RSE

RSE, el camino de las empresas con futuro

En América Central y República Dominicana, la ruta trazada es la de posicionar la RSE como filosofía empresarial y modelo de gestión para el desarrollo social.

2014-12-19

Por: Ana Cristina Camacho Sandoval

Desde la concepción de la misión corporativa, la estrategia de la responsabilidad social debería ser un eje transversal en cualquier empresa, y al final del período fiscal la presentación del reporte de sostenibilidad debería ser un imperativo.

Eso dictan, entre otros aspectos, las tesis modernas del modelo de gestión de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) como también señalan compromisos ineludibles con la salud y el bienestar del consumidor final, la información a las partes interesadas completa y transparente; la adecuada disposición y tratamiento de los residuos a lo largo de la cadena de producción, y contribuir con la gobernabilidad del país sin caer en posturas partidistas ni proselitistas.

Para muchas empresas centroamericanas, la consecución de tales objetivos apenas está en el di-seño del plano. La realidad es que muy pocas presentan regular y formalmente reportes de sostenibilidad, si acaso están entendiendo la importancia de someterse a procesos de autoevaluación a partir de los cuales sabrán en cuáles áreas están más débiles y en cuáles tienen fortalezas.

Un repaso por el estado de la cuestión en RSE entre los países del Istmo y República Dominicana y el cual presentamos a continuación, da cuenta de grandes avances en materia de solidaridad social, concienciación por el resguardo del patrimonio natural cada vez más vulnerable y por acudir a golpe de paciencia, tolerancia y consensos, a las instituciones estatales para establecer alianzas público-privadas, reconociendo que solo así es posible impactar de manera duradera y sostenible en las comunidades y grupos sociales desvalidos.

Cabe destacar eso sí, que estamos frente a una región que ha sabido aprovechar la cercanía geográfica y los lazos históricos en materia comercial y de cooperación, para crear una poderosa red virtuosa en materia de transferencia de conocimientos, tecnología, aprendizajes, intercambio de experiencias y voluntad de las partes, como lo es la red Integrarse (Integración Centroamericana por la Responsabilidad Social).

Tan buenos resultados ha dado que los instrumentos de medición, autoevaluación (Indicarse) y diagnóstico que se han desarrollado al interior de esta organización, funcionan como referentes e hilo conductor para todas las empresas vinculadas a una u otra organización nacional de RSE.

Así como dice el colombiano Javier Darío Restrepo "la RSE no es un truco publicitario, es una actitud regida por una decisión ética de las empresas", el hecho de que muchas de las organizaciones nacionales descalifiquen aquellas prácticas de sus asociados dirigidas a elevar el ‘ranking’, mejorar la imagen, sostener la reputación o sosegar a un consumidor o un vecino molesto, es una buena señal de que se está en la ruta correcta.

Centroamérica se enfrenta hace rato a serias presiones externas. Desde la obligatoriedad para los exportadores al mercado europeo de certificar el cumplimiento de buenas prácticas ambientales, laborales y éticas, pasando por la adopción de la guía internacional ISO 26000 hasta acometer nuevas tendencias como cadena de valor, economía circular, triple utilidad y reportes de sostenibilidad bajo la nueva versión de GRI 4 u otras formas de rendición de cuentas.

Para algunas empresas, tales corrientes tardarán años en aterrizar en suelo centroamericano, otras apuntalan sus energías hacia allá, tropicalizan modelos de gestión y establecen una estrategia de cumplimiento gradual.

Costa Rica figura, en criterio del resto de naciones, como el país que muestra más avances en RSE, motivado en parte por tener más importantes niveles de educación, inversión extranjera, un gobierno que impulsa una estrategia de desarrollo sostenible o porque ha logrado crear espacios de diálogo público y privado que permiten estructurar una agenda común.

Guatemala percibe mayores avances en el interés de sus empresas por presentar reportes de sostenibilidad, crear un ambiente laboral más justo y equitativo, y mejores acuerdos con sus proveedores.

República Dominicana se ve a sí misma como una nación con importantes esfuerzos en lo ambiental y con ganas de explorar los beneficios de acoger modelos de sostenibilidad y transparencia.

El Salvador ha hecho un diagnóstico minucioso a través de su organización Fundemás y sabe dónde ajustar tuercas y dónde premiar. Ha creado mesas de trabajo en diversos temas: ISO26000, ecoeficiencia, cambio climático, reportes de sostenibilidad.

