenzarán a centrarse en esa posibilidad más y más, y no les va a gustar una pizca. La presidencia de Trump sería imprevisible por naturaleza pero lo que podemos predecir son unas medidas muy extremas de mercado, y esas son las cuatro grandes tendencias que deberemos tener en cuenta si sigue ganando en las encuestas.

Lea aquí la nota original.

12 ejemplares al año por $75

SUSCRIBIRSE