En la mayoría de los casos, cuando delegamos diversas tareas para que los empleados lo hagan no entrenamos de manera completa la autoridad o responsabilidad necesaria para su realización, representando una frustración profesional en los empleados por no sentir la confianza de sus jefes.
Seguramente como jefe piensas "nadie puede hacer estas tareas, sólo yo", o tal vez estás pensando "pierdo más tiempo explicándolo que haciéndolo". Aunque puede existir algo de verdad en estos pensamientos, son símbolos que te gusta tener el control y tus empleados te ven como una autoridad y no como un líder con el que puedan crecer/aprender de tu mano.
A todos nos incomoda que alguna tarea no salga como lo deseamos, y para evitarlos preferimos hacerlo por nosotros mismos, o bien, controlar paso a paso el proceso para que salga y se haga a nuestra forma. Antes de desear encargar alguna responsabilidad es preferible cuestionarse las siguientes preguntas:
- ¿Por qué me cuesta delegar responsabilidades o tareas?
- ¿Por qué nunca lo hago?
- Si delego, ¿qué consecuencias positivas o negativas podré obtener?
- ¿Cómo debo reaccionar con el empleado y con la tarea en casi de no ser exitosa?
Delegar es uno de los retos más difíciles para un directivo, ya que al ceder alguna tarea se pierde el control y causa preocupación. Adjudicar el control de una tarea a otra persona puede ser desalentador, pero si se desea sacar adelante a la empresa, es importante delegar responsabilidades para poder enfocarse a otras importancias del día.
- Para delegar responsabilidades de manera exitosa te recomendamos:
- Empieza delegando algo pequeño
- Elige quien hará la tarea a delegar
- Define los objetivos con una comunicación clara
- Evalúa los resultados
- Reconoce los logros de los empleados