Admirados

Grupo Poma, grupo empresarial más admirado de Centroamérica 2021

El salvadoreño Grupo Poma es un referente empresarial y de alto impacto social en Centroamérica. Una sólida empresa que comenzó su andar hace más de 100 años.

2022-01-19

Por Pablo Balcáceres, E&N

"Por más de 100 años, la filosofía de Grupo Poma ha sido generar oportunidades de desarrollo en un marco de valores", reflexiona Ricardo Poma, sobre el gran legado de uno de los principales conglomerados empresariales de Centroamérica. E&N lanzó una encuesta abierta del 21 de septiembre al 4 de octubre, tanto en las redes sociales de la Revista E&N como por gestión directa del equipo de corresponsales de E&N a lo largo de Centroamérica y Panamá, identifica en la categoría de Empresas Admiradas Regionales a Grupo Poma.

El empresario salvadoreño dirige un grupo diversificado con presencia en el istmo, República Dominicana, Colombia y Estados Unidos. Poma sostiene que su filosofía de trabajo se resume en tres palabras: visión, gente y pasión. "Visión para saber adónde vamos; gente, porque todo proyecto necesita a las personas más capaces para hacer que las cosas ocurran; y pasión, porque desde mi experiencia los equipos motivados y con altas dosis de energía son capaces de lograr objetivos", valora.

Estos tres pilares también están enmarcados en valores como la excelencia, la integridad, el amor al trabajo, el servicio, la renovación, la solidaridad y el respeto que sirven de combustible para todas las unidades. "Esta manera de hacer las cosas se convierte en una forma de vida; en Grupo Poma hemos trabajado para que se viva en todos los niveles a través de nuestro programa de cultura corporativa Somos Poma", dice.

Ricardo Poma pertenece a la tercera generación de una familia que se afincó en El Salvador con la llegada de España de Bartolomé Poma, se consolidó con la visión de su hijo Luis y ahora continúa su nieto Ricardo.

Foto: Estrategia y Negocios

El empresario dice que el Grupo es definido por "saltos cuánticos", un término que describe bien a las decisiones que hicieron que la empresa creciera de manera acelerada, como la acertada adquisición de la representación de la entonces desconocida marca japonesa Toyota y la construcción de un complejo de usos múltiples que ahora se conforma por el centro comercial Metrocentro, la Torre Roble, el Hotel InterContinental y la colonia Miramonte, un modelo que ha sabido replicar en otros países.

Sin embargo, sostiene que el crecimiento empresarial no define el éxito, sino la capacidad de generar prosperidad. "La prosperidad de un país depende del bienestar de sus ciudadanos. Como empresarios tenemos un rol protagónico en esa misión y nuestra responsabilidad trasciende el ámbito de los negocios".

Ricardo Poma cree que los empresarios tienen la oportunidad de protagonizar cambios en la vida de las personas, comenzando por sus colaboradores y extendiendo esa acción a las comunidades más vulnerables. "La experiencia del sector privado y nuestra mística de trabajo son valiosas en la formulación de soluciones de impacto a desafíos como la pobreza, la falta de acceso a educación de calidad, la precariedad de los servicios de salud, entre otros", explica.

Recalca que una de las mayores satisfacciones sobre el trabajo hecho es el aporte por casi 40 años en el área social, el que se ejecuta a través de Fundación Poma, FUSAL y Fundación Renacer, así como por el Teatro Luis Poma y la ESEN.

Fundación Renacer es un proyecto en el que participa con su esposa e hijos y que les llena de satisfacción, porque apoyan a jóvenes que viven en hogares de acogi- da para que aspiren a un mejor futuro. "Estoy convencido de que el desarrollo económico no es suficiente para alcanzar el progreso social. Es importante invertir en educación y salud, que continúan siendo dos retos importantes para mejorar la calidad de vida de las personas y ampliar el horizonte de oportuni- dades para que puedan superarse", concluye.

Visión de la empresa

Poma cree que tanto en el sector público como en el privado, se debe adoptar el uso de nuevas tecnologías y promover procesos de innovación para volver más eficiente y competitiva a la economía. La pandemia del COVID-19 aceleró la digitalización y Centroamérica debe dar pasos firmes para evolucionar y aprovechar nuevas oportunidades.

En breve, presentamos la visión, liderazgo y compromiso de Ricardo Poma, al frente del grupo empresarial más admirado de Centroamérica para los lectores de E&N:

Como empresario, ¿qué legado quiere dejar tanto para su país y para la región?

