Figura 7. Protocolo para microempresas formales e informales<strong>La protecci&oacute;n de los sectores pobres, las microempresas formales e informales, el empleo dom&eacute;stico y similares</strong>, debe ser de alta prioridad, pues por su misma condici&oacute;n los factores de vulnerabilidad al contagio y a los impactos sociales ser&aacute;n m&aacute;s altos. Esto implica dedicar una parte importante de los recursos de la pol&iacute;tica social del pa&iacute;s a transferencias directas -ojal&aacute; sin intermediaci&oacute;n burocr&aacute;tica- que les de acceso a tener los recursos que requieren para participar como consumidores en el mercado que llena sus necesidades esenciales. Es clave dotar las comunidades, mercados y sistemas de transporte de facilidades aumentadas de higiene y de servicios que eviten la necesidad de trasladarse y hacer filas para ganar acceso a los programas de apoyo. La campa&ntilde;a de educaci&oacute;n, concientizaci&oacute;n y buenas pr&aacute;cticas por todos los medios y en particular el tel&eacute;fono m&oacute;vil. En estos sectores el papel de los gobiernos municipales, por su cercan&iacute;a y conocimiento de la realidad en sus zonas de influencia, ser&aacute; de gran importancia.<strong>En este art&iacute;culo se esquematizan los principales componentes del marco integral de apertura y operaci&oacute;n segura propuesto por INCAE.</strong>Esta estrategia se ha entregado a la naci&oacute;n de El Salvador, a la sociedad salvadore&ntilde;a, al <strong>gobierno</strong>, a <strong>FUSADES y, por medio de ANEP</strong>, al sector productivo y sociedad civil de la naci&oacute;n. Y es un modelo que se ha presentado en otros pa&iacute;ses de la regi&oacute;n latinoamericana. Para impulsar un mecanismo de colaboraci&oacute;n multisectorial que pueda ayudarnos a reactivar la econom&iacute;a de forma segura en la nueva normalidad.</div>