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Baobbá Lab, el emprendimiento que busca personas 'más felices'

El emprendedor asiático-brasileño asegura que la economía colaborativa ganará espacio en empresas donde las personas puedan ser “más felices”

2016-05-23

Por Gabriela Origlia, estrategiaynegocios.net

Espiritualidad, sueños, empresas horizontales, gozo, habilidades, felicidad. Son los conceptos más frecuentes en los trabajos y en la conversación con Gustavo Tanaka, emprendedor y escritor brasileño con influencia creciente sobre la nueva economía. Admite que su objetivo es crear -junto a otros- un "nuevo modelo" en el que las personas sean "más felices". Junto a un grupo puso en marcha BaobbáLab, una suerte de laboratorio de sus ideas. Está convencido de que hay un punto de quiebre en la gente, que se cansó de las estructuras laborales tradicionales y que esa reacción tiene que ver con "una mayor espiritualidad". Esa transformación desemboca en "más colaboración, en comprender que el ‘sálvese quien pueda’ ya no va más".
Insiste en que la realidad es tan dinámica que las proyecciones son imposibles. Sin embargo, se anima a imaginar un mundo con menos consumismo y "más abundancia, porque abundancia significa acceder a lo que se necesita cuando se lo quiere"; con menos dinero circulante y más sistemas alternativos como el trueque, y una educación menos sistemática.
¿Cómo se definiría?
Es difícil. ¿Por qué siempre tenemos que encuadrarnos? Somos mucho más de lo que creemos, tenemos más habilidades, más ideas. Soy emprendedor, escritor, un poco de todo eso….Vivo de mis sueños. Veo la vida haciendo lo que me gusta, haciendo lo que me
hace gozar a mí y a mi gente cercana.
¿Hoy qué es lo que le gusta, qué le da placer?
Estamos trabajando en empresas libres, más horizontales, más justas. Estoy con gente que también quiere vivir de una manera diferente a la de hoy, que se hartó de los modelos tradicionales de trabajo. Proponemos la creación de diferentes esquemas de participación;
crear es maravilloso. En estas empresas somos todos iguales.
¿Por qué cree que la gente se cansó de las empresas tradicionales? ¿Les pasa principalmente a los jóvenes?
Creo que a todos en general; nadie quiere vivir como hasta ahora. Estamos llegando a un límite. Tal vez los más jóvenes tienen más dificultad para vivir en este sistema porque viven de otra manera, nacieron con internet; el resto vamos acompañando en esta transformación, estamos en cambio. Hay cansancio de que nos traten como a máquinas, de que no se piense holísticamente en las personas como un todo.
¿Por qué ahora ese hartazgo?
Por detrás hay una transformación global que se explica -me parece- por una mayor espiritualidad. Hace dos o tres años hay más espiritualidad, más gente está abierta a esas sensaciones que no pasan por lo racional. El cansancio no se explica por el lado de las crisis o por el tipo de empresas; todas las estructuras están llegando a su límite. Internet colabora mucho en este proceso, cambió la forma de comunicación.

¿Qué tienen de diferentes las empresas horizontales? Siempre se busca un punto conocido para entender, ¿qué cambia respecto de estructura o salarios?
Son un sistema nuevo. Hay que empezar de alguna manera y las compañías grandes no van a crear movimientos así porque tienen más que perder con una transformación del sistema. Es más fácil arrancar con nuevos negocios, con emprendedores. Las empresas horizontales tienen un propósito; no son creadas solo por el dinero, sino que buscan contribuir para una mejor calidad de vida; eso es lo que tienen en común. Las tradicionales están basadas en el ego; hay quien quiere ser el dueño, ganar más que los otros, tener el título de CEO. Nosotros, cuando entramos, sabemos que no habrá nada de eso; lo dejamos de lado. Nos basamos en la confianza y no podemos fisurar eso. El reparto de ingresos está en constante discusión; primero queríamos que todos fueran iguales y ganaran lo mismo, pero hay quienes trabajan más que los otros, entonces planteamos que quienes dedican más de 30 horas semanales ganarán el techo; entre 15 y 30 horas, la mitad, y menos de 15 horas, el 25%. Todos se sintieron bien con esa definición.

¿Cómo surgió BaobbáLab, su empresa horizontal?
Comenzamos hace unos meses y de manera rápida reunimos 20 personas. Estaba pensando en cómo
transformar un negocio de nutrición mío que no iba muy bien y quise compartirlo con otros. Cuando empecé a llamar me sorprendió la aceptación, el entusiasmo. Desde el inicio recibimos muchos mensajes y percibí que estábamos con algo nuevo en marcha. Vimos que podíamos crear más de un negocio y estamos iniciando otros; no tenemos ninguna burocracia y con agilidad podemos montar otras ideas. Insisto, el principio básico es la confianza. Si uno no puede confiar en quien está conmigo, nada tiene sentido.

No es una forma cerrada, es dinámica…
Vienen a preguntarme y buscan una respuesta, pero no la sé. Vamos experimentando, corrigiendo, errando. No se puede evitar el error, hay que aprender de él y adaptarnos. Nos reinventamos. Tenemos muchos desafíos, no podemos predecir lo que sucederá, iremos superando lo que se presente, dejando que las situaciones evolucionen. Como en la vida, todos los días se está iniciando. Claro que no hay necesidad de un único modelo porque hay quienes prefieren ser empleados, que le digan cuánto ganar y qué hacer. Hay espacio para todos.

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