Mi familia y nuestro grupo empresarial tienen fuertes raíces en El Salvador y la región. Mi abuelo, Bartolomé Poma, un español apasionado de la incipiente industria automotriz, quien después de haber experimentado destinos tanto en Europa como en América, vio con esperanza y potencial El Salvador, y decidió iniciar su primer taller de automóviles. Mi padre, Luis Poma, con su visión nos hizo crecer y diversificarnos en varias áreas de negocios. En la tercera generación continuamos con la diversificación y nos propusimos la internacionalización, lo que significó extender nuestras raíces en Centroamérica, Estados Unidos, Colombia y República Dominicana.

Por más de 100 años, la filosofía de Grupo Poma ha sido generar oportunidades de desarrollo en un marco de valores. Aspiramos a que nuestras operaciones en varias áreas de negocio en todos estos países contribuyan a dinamizar la economía, promuevan la innovación y mejoren el bienestar de las personas. La cuarta generación, conformada por tres de mis hijos y dos de mis sobrinos, lideran con el mismo compromiso y valores las distintas divisiones del grupo.

En su opinión, ¿cuáles son las principales necesidades de la región centroamericana para transitar a una etapa de mayor desarrollo económico y social?
Desde mi experiencia como empresario, contar con un buen clima de negocios es un requisito indispensable para dinamizar la economía. Un ambiente de respeto y reglas claras atrae y mantiene la inversión privada de largo plazo. Existe también la necesidad, tanto en el sector público como en el privado, de adoptar el uso nuevas tecnologías y promover procesos de innovación para volvernos más eficientes y competitivos. La pandemia por COVID-19 aceleró la digitalización y nuestra región debe dar pasos firmes para evolucionar y aprovechar nuevas oportunidades.
Estoy convencido de que el desarrollo económico no es suficiente para alcanzar el progreso social. Es importante invertir en educación y salud, que continúan siendo dos retos importantes para mejorar la calidad de vida de las personas y ampliar el horizonte de oportunidades para que puedan superarse.

Foto: Estrategia y Negocios



¿A qué personas admira, le inspiran o le motivan a ser mejor? (del país, región o fuera de ella)
Siento una especial admiración por mi abuelo Bartolomé Poma y por mi padre Luis Poma. De mi abuelo me parece sorprendente su espíritu aguerrido y aventurero, su tenacidad y determinación para enfrentar númerosos obstáculos, desde su travesía por Europa y América, las guerras, los desastres naturales e incluso la quiebra de su primera empresa en El Salvador.

Mi padre era sin duda un hombre visionario con un profundo sentido de solidaridad. Con él, Grupo Poma dio los primeros "saltos cuánticos", un término con el que defino aquellas decisiciones que nos hicieron crecer aceleradamente, como la adquisición de la representación de Toyota y la construcción del primer complejo de usos múltiples, conformado por Metrocentro, la torre Roble, el Hotel InterContinental y la colonia Miramonte, idea que más adelante llevamos fuera de El Salvador. Una de las cosas que más recuerdo y admiro de mi padre fue su convicción por involucrarse en atender las necesidades de las comunidades más vulnerables. Eso lo llevó a crear Fundación Poma y FUSAL, dos organizaciones sólidas, que hoy en día están generando impacto en las áreas de educación, salud y cultura.

Los últimos 24 meses han sido un reto para los individuos, las empresas y las sociedades, ¿qué le ha ayudado a navegar en este ambiente y mantenerse relevante?

Solventar las dificultades derivadas de la pandemia ha sido retador en muchos sentidos y el impacto para cada división ha sido diferente. Creo que uno de los elementos que nos ha permitido enfrentar este duro contexto ha sido la diferenciación. Para nuestro grupo empresarial ofrecer productos y servicios de alto valor y ser un competidor en términos de calidad es una fortaleza que nos permite mantener nuestra posición de liderazgo en los mercados en donde estamos presentes.

La apuesta por la eficiencia ha sido otra decisión importante que ha contribuido a enfrentar las dificultades derivadas de la pandemia. Estar abiertos a la mejora continua es una cualidad para cualquier empresa que desee permanecer en un mundo que está cambiando constantemente.

Me llena de sano orgullo que en medio de la crisis de salud que aún vivimos, apreciamos que nuestra cultura de trabajo permanece fuerte, y ha contribuido a que nuestros equipos se mantengan motivados, con determinación y creatividad para vencer nuevos retos. Siempre he pensado que las personas son lo más importante.

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