El exsecretario de Estado de los Estados Unidos, Henry Kissinger decía que "a través de la reducción de la tasa de natalidad, la política demográfica se hace relevante para los suministros de recursos y para los intereses económicos de los EE.UU" (memorándum 200, diciembre 1974)
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Para el empresario y cofundador de Microsoft, Bill Gates: "las guerras del futuro serán por virus…" (TED talk, 2015).
El banquero y oligarca internacional, David Rockefeller, manifestaba en una cena con embajadores de la Organización de las Naciones Unidas que "estamos al borde de una transformación global; todo lo que necesitamos es una gran crisis, y las naciones aceptaran el Nuevo Orden".
Durante una entrevista al canal RT (Rusia Today 2013), el exagente del Comité para la Seguridad del Estado, mejor conocido como KGB, de la extinta Unión Soviética (actual Federación Rusa), Daniel Estulin indicaba que "la élite global necesita hacerse con el control, destrozar la economía mundial para poder reducir la población".
El ministro japonés de finanzas, Taro Aso, dijo "que se den prisa y se mueran "(sobre los adultos mayores); o el ´hashtag´ del momento en los EE.UU: "#no voy a morir por Wall Street".
Cada una de esta frases forman parte de la alta Finanza Internacional y la pandemia del coronavirus (covid-19) les permitirá alterar las relaciones de producción, usar el miedo como mecanismo de consumo frenético, formatear el capitalismo imponiendo la agenda global para que trabajadores carguen con la crisis; no soy partidario de la tesis de la Izquierda -y su corrección política- que creen en cierta inocencia de China y su papel en el ajedrez mundial solo porque gobierna el Partido Comunista desde 1949; ser la fábrica del mundo y potencia con su economía híbrida, muestra claros signos de imperialismo, y el capitalismo chino tampoco es de fiar.
¿Y Panamá?, en el caso criollo, el único sector que saca ventaja del -transitismo- es la Gran Usura panameña, pese que Omar Torrijos les dejó instalado el Centro Bancario Internacional en 1970, son incapaces de compartir los costos sociales de la pandemia; les parece rentable asfixiar más la economía de miles de humildes panameños para luego expropiar vía ejecutoria judicial. La maniobra del gobierno con sello "Panama Papers" será entonces, meter mano del Fondo de Ahorro de Panamá.
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En su página web, el Fondo de Ahorro, dentro de sus fines ofrece cobertura en casos de "emergencia por desastres naturales" o ¨desaceleración económica¨, donde la Junta Directiva tiene la facultad de ejecutar los "actos y contratos relacionado con bancos, custodios, administradoras, consultores o cualquier otros intermediarios financieros¨, es decir, actividades no productivas cuyos miembros están vinculados precisamente al sector ´ganador´ y que evidencia poder total sobre las decisiones del Ejecutivo.
Desde 1990, la -partidocracia- junto al poder mediático (TV-basura) han regido exclusivamente para los especuladores de bolsa, y han hecho del endeudamiento su mecanismo de control social, bajos salarios, informalidad, hipotecando el futuro de nuestros niños, imposibilitando la industrialización nacional capitalista (Ricaurte Soler Panamá: Nación y Oligarquía 1925-1975), invertir los excedentes en soberanía alimentaria, ciencia e investigación, cultura nacional y desarrollo de fuerzas productivas. El gobierno -perredista- de Nito Cortizo ha preferido protegerles que imponer la moratoria con la fuerza del Estado mientras dure la pandemia, y la opinión pública tiene dudas razonables que el Fondo de Ahorro quede en manos de éstos agiotistas del sector financiero disfrazado de 'emergencia nacional.
'Si el COVID-19 es un virus ARN modificado en laboratorio, es especular, pero sí es cierto que la población panameña debe definir una alianza de lucha y organizarse para zafarse del poder de la ´república de los primos´; la pandemia no sea excusa, y no estemos dispuestos a morir por la Bolsa de Valores de Panamá y se roben los ahorros producto de las nefastas privatizaciones.
