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La Superliga ‘claudica’: uno de los fundadores admite que torneo no puede seguir sin clubes ingleses

La declaración de Andrea Agnelli, presidente de la Juventus, se dio después de que el Atlético de Madrid y el Inter de Milán anunciaron también su salida.

2021-04-21

Por Bloomberg

La liga ‘rebelde’ de futbol de Europa se derrumbó pocos días después de su lanzamiento cuando los equipos se retiraron en medio de la furia de autoridades, políticos y fanáticos del deporte.

El presidente de la Juventus, Andrea Agnelli, uno de los principales arquitectos de la Superliga europea, afirmó que el proyecto ya no continuará, según un portavoz. Anteriormente, la liga había dicho que estaba considerando "pasos apropiados para remodelar el proyecto".

El colapso fue inevitable después de que los seis clubes ingleses involucrados se retiraran del proyecto el martes. La Premier League es el hogar de algunos de los clubes más comercializables del mundo y genera miles de millones en ingresos por patrocinio y transmisión. Este miércoles por la mañana, el Atlético de Madrid y el Inter de Milán también anunciaron su salida. re los seis clubes, el Manchester United dijo que había "escuchado atentamente la reacción de nuestros fanáticos, el gobierno del Reino Unido y otras partes interesadas clave". El Chelsea señaló que se retiró después de considerar "los mejores intereses del club, nuestros seguidores y la comunidad futbolística en general". La retirada del Chelsea se produjo en medio de una protesta de los aficionados en su estadio de Londres.

Mientras que el Manchester City había sido el primero en irse, también lo siguieron Arsenal, Tottenham Hotspur y Liverpool. Reuters informó por primera vez la declaración de Agnelli.

La salida de la mitad de los equipos prácticamente ha hundido a la Superliga tras oposición dentro y fuera del mundo del futbol. Los ejecutivos detrás del plan, respaldado por el banco estadounidense JPMorgan Chase con 4 mil 800 millones de dólares, estaban manteniendo conversaciones de crisis en un intento de salvar su torneo propuesto, según dos personas familiarizadas con las discusiones.

La escapada planificada inició una batalla con el organismo rector de la UEFA y las ligas nacionales, y provocó intervenciones de líderes, incluido el primer ministro británico, Boris Johnson. Si bien aparentemente se trata de planes para quitarle ‘la crema’ a la competencia más prestigiosa de Europa, la Liga de Campeones, la lucha también se trata de controlar un deporte cuyas finanzas han sido golpeadas por la pandemia, y los clubes más grandes quieren más dinero.

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Inicialmente, seis equipos de Inglaterra, tres de Italia y tres de España participaron en la propuesta de una nueva liga a partir de agosto. Todos tienen una amplia base de fans, pero también deudas significativas y buscan sacarle provecho a los derechos de transmisión y apuntalar los ingresos después de un año jugando en estadios vacíos.

La UEFA calificó la nueva liga de "cínica" y siguió adelante con los planes para una versión renovada de la Liga de Campeones. El lunes, la organización estaba explorando una propuesta de financiación de 6 mil millones de euros de un administrador de activos con sede en el Reino Unido para financiarla y responder a la Superliga.

Sin embargo, el enojo parece ser lo que empujó a algunos clubes a repensar si se unían a la Superliga. El capitán del Liverpool, Jordan Henderson, dijo en Twitter que "no nos gusta y no queremos que suceda". También hubo una revuelta entre jugadores de alto perfil y entrenadores de otros clubes.

El propietario del Liverpool, John W. Henry, el empresario detrás de los Boston Red Sox y el Boston Globe, emitió un mensaje pregrabado de arrepentimiento lanzado este miércoles por la mañana.

"Quiero disculparme con todos los seguidores y aficionados del Liverpool por el problema que causé en las últimas 48 horas", dijo Henry. "Yo soy el único responsable de la negatividad que se ha presentado durante los últimos días".

En Chelsea, que es propiedad del oligarca ruso Roman Abramovich, cientos de fanáticos se reunieron en un juego el martes por la noche para protestar, coreando "queremos nuestro Chelsea de vuelta". El partido se retrasó 15 minutos cuando el autobús del equipo no pudo pasar a los manifestantes.

Mientras tanto, en el Manchester United, el club anunció que su vicepresidente, Ed Woodward, iba a dimitir. Woodward, un pararrayos para el descontento de los aficionados con el club en los últimos años, fue un defensor clave de la Superliga. Fue seguido por un comunicado diciendo que el club se había retirado.




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