En Honduras, a pesar de los vaivenes políticos y de la crisis económica, se avanza con paso firme primero, en alejar la añeja concepción de creer que RSE es filantropía y en estructurar una estrategia regida por los principios universales en la materia, incluyendo el empuje hacia la autoevaluación y la presentación de reportes de sostenibilidad. Se tiene la sensación de que aún falta camino por recorrer en el abordaje del tema como actores públicos, una tarea en agenda por parte de la Fundación Hondureña de Responsabilidad Social (Fundahrse).

La realidad en Panamá no dista mucho del resto de países vecinos. Aquí el desafío inicial se ha centrado en quitar la veladura de la RSE como un pro-grama y convertirla en una estrategia de sostenibilidad. Tiene la ventaja de ser un imán de inversión extranjera, lo cual acarrea un efecto cascada desde multinacionales que llegan a operar con políticas de inversión social muy asentadas y diseminan hacia las firmas locales la necesidad de copiar el modelo.

Nicaragua ha dado pasos firmes en la conformación de espacios de discusión a través de foros nacionales y departamentales, para integrar a todos los actores en la discusión y análisis de planes en RSE. Ha logrado articular a un conjunto de organizaciones para caminar en sintonía hacia el cumplimiento de objetivos enmarcados en el Global Compact de las Naciones Unidas.

Celac impone retos a la región

Cada dos años, los países latinoamericanos, caribeños y europeos reúnen a sus líderes empresaria-les y políticos para buscar fórmulas de fortalecer las relaciones entre empresas. En cada encuentro se toman acuerdos importantes y se dejan en el tintero, temas pendientes de resolver o de analizar.

Costa Rica tiene desde enero del 2014 la presidencia pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y asumió el compromiso de dar continuidad y consolidación a los acuerdos de diálogo y concertación política.

Le corresponderá coordinar los preparativos para la III Cumbre de la Celac y entre los temas están discutir y delinear la agenda de desarrollo post 2015, cambio climático, cooperación sur-sur, desarme nuclear, seguridad alimentaria y agricultura.

Asimismo, deberá coordinar internamente su plan nacional de responsabilidad social.

En el 2013, la cita fue en Santiago de Chile y 43 jefes de Estado y Gobierno rubricaron un acuerdo de 48 puntos, muchos de los cuales están ligados directa y exclusivamente al compromiso de aumentar la inversión social, la ética empresarial, trabajar por el desarrollo sustentable, crear una cultura de responsabilidad en la producción, manufactura, comercialización y trato con el consumidor.

Los empresarios y líderes presentes en Santiago, asumieron tareas contra la corrupción, a favor del crecimiento económico sostenido protegiendo el medio ambiente y promoviendo la inclusión social. Aplaudieron los planes por crear trabajos decentes, contribuir al desarrollo de comunidades locales y pueblos indígenas, fomentar inversiones birregionales de calidad social y ambiental, estimular la in-novación, el emprendimiento, mayor articulación de las pymes, formación de capital humano, atención a mujeres, niños y personas con discapacidad.

Es una lista honrosa, necesaria pero con retos importantes para las empresas que han estructurado -o comienzan a hacerlo- su política de RSE.

En la agenda de las organizaciones nacionales de América Central y República Dominicana queda pendiente también el superar de una vez por todas la filantropía, trascender a la sustentabilidad con el ojo puesto en crear cada vez más valor compartido.

Para muchos expertos en la materia, se acabó el tiempo de la teoría, es momento de pasar a la práctica y esto incluye procesos de autoevaluación más consolidados, trabajar de manera integrada con los siete ejes de la RSE según lo dicta la guía internacional ISO26000. Reconocer que como actor social, la empresa no puede estar ajena a los procesos de diálogos políticos con sindicatos y gobiernos ni a los esfuerzos por alcanzar una equidad de género.

Asignaturas pendientes para el 2015

El 2015 es un año trascendental para recompo-ner las piezas desajustadas de ese gran sistema lla-mado mundo en desarrollo, dentro del cual el sector empresarial/productivo representa un eslabón cla-ve para la economía, competitividad y para ayudar a ajustar esas piezas mediante la inversión social.

Es el año fijado por Naciones Unidades para re-portar avances en el cumplimiento de los actuales ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio. Estos son: erradicar el hambre y la pobreza extrema, lograr la enseñanza primaria universal, reducir la mortalidad infantil, promover la igualdad entre los sexos y el empoderamiento de la mujer, combatir el sida, la malaria y otras enfermedades; mejorar la salud materna, garantizar la sostenibilidad del medio ambiente y fomentar una alianza mundial para el desarrollo.

Son metas estrechamente vinculadas con los grandes lineamientos de la guía 26.000 y de la RSE como filosofía empresarial y modelo de gestión para el desarrollo social. Es hora de que el sector priva-do ponga su conocimiento al servicio del desarrollo social e implemente de manera eficaz, programas sociales, ambientales, laborales y económicos encaminados a cumplir estos objetivos.

Para todos es conocido que Centroamérica engrosa ese listado de países altamente vulnerables, con tasas de pobreza, desigualdad y concentración de la riqueza importantes; bajos salarios, índices preocupantes de deserción escolar, empleos de baja calidad, graves debilidades en competitividad y desarrollo de talento. En fin, los flancos que tiene la empresa privada para atacar son diversos y enormes, a la vez que urgentes.

Avances destacados en RSE en Centroamérica y Rep. Dominicana

República Dominicana: Organización Nacional RSE: EcoredDimensión ambiental, gracias a iniciativas de parte del Estado que promueven mejores prácticas para el sector productivo, como la promulgación en el año 2000 de la Ley General de Medioambiente, y creación del Ministerio de Medioambiente y Recursos Naturales, el Plan Nacional de Desarrollo, entidades como el Consejo Nacional de Cambio Climático y Mecanismo de Desarrollo Limpio.Avances en el reporte de memorias de acciones ejecutadas que aportan al bienestar de las comunidades cercanas a la empresa, al medioambiente y a sus colaboradores.

Guatemala:→ Organización Nacional RSE: CentraRSEDesarrollo de políticas laborales más allá de lo estipulado por la ley, las cuales buscan la retención del talento. Creación de alianzas público-privadas para el desarrollo de las comunidades de su área de influencia. Elaboración de reportes de sostenibilidad con GRI 4 e implementación de políticas de RSE hacia proveedores

El Salvador:→ Organización Nacional RSE: FundemásPúblico interno, con énfasis en prácticas de salud y seguridad ocupacional Mercadeo responsable en valores como honestidad y respeto, proporcionando información más completa para sus consumidores y clientes.Elaboración de código de ética y programas de reciclaje tratamiento de residuos.

Honduras:→ Organización Nacional RSE: FundahrseEmpresas enfocadas en que su cadena de valor impacte al sector de la pequeña y mediana empresa del país. Capacitación, difusión, divulgación y promoción de la RSE como política de inversión social Adopción de memorias de sostenibilidad como parte del compromiso para reportar sus acciones sociales, económicas y ambientales.

Costa Rica:→ Organización Nacional RSE: AEDImplementación de instrumentos de autoevaluación para gran empresa y específica-mente para pymesTrabajo con el Estado para el diseño, elaboración y aprobación posterior de plan nacional de responsabilidad social. Asesoramiento al gobierno en competitividad, innovación y talento humano.Esfuerzos en mesas de trabajo en diversas áreas con participación activa de empresas y organizaciones asociadas. Reportes de sostenibilidad, estructuración de programas en áreas de RSEImpulso, liderazgo y acompañamiento en el desarrollo de más de 25 programas de RSE

Panamá: Organización Nacional RSE: Sumarse Evolución desde el concepto de filantropía al de un verdadero impacto de los negocios en la sociedad: no es posible el crecimiento empresarial sin el desarrollo social.Planes para elevar la competitividad con personal cualificado, consumidores más exigentes y mayor conciencia ambiental de la sociedad.Compromiso para creación de estrategia de RS a nivel país con plan social y de sostenibilidad dentro del Plan Gobierno y definición de políticas públicas. Acompañamiento al Parlamento para promoción de la RSE y principios del Pacto Global, aplicación de responsabilidad social en toma de decisiones.

Declaración de Santiago

Los países de la región firmaron en el 2013 la declaración y asumieron el compromiso de elaborar planes nacionales de responsabilidad social empresarial.

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